Este miércoles al mediodía, los comerciantes y manteros de Flores protagonizaron un nuevo capítulo de un conflicto cada vez más violento. Tras el cruce del martes, en donde ambos grupos se enfrentaron a golpes, el dueño de un local decidió arrojar diversas prendas y regalárselas a quienes caminaban por la zona en señal de protesta.
Toda la secuencia quedó registrada en un video, en el cual se observa cómo el comerciante comienza a lanzar remeras, gorras y otras prendas a quienes caminaban por la calle. Previo a ello, el dueño del local anunció lo que iba a realizar y pidió un “pogo” para aglomerar a las personas y así tratar de correr a los manteros que se encontraban en ese lugar.
El tumulto se desarrolló en la calle Bogotá, entre Argerich y Nazca. Allí se generaron empujones y una disputa entre los manteros con el comerciante. Uno de ellos le gritó: “Pará, eh. Ya está. ¿No te da la cabeza?”. A su lado, otro vendedor ambulante le hizo señas con ambos brazos para que terminara.
“Más tarde van más”, gritó el comerciante entre risas, mientras sobre el asfalto otros manteros lo insultaban. “En un rato, en un rato”, reiteró el dueño del local, quien le respondió a uno de los vendedores que le exigía que parara: “Ah, pero te agarraste una (remera)”.
Poco después, dos vendedores se enfrentaron a golpes por una disputa territorial que también fue registrada en un video por uno de los testigos.
Infobae constató que el amontonamiento de gente incrementó el número de manteros, quienes se enfrentan a diario para conseguir ubicaciones estratégicas dentro de las arterias comerciales.
Durante los últimos días, las imágenes que se observaron en el barrio porteño de Flores resultaron preocupantes. La cercanía de las fiestas de fin de año generó largas filas sin distanciamiento, poco respeto del barbijo y calles que fueron cortadas y convertidas en peatonal sin acceso a los vehículos.
Es justamente este el punto que más indigna a los comerciantes que alquilan y sostienen los gastos de sus locales desde el inicio de la pandemia. A pesar de que la presencia policial es constante, indican que no hay controles hacia los manteros y que el amontonamiento no le permite al público para ingresar a los comercios.
Los hechos de este mediodía ocurrieron un día después de la disputa que ambos bandos protagonizaron ayer en la intersección de las calles Bogotá y Helguera. Allí hubo sillazos, patadas, golpes de puño y amenazas.
Como resultado del enfrentamiento hubo tres heridos. Un comerciante debió ser trasladado al Hospital Álvarez con un corte en el cuero cabelludo y dos manteros, de origen senegalés, fueron derivados al Hospital Durand. Todos presentaron golpes y heridas que no revistieron gravedad.
También temen que esta realidad vuelva a generar una fuerte medida por parte del gobierno porteño y que en el corto plazo se encuentren inhabilitados para abrir los comercios.
El 13 de agosto, la situación entre los manteros y los comerciantes también encontró su punto de quiebre luego de que el primer grupo regresara a la actividad, mientras los dueños de los locales no contaban con la habilitación sanitaria para realizarlo.
Ayer, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) emitió un comunicado en el cual repudió “el descontrol sanitario y los ataques de manteros contra comerciantes”.
“La venta informal de este año está rompiendo todos los equilibrios. Invasión de manteros, aglomeración de gente comprando en las veredas, batallas entre comerciantes y manteros, peleas entre compradores, corridas entre manteros, gritos y multitudes de personas ingresando a las saladas y saladitas del país, sin ningún tipo de medida sanitaria en plena pandemia”, sostuvieron.
Y agregaron: “De acuerdo con el relevamiento realizado por CAME en todo el país, en el 84% de las localidades no se están aplicando controles a la venta informal, o bien son insuficientes. El fenómeno es muy intenso, especialmente en las ciudades más grandes y en aquellas que tienen altos indicadores de pobreza y desempleo”.
“Los manteros bloquean entradas a los locales, generando batallas contra las comerciantes con golpes, palas, machetes, fierros y sillas, sin intervención de las autoridades. Las zonas quedaron liberadas a la informalidad”, completaron.
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