“Disiento con el señor presidente, los cristianos no estamos a favor del aborto”, dijo el cura José María Pepe Di Paola, de la Pastoral Villera. en diálogo con Infobae. El padre Pepe calificó de “innecesarias” las declaraciones del Presidente.
Pero agregó que lo que más le sorprende es “que no se considere, primero, seriamente el tema desde el punto de vista humano: ¿hay un ser humano o no? y si lo hay, tiene derechos”. “Me sorprende que no haya una reflexión más profunda”, insistió.
“Segundo -agregó-, es muy claro que estar a favor del aborto es ponerse en el lugar de Dios, es decidir quién vive y quién no vive. Eso de hablar de interrupción voluntaria del embarazo… en realidad es terminar con una vida que no se recupera más y es algo que deja secuelas muy grandes en las mujeres”.
Sobre el apuro con el cual se está debatiendo la ley, dijo: “Es una imposición, una atropellada ligada a las promesas al Fondo Monetario. Es una bajada de línea de los organismos internacionales de préstamo y otras organizaciones que dan mucho dinero a las ongs de aquí, que militaron mucho este tema y algunas están muy ligadas a los partidos políticos; ahí hay dinero, hay laboratorios, hay un interés mercantil”.
“Es un aprovechamiento en este tiempo de pandemia -agregó-, porque la gente no se puede movilizar y si se moviliza se la ignora”.
Y respecto al eufemismo “salud social”, esgrimido como causal para abortar, señaló: “La idea es que haya menos pobres pero no fruto de un trabajo social como harían Perón y Eva sino que no nazcan más pobres. En el fondo quieren eso.”
En cuanto a las motivaciones del Presidente para decirse “católico”, pero defender el aborto, dijo: “Es que él se la pasa planteando que es amigo del Papa y es el deseo de justificar algo que se sabe que no es una opción para la religión y un intento de convivir con las dos cosas: tengo una religión pero por otro lado estoy de acuerdo con el aborto”.
También rechazó el planteo “de algunos de aprobar el aborto porque es un tema de salud, un tema sanitario; pero no es un tema de salud matar a una persona”.
El vaticanista italiano Sandro Magister denunció hoy en un artículo que cuando el Papa Francisco habla del aborto, sufre censura por parte de algunos medios. “Cada vez que toca este tema, Francisco no goza en absoluto de buena prensa. Es más, se le ignora sistemáticamente”, escribió Magister. Algo similar a lo que hace Alberto Fernández y su frase “innecesaria”, que hace oídos sordos a lo dicho por el papa Francisco.
En el libro Soñemos juntos, en diálogo con Austen Ivereigh, el Papa dice: “No puedo callar sobre los más de 30-40 millones de vidas no nacidas que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, son descartadas cada año por medio del aborto. Es terrible constatar que en muchas regiones que se consideran desarrolladas, esta práctica a menudo es fomentada porque los niños que tienen que nacer son discapacitados, o no han sido planificados”.
“Hay una imposición muy grande, muy importante -dice por su parte Pepe Di Paola-. El tema aborto está manejado de una manera estratégica, desde afuera, para este país y para todo el mundo; entonces cuando el Papa habla sobre el tema o cuando hay una manifestación en contra de la legalización sale muy poco, lo vimos con la última marcha, e incusive los comentarios que se hacen al respecto son peyorativos. Hay como una bajada de línea a muchos comunicadores, más allá de sus convicciones personales. No se enfoca el tema de manera objetiva y no porque todos los comunicadores estén a favor del aborto sino porque hay una premisa que cumplir”.
Recordó a modo de anécdota que en 1979, cuando la madre Teresa de Calcuta recibió el Nobel de la Paz y dio un discurso frente a “personalidades importantes del mundo occidental que esperaban de ella palabras bonitas”, se sorprendieron cuando le dijo que el aborto era un crimen y le dedicó varios párrafos al tema.
“Muchas personas están muy preocupadas por los niños en India, por los niños en África, donde muchos mueren, tal vez de desnutrición, de hambre u otras cosas, pero millones están muriendo de forma deliberada por la voluntad de la madre. Y ese es el mayor destructor de la paz hoy. (...) Para mí, esas naciones que han legalizado el aborto son las naciones más pobres de todas. (...) ...el niño tiene que morir, porque no quieren a este hijo –ni a uno más-, no lo quieren educar, no le quieren dar de comer, y el niño debe morir. Les suplico en nombre de los más pequeños: salven a los que van a nacer”, fueron algunas de las fuertes frases de la Madre Teresa.
Ahora, los promotores del aborto no quieren más sorpresas como la que les dio Teresa de Calcuta y fingen ignorar lo que dice el Papa.
Pepe Di Paola también señaló que este proyecto de ley está muy lejos de ser la respuesta a una demanda de la gente: “Acá hay algo muy claro: la gente no se lo pide. Viven de encuestas, pero ahora que el no al aborto tiene más del 60 por ciento, no publican ninguna. La última encuesta en la Villa 31, dio que más del 70 por ciento está en contra del aborto”.
Y apuntando a la Cámara alta, que debe definir ahora si el proyecto es ley, agregó: “La tendencia en las provincias es el no al aborto y los senadores deberían representar a ese pueblo. Esto de querer ignorar la opinión de los sectores del interior o de los sectores pobres es una actitud muy de este tiempo. Primero, no se quiere debatir el tema desde el punto de vista de la ciencia y luego se quiere ignorar la voluntad de la gente”.
“En nuestros barrios casi el cien por ciento es religioso -aseguró-; así como en la clase media hay mucho agnosticismo, en los barrios la gente es religiosa, católica o evangélica, y alguna religión más. En su cosmovisión el aborto no es algo bueno”.
Y concluyó: “Para mí son muy responsables los ‘representantes’ y tal vez habría que cambiarles el nombre si no representan más a las provincias y en cambio se representan a sí mismos o a la Ciudad de Buenos Aires donde vienen a cumplir funciones, pero ellos son senadores de sus provincias, donde la mayoría se define por la vida y en contra del aborto, su voto debería estar vinculado a eso y no a su antojo personal o, peor aun, a lo que les dice su hija o su nieto…”
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