Brenda nació el 14 de enero de 2019 con síndrome de Wolf, una enfermedad poco frecuente que genera convulsiones, retraso madurativo, retraso en el crecimiento, defectos cardíacos, deficiencias inmunológicas, entre otras dolencias difíciles de tratar. Y en poco más de un mes, cuando cumpla dos años, Brenda no va a tener donde dormir. Por eso estamos contando esta historia.
“Tengo una beba de un añito con una enfermedad que necesita atenderse en el Garrahan sí o sí, es inmunodeprimida, sin defensas, además tiene epilepsia, requiere de una bomba para alimentarse y pesa seis kilos”. Así lo explica la propia Camila Ceballos (25 años), la madre de Brenda, que hoy está internada en el hospital Garrahan pero pronto le darán el alta y tendrá que seguir el tratamiento de manera ambulatoria. ¿El problema? No tienen dónde vivir.
Es que la familia Balbuena entera está en Buenos Aires para acompañar a Brenda, pero son de Rincón, Provincia de Santa Fe, y están aquí porque el Garrahan es el único hospital con los medios suficientes para tratarla. Su odisea, sin embargo, fue mucho mayor que la sola enfermedad.
Primero llegaron madre e hija, Camila y Brenda, en octubre del año pasado apenas por un tiempo. Ahí les informaron que el tratamiento iba a ser largo, así que en enero del 2020 Camila vino también con sus otras dos hijas (Valentina -10- y Emma -4-), y con su hermana, que la ayudó cuidando a las chicas. Su marido, Gustavo, se quedó en Santa Fe trabajando.
Se instalaron en Flores, pero a la semana se quedaron sin dinero para sostener el alquiler. Se quedaron en la calle. Llamaron al 108 y al tiempito las trasladaron a un parador de la Ciudad en Constitución. La hermana de Camila tuvo que volver a Santa Fe, por lo cual el padre de las nenas vino a Buenos Aires para cuidar a sus tres hijas junto a su esposa, pero dejó su trabajo y se quedó sin ingresos.
Entre medio conocieron a Grisel Turiaci, que supo de la historia a través de un grupo de Facebook. Les ofreció ayuda, les pagó un mes de alquiler en una pensión, hizo todo lo posible por la familia. Finalmente, consiguieron una casa prestada de un señor que a cambio de nada les dejó un departamento. Ya había comenzado la pandemia y gracias a este nuevo desconocido tendrían donde quedarse hasta noviembre, cuando necesitaba volver a ocupar la casa.
Fue entonces cuando Grisel se puso en contacto con Saun, la organización solidaria que busca tender un puente entre particulares que quieren ayudar y personas que necesitan ayuda. Subieron el caso de la familia Balbuena a la plataforma y comenzaron a pedir donaciones. La necesidad urgente era conseguirles dinero para alquilar un lugar donde vivir mientras Brenda atraviesa su tratamiento. Ya fue operada dos veces y su cuadro es grave. Pero siguen luchando.
En un momento, juntaron casi 30 mil pesos y consiguieron una casa para la familia, pero resultó ser una estafa. Camila habló con una mujer que les ofreció un alquiler sin necesidad de garantía. Grisel ofreció su recibo de sueldo como aval. Camila confió y transfirió 29 mil pesos a través de Mercado Pago, pero cuando llegaron con todas sus cosas a la puerta de la casa no había nadie, estaba cerrada y nunca les abrieron.
La mujer desapareció. Grisel decidió hospedar a la familia en su casa de manera provisoria para que no vuelvan a dormir en la calle. Después de mucho perseguir a la estafadora, aceptó devolverles parte del dinero: les dio 25 de los 29 mil pesos que le pagaron.
Después de un tiempo conviviendo con Grisel y su familia, consiguieron alquilar un monoambiente en Malvinas Argentinas. Está Gustavo con sus dos hijas mayores ahí, ya que Camila está junto a Brenda internada en el Hospital. Aunque no es una opción cómoda para nadie, es lo que encontraron, pero otra vez es algo temporal. Tienen pago hasta el 24 de diciembre, el día de Nochebuena. Luego, nuevamente tendrán que buscar dónde hospedarse.
La campaña de Saun busca recaudar fondos para alquilar un hospedaje permanente. Busca también un trabajo para Gustavo, pañales y alimentos para la familia, y escolarizar a Valentina y Emma.
Las vías oficiales también fueron activadas, pero la casa de Santa Fe, a quien corresponde dar ayuda por ser la familia de esa provincia, dice que no pueden hacerse cargo cuando se traslada la familia entera. Lo que ofrecen es ocuparse del regreso de la familia poniendo a disposición una ambulancia, pero Brenda necesita ser tratada en el Garrahan.
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires explica que los subsidios habitacionales no pueden ser otorgados a ciudadanos que no tienen al menos dos años de residencia en la Ciudad. Lo que puede ofrecer es lugar en uno de los paradores, pero no resulta un ambiente conveniente teniendo en cuenta el delicado estado de salud de Brenda. También está la residencia del Garrahan, que pueden ofrecer alojamiento para la madre de Brenda en tanto ella esté internada en cuidados intensivos, pero una vez que pasa a sala normal o que sigue el tratamiento ambulatorio, ya no pueden quedarse ahí. Paradójicamente, cuando le den el alta comenzarán muchos más problemas para ellos: no estará curada y no tendrá donde vivir. Todos, con mayores o menores argumentos, están imposibilitados de ayudar y Camila decidió ir por la vía de la justicia para buscar la posibilidad de que un juez le otorgue un lugar para vivir.
Por todo esto Grisel y Saun apelan a la sociedad. Donde el Estado no llega, pueden llegan los ciudadanos. Quienes puedan ayudar, deben contactarse con Grisol a través de este link. Ella es quien está liderando la campaña. Los datos para ayudar son los siguientes: CVU 0000003100046971805701, celular de Grisel 1123170848, celular de Camila 1135652319, y sino via mail a camilaceballosbrenda@gmail.com.
Entre ciudadanos se puede tejer la red para que finalmente Nochebuena no sea la fecha en que una nena de casi dos años se quede en la calle.
SEGUÍ LEYENDO: