Córdoba sigue sufriendo por los incendios forestales. Ayer la Secretaría de Gestión de Riesgo Climático, Catástrofes y Protección Civil informó que se renovó el alerta por riesgo extremo de incendios, que transita la mayor sequía de los últimos 65 años. Este martes el Servicio Nacional de Manejo del Fuego registraba un foco activo en la provincia, en Santa María (Pinar De Lozada).
Desde ese organismo del gobierno indicaron que las condiciones meteorológicas de peligro serán “extremas desde hoy (por ayer martes) y hasta el jueves inclusive, en todo el territorio provincial”.
Detallaron que el viento será moderado a regular del sector norte, las temperaturas se posicionarán por encima de los 30 grados y los valores de humedad serán muy bajos.
Además, no descartan que en zonas serranas la ocurrencia de vientos posea mayor intensidad y variantes en la dirección por efectos locales debido a la topografía; mientras que se mantienen en alerta los diferentes cuarteles de bomberos, en una época del año en la que habitualmente no ocurren incendios.
Señalaron también que las escasas lluvias caídas esta temporada generan además una importante crisis hídrica, ya que los diques y embalses permanecen con un nivel muy inferior al óptimo y en varias localidades comenzaron a implementar cortes temporales en el servicio de agua.
Cabe recordar que los incendios forestales comenzaron a mediados de junio y, hasta fines de octubre, los relevamientos preliminares oficiales estimaron que ya arrasaron alrededor de 400.000 hectáreas de pastizales y montes nativos.
En los primeros días del mes pasado, un estudio de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales advirtió que la cantidad de dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire, uno de los principales contaminantes medioambientales relacionados con los incendios forestales, se triplicó en los meses de septiembre y octubre en algunas zonas de la provincia. Los contaminantes atmosféricos analizados fueron el dióxido de nitrógeno (NO2) y los aerosoles o materiales particulados en suspensión, tales como el hollín, la ceniza y el polvo.
Se especificó que “las concentraciones de dióxido de nitrógeno fueron particularmente altas” en el norte y centro de los departamentos de Punilla, centro y este de Cruz del Eje, sur de Ischilín, oeste de Totoral, y norte y centro de Río Cuarto. Allí “el nivel de NO2 fue un 300% superior entre agosto y octubre del año en curso, que en igual período de 2019″. Mientras que los valores de ese contaminante se duplicaron en el centro de los departamentos de San Javier y Santa María, y el sur de Calamuchita.
Los incendios provocaron la muerte de animales salvajes, arrasaron con viviendas rurales, y en septiembre se cobraron dos víctimas fatales: eran vecinos del valle de Punilla, que murieron como consecuencia de quemaduras y asfixia al colaborar de manera voluntaria en el combate de las llamas en esta zona.
A su vez, ante la extrema situación, el 25 de agosto el gobernador Juan Schiaretti, declaró Zona de Desastre Agropecuario a los sectores afectados por los incendios en el noroeste de la provincia y aseguró que se llevaría adelante un plan de restauración ambiental a partir del cual se realizaría una reforestación con árboles nativos.
Por su parte, Diego Concha, director general de defensa Civil de Córdoba, aseguraba que el siniestro es el más grande en las sierras de los últimos 12 años y lo comparó con lo ocurrido en otras regiones: “La zona que se está quemando está entre los 10 lugares del mundo de mayor dificultad con el fuego, al nivel de California, España, Portugal, Australia, por citar algunos, que tienen realmente incendios muy complicados también”.
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