“Yo digo que mi militancia comenzó antes de nacer pero, en el plano de la acción, la realidad es que empezó en el 2010, cuando me enteré de que mi madre me quiso abortar. Ahí saltó a la luz el secreto que me habían ocultado toda la vida, y mi vida cambió”. Julio Gómez tiene 26 años y tarda en aceptar la nota. Dice que en general los periodistas que cubren las marchas “pro vida” quieren provocarlos, no preguntarles nada. Pero después de algunos intercambios, acepta contar por qué está ahí, junto al Congreso, siguiendo de cerca el debate de la ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo en Diputados.
Tenía 16 años cuando sucedió esa conversación con su madre. Desde entonces, no volvió a hablar con ella. Lo primero que hizo fue buscar “aborto” en internet. De eso solo tenía un vago recuerdo de haber escuchado a Ginés González García en el 2005 (cuando también era Ministro de Salud, pero de Néstor) decir la palabra, pero no entendía demasiado en ese entonces. En el año 2010, el término tomó otro peso.
“Cuando me enteré pensé que era terrible, que yo podría haber sido un bebé abortado más. Hoy no sería Julio Gómez. Y ahí comencé a meterme de lleno en este tema”, dice.
Su militancia no es desde ninguna agrupación en particular pero cuenta que tiene amigos en muchas de ellas. Su imagen, tras el debate en diputados en el 2018, salió en varios medios porque reaccionó muy fuerte a la aprobación en la primera Cámara, y salió llorando desconsolado en muchas fotos. En diciembre del año 2019 volvió a dar la nota: presentó un amparo a la justicia para que detuviera el protocolo del aborto que presentó Ginés apenas asumió. Su amparo no prosperó. Ahora, dice, está en la plaza para dar la pelea pública.
-¿Recordás qué era el aborto para vos antes de conocer tu historia?
-A partir de esos dichos de Ginés en el 2005 me acuerdo que pregunté en mi casa y una tía me resumió el tema diciéndome que es cuando una mujer está embarazada y mata al nene que tiene adentro. Después del tema mucho no se hablaba. Pero entonces llegó el 2010.
-¿Cómo fue ese momento?
-Estábamos a la mesa con mi familia y se armó una discusión y ahí a mi vieja se le escapó: ‘vos nunca tendrías que haber nacido’, me dijo. Mi abuela paterna se espantó y le dijo a mi madre que me contara la historia entera ya que había hablado. Mi viejo se agarró la cabeza como lamentándose de lo que se venía. Y ahí me lo contó mi abuela nomás, ella me contó lo que había pasado.
-¿Qué había pasado?
-Un día mi madre se quería ir, ya estaba embarazada de 4 o 5 meses, y mi abuela olió lo que pasaba, le preguntó qué estaba haciendo, ya estaba el remis en la puerta, y ahí mi madre le confesó que se estaba yendo a abortar. Mi abuela llamó urgente a mi padre, que vino al instante. Y ahí lograron evitarlo, pero se armó un escándalo en mi casa. A partir de entonces armaron un protocolo de seguridad para que mi madre no estuviera nunca sola hasta el momento del parto.
-¿Ella seguía queriendo abortar?
-No, no volvió a insistir al menos, pero igual se tomaron las medidas.
-Y cuando naciste, ¿qué pasó?
-Bueno… ahí acordaron no hablar nunca del tema.
-¿Sabés que piensa hoy ella del aborto?
-No lo sé porque desde aquella vez que me enteré no hablé más con ella. Quizás esté a favor o tal vez esté en contra, ¿no? De hecho, es algo que personalmente querría hablar con ella. Estoy en un proceso personal de tratar de acercarme, ver qué siente. Un hijo y una madre siempre tienen algo de qué hablar. Mi tía me dice que si ella nunca se contactó conmigo es porque tal vez no me quiere, y otros me dicen que igual la vea porque es mi madre. Qué sé yo, pero ahí ya nos desviamos del tema.
-¿Qué pensaste en ese momento?
-Me pegó muy fuerte, porque no todos los chicos tienen la suerte que tuve yo, que estuvo ahí mi abuela y tuvo esa visión. Me dolió también, mucho. Y ahí reaccioné y entendí que algo tenía que hacer porque esto no es posible. Entonces empecé a sumarme a grupos “provida”. Hoy no pertenezco a ninguna agrupación pero tengo amigos en todas.
-¿Sabés por qué fue que quiso abortar?
-Aparentemente fue una locura de ella, porque mi padre me quería, y ya era un embarazo avanzado, de cuatro o cinco meses. Ya me habían elegido el nombre y todo.
-Se podría decir que estás acá militando de algún modo por vos mismo…
-Sí, y porque hay un montón de niños que no tuvieron la suerte que yo sí y hoy no pueden militar porque no están en el mundo. Entonces busco concientizar y explicar qué es un aborto y cuáles son sus consecuencias.
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