La Policía Bonaerense realizó en colaboración con la división Delitos Contra la Salud de la Policía de la Ciudad un allanamiento en el consultorio de Agustina Cosachov, la psiquiatra que asistió a Diego Maradona en sus últimas semanas de vida, en un tratamiento en conjunto con el médico neurocirujano Leopoldo Luque, allanado este último domingo bajo la sospecha de que la muerte del ídolo podría haberse tratado de un homicidio culposo por impericias o negligencia en su tratamiento.
El operativo se realizó en el barrio de Palermo y fue ordenado por el juez Orlando Díaz tras un pedido de la fiscal Laura Capra, encargada de investigar la muerte del mejor jugador de todos los tiempos, que instruye la causa junto al fiscal general John Broyad y los adjuntos Cosme Iribarren y Patricio Ferrari.
Cosachov fue una de las primeras personas que constataron que Maradona yacía sin vida en su habitación de la casa del barrio privado de San Andrés donde residía.
Su nombre figura además en un acta en la que se fijaron las condiciones en las cuales el astro futbolístico iba a cursar la recuperación tras la operación por un hematoma subdural.
El domingo, mientras Luque era allanado por la Bonaerense en su casa de Adrogué y su consultorio de Belgrano, fuentes clave en la causa adelantaban a Infobae que Cosachov, a cargo de la salud mental de Diego, también integraba el abanico de sospechas de un posible homicidio culposo. “No se descarta, es una posibilidad”, reconocía una fuente crucial en el caso.
Hoy, efectivos policiales irrumpieron en su domicilio con la orden de secuestrar soportes de información y documentos referentes a Maradona y a su tratamiento.
Vadim Mischanchuk, letrado de la psiquiatra, aseguró que su defendida está muy tranquila por las decisiones médicas que adoptó durante el tratamiento al campeón del mundo. “La conducta de la doctora se ajustó a las normas de la buena práctica”, dijo ante las cámaras de televisión.
Ayer se conocieron chats en donde Cosachov dialogaba con las hijas del DT fallecido y con el neurocirujano Leopoldo Luque sobre el tratamiento al que sería sometido “El Diez”. Todos coincidían en la necesidad de buscar un médico clínico que supervisara el cuadro general del paciente.
También trascendió un audio en el que la psiquiatra manifestaba no estar cómoda con las decisiones que se estaban adoptando para cuidar la salud de Maradona.
Así, Cosachov, de 35 años, médica egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), especializada en conductas adictivas, empleada del Gobierno porteño según sus registros, entra en la misma situación del médico Luque: investigada, bajo sospecha, pero no imputada formalmente, algo que ocurrirá cuando sea convocada a indagatoria.
Ayer, Luque se presentó en la Fiscalía General de San Isidro ofreciendo ser indagado: fue rechazado por los fiscales, que todavía analizan la información secuestrada en su casa y consultorio, incluidas las cerca de cien páginas de la historia clínica de Diego. Esta semana, por otra parte, se espera otra prueba crucial que podría complicar o no a Cosachov: el resultado de las pericias toxicológicas a la sangre de Maradona, que revelarán la realidad de su régimen de medicación psiquiátrica.
Poco después, comenzaba otro allanamiento en su domicilio particular en Barrio Norte.
Tras ser contactada ayer por este medio, la especialista se negó a hacer declaraciones, asegurando que esperaba el accionar de la Justicia.
Finalizado el allanamiento, el abogado de la psiquiatra volvió a defender el accionar de su patrocinada, que esta tarde se encontraba en su domicilio particular de la calle Guise mientras la Policía realizaba el allanamiento. “Se indicó una internación domiciliaria con requisitos que en ese momento eran adecuados; si se cumplieron o no esas pautas es lo que se investiga en esta causa”, planteó Vadim Mischanchuk.
El letrado adelantó que en las próximas horas se presentará en la Fiscalía para acreditar personería y conocer cuál es la situación procesal de su clienta. Dijo, además, que Cosachov no fue llamada a indagatoria y que, por recomendación suya, la mujer no iba a hablar con los medios hasta tanto no lo hiciera primero con la Justicia. “Sería muy desprolijo”, concluyó.
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