Aborto legal, horas decisivas: mujeres de todo el país viajaron a Buenos Aires para formar parte de “un día histórico”

Pese a la pandemia de COVID-19, mujeres sueltas y en banda se movilizaron desde distintas provincias para copar los alrededores del Congreso. “No me quería quedar con las ganas de presenciar un momento histórico y vivir esa fiesta en la calle”, dicen. Se espera que la votación sea durante la madrugada

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"No me quería quedar con las ganas de presenciar un momento histórico", dijo Ana Paula a Infobae (Foto: Nicolás Stulberg)
"No me quería quedar con las ganas de presenciar un momento histórico", dijo Ana Paula a Infobae (Foto: Nicolás Stulberg)

En avión, en micro, en el Roca, en el auto prestado de un hermano. Mujeres de todo el país comenzaron hace días el viaje hacia la Ciudad de Buenos Aires para estar “donde se va a estar haciendo historia. Un éxodo verde que espera ser testigo de la votación que marque un antes y un después en la genealogía del movimiento feminista. Del día en que la lucha intergeneracional y colectiva gane, finalmente, la batalla contra la política del perejil.

El calor sofoca. El solazo desparrama el glitter. Las pieles sudadas y brillantes hacen frente a la jornada con el aleteo de abanicos. Ayudan las bandanas y los gorritos tipo Piluso. Todo en composé. Cuadras y cuadras de looks color esperanza.

Muchas mujeres viajaron de todo el país para "ponerle el cuerpo a la vigilia" (Foto: Charly Diaz Azcue / Comunicación Senado)
Muchas mujeres viajaron de todo el país para "ponerle el cuerpo a la vigilia" (Foto: Charly Diaz Azcue / Comunicación Senado)

“Vengo desde Mendoza. Viajé el 27 de diciembre. La vigilia de Diputados la pasé en la Plaza Independencia de mi ciudad, seguimos todo desde una pantalla gigante. En 2018 me quedé con muchísimas ganas de venir y este año decidí no perdérmelo. No me quería quedar con las ganas de presenciar un momento histórico y vivir esa fiesta en la calle. Pero queda un pedacito del corazón en la provincia también”. La tonada cuyana de Ana Paula le agrega todavía más melodía a sus palabras.

“Si esta ley se aprueba quedará como una fecha que se recordará siempre. Está en juego el derecho de mujeres y personas con capacidad de gestar a decidir sin tener que pasar por la angustia de la clandestinidad. Y eso involucra a las familias, porque cuando un aborto clandestino sale mal hay una familia completa que sufre las consecuencias”, agrega.

Aclimatada a las temperaturas calientes, María Agostina se subió a un avión en la capital de San Juan para ponerle el cuerpo a la vigilia porteña. “Hace dos años no pude viajar por cuestiones laborales y me quedé bastante amargada. Sentía que tenía que estar acá. Por eso esta vez se me dio la posibilidad y saqué el pasaje ni bien salió la media sanción”.

María Agostina se subió a un avión en la capital de San Juan para llegar a la ciudad de Buenos Aires y vivir el debate y la votación frente al Congreso
María Agostina se subió a un avión en la capital de San Juan para llegar a la ciudad de Buenos Aires y vivir el debate y la votación frente al Congreso

San Juan no tiene protocolo propio ni adhesión al protocolo nacional que rige para la atención integral de las personas con derecho a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE). Este año, sin embargo, por primera vez un diputado de la provincia votó a favor de la legalización del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Durante su discurso en el recinto lamentó presiones y hostigamientos por su posición.

María Agostina conoce de mandatos ajenos: “Vengo de una provincia muy conservadora, muy católica, donde la Iglesia tiene mucho poder en las decisiones políticas. Yo fui mamá adolescente. Me quedé embarazada con 15 años. Y la verdad es que al embarazo lo viví como una tortura medieval, aunque suene fuerte y horroroso. Yo, como otras tantas adolescentes en San Juan, no tuve la posibilidad de decidir. Lo cual no quita que ame a mi hija con todo mi corazón, pero la verdad es que en ese momento no tuve la posibilidad de decidir. Para colmo tengo una hija mujer, con tres años menos que los que yo tenía cuando me convertí en su mamá. Y quiero que ella sí pueda decidir. Es tan simple como eso y por eso estoy acá”.

Peregrinas

Las chicas que llegaron de Córdoba (Nicolás Stulberg)
Las chicas que llegaron de Córdoba (Nicolás Stulberg)

Con las horas empiezan a acortarse las distancias sociales. Avenida Callao. Rivadavia. Parecen senderos encogiéndose a medida que avanza la tarde.

