Descontrol en La Salada en plena pandemia: un video del ingreso a la feria generó indignación en redes sociales

El registro muestra cómo cientos de personas sin cumplir los protocolos de distanciamiento se disponen a entrar al predio Urkupiña de Lomas de Zamora. La feria había reabierto el 21 de octubre luego de permanecer siete meses cerrada

Una multitud en el ingreso a la feria La Salada

A las siete de la mañana del miércoles 21 de octubre volvió a abrir la feria La Salada, autoproclamada la más grande en Sudamérica para ventas mayoristas o revendedores. Habían pasado 217 días desde su última vez: el prepandémico miércoles 18 de marzo, un día antes de que Alberto Fernández proclamara en conferencia de prensa que desde las cero horas del siguiente día quedaría restringida la circulación para trabajadores esenciales por el comienzo del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Era el principio de la cuarentena y para las fiestas faltaban nueve meses.

Un video del 19 de diciembre empezó a viralizarse por las redes sociales. La Salada fue tendencia. El documento muestra cómo un conglomerado de gente con poca obediencia por las medidas preventivas -distanciamiento y uso adecuado del barbijo- entra raudo al paseo de compras René Gonzalo Rojas Paz, más conocido como Urkupiña, uno de los complejos comerciales que conforman La Salada en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.

Las señalizaciones en el piso hacen evidente el desmadre. Los círculos pintados en color amarillo equidistantes entre sí para decretar la distancia sanitaria entre cada comprador no se respetan. Lo que se ve es una multitud de personas intentando ingresar al predio mientras de fondo se escucha el viento fuerte del último fin de semana y una voz por altoparlante. El video generó polémica en las redes sociales por los riesgos de contagio, en el marco de una preocupación común por un eventual rebrote y por la curva epidemiológica que, según expertos y asesores del gobierno, debería dibujar una caída más pronunciada.

La feria había reabierto con un estricto protocolo sanitario luego de un acuerdo entre los comerciantes, los dueños de los predios, la Municipalidad de Lomas de Zamora y la Provincia de Buenos Aires. Los comercios perimetrales e internos deberán abrir de manera alternada -un día los pares y otro día los impares- y la secuencia sugerida es abierto-cerrado-abierto. En el ingreso al predio se toma la temperatura y hay que atravesar una ducha sanitizante. Cada comprador debe usar el tapabocas y llevar alcohol propio. Los menores de 16 años no ingresan y las embarazadas, niños y adultos mayores tienen prohibido el ingreso. Los locales abiertos no deben superar el 50% y la ocupación no puede superar el 30% de la capacidad total. La permanencia dentro de los galpones, según el protocolo acordado, no puede superar un máximo de 45 minutos.

Una postal del interior de La Salada

El video data del sábado 19 de diciembre, en las vísperas de la celebración por Navidad. La feria venía recuperando paulatinamente la concurrencia pero la gente colapsó los ingresos por la demanda comercial de las fiestas. Una fotografía con un cartel que dice Urkupiña también demuestra que falta control en el interior de los galpones.

La Salada abre los sábados, lunes y miércoles desde las siete de la mañana hasta las dos de la tarde, aproximadamente. Según la descripción del sitio web, la feria había nacido a comienzos de la década del noventa en terrenos abandonados que habían sido acondicionados como balnearios a la vera del Riachuelo. Un grupo de ciudadanos bolivianos devotos de la Virgen de Urkupiña se instaló en la antigua laguna Salada para vender ropa: formaron Urkupiña S.A. que por su propia expansión terminó dividiéndose en Cooperativa Ocean y Punta Mogotes S.A. La expansión fue galopante y las sucesivas devaluaciones y picos inflacionarios de la economía argentina impulsaron su desarrollo.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, había propuesto hace dos semanas que quienes tengan pensando reunirse con familiares en Navidad y Año Nuevo hagan una cuarentena previa de 14 días para compartir las celebraciones con menos riesgo de contagiar a adultos mayores. “Si uno ya sabe que se va a reunir con parientes de más de 60 años, que es población de riesgo, que los 14 días previos evite tener todo tipo de reuniones como para no contagiarse”, estimó.

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