Gonzalo García (33) está en pareja con Claudia (29) desde hace 5 años. El vive y trabaja en Buenos Aires, pero ella reside en México. Es una relación a la distancia. Se conocieron por Internet, luego él viajó al Distrito Federal para hacer un intercambio estudiantil y perfeccionarse en marketing y relación se consolidó. A tal punto, que este año ella tenía planeado venir a la Argentina para quedarse un par de meses, pero la pandemia frustró sus planes.
Con la apertura de las fronteras y las flexibilizaciones que trajo esta nueva etapa de la cuarentena, Claudia pudo sacar un pasaje para el 19 de diciembre con la intención de pasar Navidad y Año Nuevo en compañía de su novio.
Entusiasmada porque a partir de noviembre la Dirección Nacional de Migraciones habilitó el ingreso al país de familiares directos de ciudadanos argentinos, con el correr de los días comprobó que los trámites que le exigían para acreditar el vínculo eran engorrosos y, sobre todo, muy costosos.
De acuerdo a una reciente resolución publicada en el Boletín Oficial, los extranjeros deben realizar la gestión en los consulados argentinos o en la Dirección Nacional de Migraciones. Ese trámite nos sale $40 mil sin contemplar la tasa de $9 mil que le cobran al llegar a Ezeiza, más el pasaje”, relató a Infobae Gonzalo, entre la bronca y la indignación.
En los consulados piden tramitar una “Visa por reunificación familiar”, que cuesta entre 550 y 850 dólares y habilita al extranjero a solicitar la residencia permanente en Argentina. Para ello deben presentar certificado de nacimiento, matrimonio, convivencia o unión convivencial, debidamente apostillado o legalizado, que compruebe el vínculo directo con un ciudadano argentino o residente y copia del DNI argentino del familiar. Y dentro de las 48 horas previas al embarque, completar DDJJ electrónica con PCR negativo (no más de 72 horas previas al embarque).
En el caso que el extranjero ingrese al país para visitar a un familiar argentino por un período de tiempo determinado, se exige el pago de una tasa migratoria de $9 mil (decreto N° 865/19 artículo 1° inciso m) y presentar ante la aerolínea la documentación legalizada y apostillada que acredite el vínculo más el PCR negativo y la declaración jurada de salud.
Al enterarse del diferente trato que tienen los extranjeros de los países limítrofes y los extranjeros de países no limítrofes, Gonzalo decidió publicar una petición en Change.org para visibilizar su situación.
“Se le da preferencia a los extranjeros de países limítrofes, cuando otros subgrupos quedan en desigualdad. Por ejemplo, los familiares de argentinos (o extranjeros residentes en el país) que viven en el exterior para ingresar a la Argentina deben realizar un camino poco claro, bastante burocrático y arbitrario, costoso e injusto generando desigualdad ante la ley”, dice la petición.
Dos recientes episodios que pusieron a la Argentina en boca de todo el mundo desataron el enojo de Gonzalo, precisamente por ese trato diferencial que él denuncia: “Me molesta que a nosotros nos pidan todo eso y que entren periodistas para el funeral de Diego Maradona o turistas para el eclipse creando normativas de un día para el otro y a la medida de ellos. Veo todo eso y me siento un boludo”.
Asegura que “Migraciones se lava las manos” y que mandan a hablar a los extranjeros con los consulados argentinos. “Ahí te das cuenta que cada consulado fija sus propios requisitos. El de Barcelona, por ejemplo, contempla a parejas no registradas; pero el de Miami y Nueva York no. Ni ellos se ponen de acuerdo en la normativa, es todo muy desorganizado”, señaló el joven.
Por más que Gonzalo logre reunir esos $40 mil extras que necesita para que su novia extranjera pueda ingresar el país, no le dan los tiempos “Averigüé en el Colegio de Escribanos y ese trámite tarda como mínimo 10 días hábiles sabiendo que la próxima semana es corta. Encima en México es peor porque los organismos públicos trabajan sólo tres veces por semana”, contó resignado.
Su desesperación por buscar una solución lo llevó a contactarse vía telefónica y por redes sociales con funcionarios de Migraciones. “Soy muy caradura, le escribí por Twitter a Florencia Carignano, Directora Nacional de Migraciones, y me respondió. Dijo que es el Ministerio de Salud es el que establece los criterios sanitarios para cuidar a la población cuando acá estamos hablando de una norma para recaudar”, dijo Gonzalo, quien no conforme con esa respuesta llamó por teléfono a la Secretaría Privada de Migraciones y hasta mantuvo un intercambio de mails.
“Por teléfono me plantearon que era un trámite re simple, cuando te están pidiendo hasta el original de la partida de nacimiento. Incluso me llegaron a decir que esa documentación podía estar digitalizada y cuando hablé con extranjeros que pudieron ingresar a Argentina, les dijeron tengan el original porque las copias se las rebotaron. Yo no puedo hacer embarcar a una extranjera y decirle `subite que está todo bien´y que después quede varada en Ezeiza”, se lamentó ante la información poco clara que le brindó el organismo.
Incluso, se quejó de que los $9 mil pesos únicamente puedan abonarse con tarjeta de crédito en el Aeropuerto de Ezeiza. “Al pagar la tasa con una tarjeta del exterior el dólar te lo toman a $83 y no a $140. O sea te están cagando, tenés que pagar más en dólares. El que paga, entra. Es así”, denunció el joven.
A diferencia de la percepción que tiene Gonzalo, desde el Ministerio del Interior están convencidos que la nueva resolución beneficia al ingreso de extranjeros. “Eso le cobran a familiares que no son argentinos ni residentes y no hicieron el trámite de reunificación familiar en los consulados. Es una manera práctica de resolverlo. Los extranjeros de países limítrofes que no vengan por cuestiones familiares o tengan familia acá no pueden entrar”, precisaron a Infobae fuentes oficiales.
Y concluyeron: “Esta fue una resolución de Migraciones para resolver el tema de reunificación familiar en el marco de la pandemia ya que es un trámite engorroso y caro que se hace en los consulados y cuesta 550 dólares. Esa tasa que se cobra en Ezeiza es una especie de multa por no haber hecho el trámite en el consulado y dejarlos pasar. Sino tendríamos que devolverlos a su países de origen”.
Desanimado por la situación que atraviesa, Gonzalo y su novia están pensando en abandonar sus respectivos países para mudarse a España ya que él tiene la posibilidad de tramitar un permiso de trabajo y residencia. “En los países serios, hay una misma ley para todos”, remarcó en alusión a las trabas burocráticas que él considera que le ponen en Argentina.
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