Guadalupe, Florencia, Emilia y Stefanía se apostaron temprano a la mañana. Forman parte de la cooperativa de trabajo El Resaltador y salieron ayer en auto y con lluvia desde Córdoba para poder contarla hoy de primera mano.

“Viajar para nosotras es muy importante porque entendemos que es un momento histórico para el país, que sentará un precedente a nivel mundial. Pero además creemos necesaria la federalización de la información y tomamos un rol activo en la disputa por el acceso. Seguimos de cerca la lucha y venimos poniendo el cuerpo en la calle, vinculándonos con distintas organizaciones sociales y generando espacios de difusión de los colectivos que desde hace años militan para que las personas con capacidad de gestar puedan decidir sobre sus vidas”.

La pandemia hizo que muchas personas prefirieran no salir a las calles para evitar un pico de contagios (Nicolás Stulberg)
La pandemia hizo que muchas personas prefirieran no salir a las calles para evitar un pico de contagios (Nicolás Stulberg)

Es la primera vez que cubren en Buenos Aires para las sierras de sus pagos. Pero se las nota seguras, con el saber hacer a cuestas, y convencidas del apoyo: “Estamos muy expectantes pero confiadas por la fuerza, la manija y el sostén de compañeras, hermanas, amigues y familia que estarán luchando en Córdoba. Siendo revolución y haciendo historia”.

Desde el interior de Mendoza emprendieron también la venida a la gran ciudad Aldana y ocho compañeras: “Venir nos implicó un día de viaje, porque son 14 horas en la normalidad pero con los controles interprovinciales por la pandemia se extendió bastante más. Será otro día de vuelta más todo el tiempo de la sesión en el Senado. Eso resulta muy excluyente para quienes no vivimos en Buenos Aires. Por ejemplo, muchas compañeras con hijes o trabajos fijos no pudieron dedicar cuatro días para estar acá. Aparte, el costo. Nos hospedamos en un hostel cerca del Congreso para no tener que tomarnos colectivos ni complicarnos porque no conocemos mucho”.

Aldana junto a sus compañeras afuera, durante la espera (Nicolás Stulberg)
Aldana junto a sus compañeras afuera, durante la espera (Nicolás Stulberg)

Pero los esfuerzos se sostienen por las pesadas vivencias diarias en una provincia donde la venta de misoprostol está prohibida. “La clandestinidad allá se profundiza porque tenemos que pedir que nos envíen encomiendas con pastillas de otras regiones en cajas con piedras para simular el peso, así las empresas no se dan cuenta de que estamos transportando medicamentos. Es muy riesgoso. Y un mal viaje puede significar quedarnos sin suministros para poder socorrer las situaciones de aborto que se presentan. Las pibas se merecen abortar en condiciones dignas, con acompañamiento profesional, con los estudios necesarios y no con pastillas escondidas que reciben a través de encomiendas. Todo es muy difícil”.

Poner el cuerpo en épocas de coronavirus

Cecilia saliendo de su casa, en La Plata, para llegar al Congreso y formar parte de lo que considera "un momento histórico"
Cecilia saliendo de su casa, en La Plata, para llegar al Congreso y formar parte de lo que considera "un momento histórico"

Por parlantes recuerdan la importancia de la hidratación. También insisten en el cuidado, porque seguimos en pandemia. Y por eso se machacan fuerte y claro las direcciones de carpas sanitarias.

Al mediodía Cecilia se subió al Roca en la estación La Plata camino a Constitución después de nueve meses de aislamiento. “Soy un universo de dudas bromatológicas. ¿Podré sostener saludos a la distancia? ¿Contener la necesidad del abrazo? ¿Voy a recordar ponerme alcohol? ¿Cada cuánto tiempo sería prudente? ¿Vale hacer el esfuerzo durante el debate para romper la distancia en el momento de la votación? Le tengo miedo al virus. Solo espero no equivocarme al sentir que el costo no es tan alto frente a la posibilidad de ponerle el cuerpo a la historia”.

Cecilia se propone pasar la noche en vela, escuchar en vivo la definición que dé un resultado a lo que experimenta como una espera interminable hacia un país un poquito más igualitario.

Pero, cual juego de ajedrez, ese estar in situ anticipó otros movimientos que hubo que considerar en manada. “Estar en el Congreso hoy incluyó descartar la posibilidad de pasar año nuevo en el sur con parte de la familia, porque mi participación entre la multitud implica una gran exposición frente al COVID y no podemos correr riesgos de exponer a nuestros mayores a un posible contagio. Por eso vamos a recibir el 2021 con mi marido y mi hijo de tres años en casa, más confinados que de costumbre, a puro ventilador y pelopincho. Fue una reflexión familiar y aquí estoy. Para hacer historia. Por un mundo mejor”.

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