En 2017 Marcelo Veggia recibió un mail que parecía poco serio, una cargada. Unos alemanes le escribieron para contarle que en 2020 se produciría un eclipse solar y que su camping situado en la localidad rionegrina de Ministro Ramos Mexía era el lugar ideal para ir a contemplarlo.
“Pensé que era una joda y no le presté mucha atención. Pero como ellos insistían en hacer una reserva, les mandé mi número de cuenta y cuando me depositaron el dinero recién ahí lo tomé en serio”, contó Veggia a Infobae, cuyo campo se encuentra en el departamento de 9 de Julio, a unos 400 kilómetros de Bariloche.
Un año después, lo contactaron unos japoneses por el mismo motivo. Le dijeron que formaban parte de una empresa que se dedicaba a llevar contingentes a ver eclipses a diferentes partes del mundo y que tenían planeado desembarcar en Argentina el 14 de diciembre de 2020 para disfrutar de ese espectáculo astronómico que se produce cuando la Luna arroja una sombra en la Tierra bloqueando completamente o parcialmente la luz del Sol.
Los japoneses, incluso, visitaron su camping en dos oportunidades. “Vinieron en el invierno de 2018 y después el 14 de diciembre de 2019, justo el mismo día en que tendría lugar el eclipse solar al año siguiente porque querían ver cómo era el día del eclipse un año antes para estudiar el clima”, relató Veggia, quien los agasajó con un cordero patagónico y luego los llevó de excursión para que conocieran la demografía de su campo.
“Quedaron fascinados con el paisaje y con la atención que les brindamos. Continuamos mensajeándonos por Whatsapp hasta que se desató la pandemia y se cayó todo lo pactado”, se lamentó.
Tunquelen Lugar de Descanso funciona desde hace 11 años y está inmerso en un pequeño valle rodeado de estepas y montes bajos, desde donde se obtienen unas panorámicas maravillosas. El campo fue heredado de los abuelos de la mujer de Veggia y con mucho esfuerzo comenzaron a apostar por el turismo rural.
Primero inauguraron el camping y luego sumaron cuatro cabañas y un salón comedor para que la gente también pueda disfrutar de un día de granja y realizar alguno de los cuatro circuitos turísticos existentes. “Le fuimos buscando la vuelta para aprovechar los recursos naturales que teníamos. Ofrecemos un circuito arqueológico ya que era una zona donde vivían los indios Tehuelches, otro de pinturas rupestres, uno para visitar las salinas y otro para caminar por el Cerro Blanco”, detalló Veggia.
El interés precoz por ese eclipse solar que él desconocía lo hizo investigar sobre el tema y descubrió que realmente era un privilegiado. “Me enteré que el eje central de eclipse iba a pasar a 300 metros del complejo nuestro. Recién ahí entendí el porqué de la insistencia de los japoneses y alemanes”, admitió el hombre, quien el año pasado también fue contactado por una empresa de Bariloche, que tenía planeado llevar a un grupo de canadienses y estadounidenses a su campo.
“Entre los turistas había una pareja de Estados Unidos que pensaba casarse el mismo día del eclipse y hacer la celebración en mi camping. Pasaban los días y todo se volvía más loco. Imaginate que hasta el Canal 10 de General Roca pensaba venir a cubrir esa noticia”, recordó.
A medida que fue pasando el tiempo y vieron que estaban frente un gran negocio, Veggio y su familia decidieron invertir más de $1 millón en obras de infraestructura debido a que recibirían a unos 400 turistas extranjeros.
Amplió a 30 camas la capacidad de las cabañas para aquellos que desistieran de pasar la noche en carpas, remodeló los baños, hizo instalaciones de agua y luz nuevas y conectó el WiFi. “Lo más alocado fue cuando los alemanes me preguntaron si tenía una pista de aterrizaje en el lugar porque ellos querían venir directamente desde Ezeiza para acá”, contó sorprendido por semejante petición.
“Tampoco teníamos la referencia de cuánto cobrar. Tres años atrás me resultó muy complicado sacar una cuenta sin tener una referencia, entonces dije ‘les cobro tres veces más’ y les pasé 90 dólares por día”, admitió Veggia sabiendo que algunos ya habían acordado pasar entre 4 o 5 días en su predio.
Los japoneses, que eran alrededor de 200, arreglaron que solo se quedarían un día y que arribarían el 13 de diciembre por la mañana. “Además del hospedaje, nuestro servicio contemplaba la merienda de esa tarde y la cena, y también el desayuno y el almuerzo del otro día. Luego del eclipse se marcharían”, precisó el dueño del camping, quien se mostró agradecido de la actitud de los japoneses de no reclamar la devolución del 10% de la seña.
“No me quejo, pero fue un año duro para nosotros. Tenía mucha expectativa y vi que se acercaba la fecha y seguíamos asilados por la pandemia…”, dijo Veggia dando a entender que “muchas veces las cosas no suceden como se planean”.
Ahora, el camping tiene albergados a unos 150 turistas argentinos entre los que hay porteños, bonaerenses, cordobeses y rionegrinos que llegaron desde localidades cercanas como General Roca, General Acha, y San Antonio Oeste. “A ellos les cobramos 500 pesos por día, nada que ver con lo que habíamos calculado recaudar”, se sinceró Veggia ante la desilusión que le tocó vivir. Y concluyó: “Con esto del eclipse ya no me enganchan nunca más. Casi quedo en la ruina”.
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