La agencia internacional de noticias Reuters informó que el cargamento de 300 mil vacunas contra el coronavirus enviadas por Rusia a la Argentina incluye sólo la primera dosis ya que la segunda sufre un retraso en su producción.
A diferencia de otros desarrollos contra el COVID-19, que se administran como dos inyecciones del mismo producto, la vacuna rusa Sputnik V se basa en dos dosis administradas con diferentes virus inactivos, conocidos como vectores. De tal modo, la dificultad de producción de la segunda fórmula incrementaría el riesgo de no poder ser aplicada a tiempo a quienes ya se dieron la primera dosis.
El Instituto Gamaleya, productor de la vacuna, aseguró que la Sputnik V tiene una efectividad superior al 91% después del curso de dos dosis. Este hecho condujo a un nuevo desafío para el ambicioso programa nacional de vacunación del país. La decisión de enviar dosis de la vacuna a Argentina no fue “gratis” para el gobierno ruso de cara a su población. Esa medida provocó protestas en el país, donde el fármaco todavía no está disponible para el público en general fuera de la capital, Moscú.
Hasta el momento, Rusia no afirmó exactamente cuántas personas lo han recibido. El Instituto Gamaleya advirtió la semana pasada que hasta el momento se habían liberado 650.000 dosis para el programa nacional de vacunación de Rusia.
Argentina se convirtió en el primer país extranjero (lo siguió Bielorrusia), en aprobar la Sputnik V, una victoria para la campaña de Moscú para asegurar la bendición internacional para su vacuna. La campaña de vacunación en la Argentina comenzará mañana martes en todo el país.
A lo largo de todo el mes de diciembre, tanto el presidente Alberto Fernández, como el ministro de Salud, Ginés González García y la secretaria de acceso a la Salud, Carla Vizzotti anunciaron el ambicioso proyecto de que se espera poder vacunar a 25 millones de argentinos para finales del mes de marzo.
Sin embargo, la producción de la segunda dosis de la vacuna, que debe aplicarse entre los 21 y 60 días de la inoculación de la primera, se está retrasando más de lo esperado, informó la agencia de noticias. Una fuente cercana al proceso de fabricación, y otra del gobierno, dijeron que el envío estaba compuesto solo por dosis excedentes del primer componente, que se había producido en cantidades mayores que el segundo.
La fuente cercana al proceso de fabricación dijo que los fabricantes de vacunas ahora estaban trabajando para igualar la producción de los dos componentes.
“Es cierto que los problemas tecnológicos persisten (...) Se produce más del primer componente por litro en biorreactores que de la segunda dosis”, explicó.
“Pero muchos productores simplemente están instalando más biorreactores para producir la segunda dosis. Eso es todo. Si su reactor produce menos por litro, entonces necesita más capacidad”, dijo la fuente.
Generium, una de las firmas farmacéuticas rusas privadas encargadas de producir Sputnik V, dijo que actualmente está produciendo ambos componentes de la vacuna en cantidades iguales.
El fondo soberano de Rusia, el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), que comercializa el Sputnik V en el exterior y que organizó la entrega a Argentina, se negó a comentar sobre los desafíos con la producción de la segunda dosis, o si las inyecciones de refuerzo se enviarían pronto a Argentina. El ministerio de salud ruso, que supervisa el Instituto Gamaleya, tampoco respondió.
Debido a la dificultad en la producción de la segunda dosis, varios fabricantes de vacunas a nivel mundial están considerando la opción de usar solo el primer componente. De hecho, el presidente Vladimir Putin se ha referido a una opción de un solo componente como una “vacuna ligera”; aseguró que proporcionaría menos protección que los dos componentes, pero “aún alcanzará el 85%”.
Por su lado, el director del Instituto Gamaleya, Alexander Gintsburg, advirtió que la inmunidad protectora después de la primera inyección de Sputnik V dura alrededor de 3 a 4 meses, informó la agencia de noticias TASS.
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