“Campo de los inocentes”, dice un cartel sobre el pasto, justo al lado de una cruz hecha en madera. Allí también cuelga un rosario blanco y una estampita de la virgen. Como algo divino los rayos del intenso sol de verano caen justo sobre ese espacio de tierra. No es el único: hay otra decena de cruces que conforman esta “intervención” que idearon del lado celeste para manifestarse en contra del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo (IVE).
“¿Ves este bebito?”, le pregunta Mariana Rodríguez Varela (52) a Infobae, desde el lado autodenominado “Provida”, señalando a un muñeco de plástico en forma de feto “de apenas 22 semanas. Así era Esperanza, la bebita que abortaron en Jujuy”, sigue. La Dirección del Hospital Materno Infantil Héctor Quintana de Jujuy informó que a las 20:30 de este martes murió Esperanza, la beba de la nena de 12 años que había sido violada y a la que le practicaron una cesárea la semana pasada. ¿Sabés lo traumático que es pasar por esa situación? Ver a tu hijo muerto, descuartizado, es desgarrador”, enfatiza.
-¿Qué son las cruces enterradas en el pasto de la Plaza del Congreso?
-Son los bebés inocentes que mataron. Queremos visibilizar a todos los argentinos a los que no dejaron nacer. Nosotros vinimos a defenderlos, por eso estamos rezando, por eso estamos junto a la madre y a otras mujeres luchando por los más inocentes. ¿Ves que no tienen nombre? No existen para el registro civil, y tampoco fueron enterrados. La cruz esconde en sí misma la historia del amor inmenso de un hijo inocente que muere. Y el dolor infinito y eterno de una madre.
Mariana Rodríguez Varela es una militante por la vida, según se define ella, y es hoy, al igual que en 2018, una de las caras visibles en contra de la ley de despenalización y legalización del aborto que se trata en el Congreso. Por repartir muñecos de plástico provenientes de Alemania por todos lados la apodaron la “loca de los bebitos”. También es hija del ex abogado de Jorge Rafael Videla y ex ministro de Justicia de la dictadura, Alberto Rodríguez Varela, militante antiaborto.
El discurso de Mariana Rodríguez Varela no se aleja de la religión y se opone a cada punto de la ley de la despenalización del aborto que se debate en Diputados desde pasadas las once de la mañana. Sin embargo, lejos de querer convencer a alguien, solo invita a no dejar a los más débiles solos. “Abrazo, trabajo para que todas las madres que están solas, tristes...desamparadas. Cualquier mujer que lo necesite que venga a pedir ayuda antes de tomar cualquier decisión. Sabemos que están induciendo a muchas a abortar. Nosotros jamás vamos a ir en contra de la naturaleza”, refuerza su punto.
Ya son casi las 18 horas. El sol sigue quemando, y a medida que llegan las personas al lado celeste el “Campo de los inocentes” se va completando. Mariana está esperando a su marido, hijos y amigos que se sumarán a la manifestación.
“Tomá te regalo un rosario, rezá”, me pide otra joven. “Nos vamos a quedar toda la noche de vigilia acampando, orando por los que murieron, y evitando más muertes. Vas a ver lo que va ser esto a la mañana...un gran campo de inocentes”, agrega.
No es la única que tiene un discurso religioso. Está Itatí (63), una mujer jubilada que lleva su nombre en honor a la Virgen de Itatí (8 de diciembre es su celebración). En su mano derecha lleva su imagen envuelta en una bandera argentina y en la izquierda un crucifijo con un muñeco bebé descuartizado y ensangrentado.
La sensación térmica es de 33 grados e Itatí se traslada arrodillada por todo el sector celeste. Esta noche, además, acampará para hacerse escuchar. “Hace 10 días empezó mi vigilia, voy y vengo todos los días desde la mañana hasta la tarde, porque no puede convertirse en ley. Caerá la maldición divina, es la ley de causa y efecto. Por ley matas por ley mueres. Solo Dios nos puede quitar la vida”, no se cansa de repetir.
Es el centro de atención- todos los medios se detienen a fotografiarla- porque verla arrastrarse sobre el asfalto hirviendo mientras reza en silencio no pasa desapercibido, un gesto que se volverá viral.
Quienes se quieran acercar al lado celeste, el ingreso es por avenida Entre Ríos o por Hipólito Irigoyen (de 9 de Julio bajando hacia el Congreso). Durante la noche también habrá vigilias y movilización “por las dos vidas” en Rosario, Mendoza, Córdoba, San Juan.
A diferencia del lado verde, aquí predomina la calma, y poco se escucha: solo el rezo del rosario. Hay un único escenario que está erguido de espaldas al Congreso. “Sé que Dios hoy nos va escuchar para que este genocidio no suceda”, dice Mariana. “Esto no es otra cosa que un bebé”, y vuelve a señalar al muñeco de las 22 semanas.
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