Tal vez fue algo buscado. Tal vez no. Lo cierto es que desde agosto de 2020 Paola Rossi (43) se instaló en Miami, Florida, junto a sus dos hijas. Un poco motivada por las restricciones de la pandemia, otro poco por la necesidad de emprender nuevos proyectos en un nuevo continente. “Las oportunidades afuera están, solo hay que salir a buscarlas”, dice convencida esta mujer emprendedora, y madre soltera.
Paola pasó la mayor parte de su infancia al estilo nómada, haciendo y deshaciendo valijas. Es hija de un Teniente Coronel, creció mudándose de una provincia a otra por la Argentina hasta cumplir 15 años, donde finalmente terminó la secundaria en San Isidro y eligió estudiar arquitectura en la Universidad de Belgrano. Una vez recibida a los 24 años, hizo algunas prácticas profesionales, pero su espíritu despojado la llevó a probar suerte en Europa. No encontró lo que buscaba, y volvió a casa.
Instalada en Buenos Aires con 26 años, consiguió su primer cliente, que le encargó su casa. Esa oportunidad fue el inicio de todo. Después de eso le siguieron una larga cartera de interesados.
Casas de verano, containers y premios
Siempre tuvo en claro que el diseño era lo que movía su mundo, por eso siguió creciendo profesional y académicamente. “Me gusta definirme como diseñadora porque cuando sos diseñadora podes hacer un edificio, una casa o joyas”, reconoce.
Hizo un posgrado en desarrollos inmobiliarios, que le abrió las puertas a otro mercado, el de las casas de ocio. Pronto llegaron los reconocimientos: fue ganadora de Casa FOA Argentina dos años, y en 2018, se convirtió en la ganadora de Casa FOA Chile, con una construcción que generó un quiebre con la arquitectura tradicional.
También fue la primera mujer en construir containers en Uruguay, en el marco de Project Container. “Es como jugar con Legos y una manera de preservar el medio ambiente”. Esta idea sustentable de vivienda también llegó a la Argentina de la mano de la arquitecta.
Ahora, Smoking para mujeres
Inquieta y empoderada -así se define-, desde 2018, Paola soñaba con tener su marca propia de ropa. En cada reunión laboral, más allá de cautivar con sus habilidades, Paola se destacaba por sus looks. “Quería impactar con la imagen, por eso se vestía con trajes de hombre, pero femeninos. Un poco los descolocó”, relata. Esos que impuso Yves Saint Laurent para ser iguales.
Y sigue. “Cuando los buscaba para comprar no encontraba lo que quería, caía en una marca de lujo o una low cost. No había un término medio”. Entonces se propuso crearlos ella misma. Viajó a Nueva York con apenas cinco piezas: “Me la jugué, y me fue bien porque estaba comprometida”.
Una vez allí recorrió showrooms y contactó a conocidos. El Consulado argentino en Nueva York le abrió las puertas e hizo un glamoroso desfile que tuvo cuarenta modelos en escena, entre ellas Calu Rivero y Jimena Buttilengo, y sumó la música de Maxi Trusso.
Así nació Rossi Tuxedo, una marca de sastrería 100% para mujeres. “Me gusta que sea sumamente femenina la ropa, a pesar que sean trajes que nacieron dentro del guardarropas del hombre; romper con lo clásico y generar prendas disruptivas”, admite.
También estuvo entre grandes marcas de lujo (Dior, Rodarte) que forman parte de la grilla de la semana de la moda. “Los resultados fueron increíbles y superaron mis expectativas, porque ni en el mejor de mis sueños me iba a encontrar con el show que hice en Nueva York y diferente a lo que se vive en un fashion week”.
La pandemia otra nueva oportunidad
De vuelta a Buenos Aires, la irrupción de la pandemia la obligó a cambiar de planes. Paola tenía pensado seguir proyectando su marca en el exterior, pero quedó varada hasta agosto en nuestro país. Finalmente decidió junto a sus dos hijas, dar el salto. “Me mudé a Miami para volver a empezar”.
-¿Te costó dejar Buenos Aires?
-A nivel de desarraigo sí. Hace rato que vengo y voy pero la cuarentena adelanto todo. En lo profesional, en el estilo y calidad de vida no, porque es un país de oportunidades y todos se ayudan para que las cosas salgan bien.
Sus dos hijas de 8 y 11 están terminando el año lectivo en argentina a través de las clases virtuales. Ya las anotó en una escuela pública con inclinación en el mundo del arte para el año entrante, y otras actividades para socializar y adaptarse al cambio mientras tramita su visa de residencia.
-Hay una gran cantidad de argentinos que desean emigrar como vos. ¿Lo ves como una solución?
-Lo entiendo, y no lo entendía del todo hasta que pisé el suelo norteamericano. El argentino tiene un gran valor por su versatilidad y capacidad de adaptación. Llega a cualquier lado y le va bien, lo veo a diario, y lo vi en Europa en 2002. A un argentino lo contratan en una zapatería y a la semana es el encargado. Con esto no digo que lo hagan y me da cierta tristeza porque amo mi país.
-Hace cuatro meses que llegaste a Miami. ¿Qué destacás de esta mudanza?
-Estamos felices las tres. Ya tengo una linda casa, un trabajo estable y veo a mis hijas felices. El clima es increíble. Rossi Tuxedo funciona y tiene gran llegada en el mundo editorial, lo eligen y sale en producciones con Prada y Louis Vuitton.
-¿A qué no te acostumbras ?
-A extrañar a los amigos, y la familia. A mi madre que pienso ir a visitar unos días.
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