La Casa Rosada vivió este jueves una jornada tensa como pocas en la historia, luego de que decenas de fanáticos invadieran la sede para intentar acercarse al féretro de Diego Maradona, situación que derivó en forcejeos con personal de Seguridad, heridos, gas pimienta que inundó gran parte del recinto y la familia del astro asustada, por lo que se decidió cambiar de lugar el féretro y llevarlo a un sector más seguro.
Pese a que ya se había anunciado que el funeral se iba a extender hasta las 19, la invasión se produjo pasadas las 15, luego de que un grupo de fanáticos derribaran las vallas en el ingreso de la Rosada.
Ante la posibilidad de que hicieran lo propio con las vallas que se interponían entre la gente y el cajón, se definió retirar el féretro del hall y llevarlo a uno metros de allí, al Salón de los Pueblo Originarios, además de cortar el ingreso de personas al edificio.
Cuando se produjeron los disturbios, la ex esposa del astro Claudia Villafañe y sus hijas Dalma y Giannina, fueron retiradas del hall, mientras que dentro de la sede gubernamental se encontraban tanto el presidente Alberto Fernández, que estaba en su despacho, como la vicepresidenta Cristina Kirchner, que permanecía en las oficinas del Ministerio del Interior.
En ese marco, Alberto Fernández decidió asomarse por el balcón de la Rosada para pedirle calma a la gente que estaba concentrada en la Plaza de Mayo para darle su último adiós a Maradona.
Los disturbios en la sede gubernamental dejaron un saldo de varios heridos, entre ellos un miembro de la seguridad de la Casa Rosada que intentó contener las vallas y sufrió un corte sangrante en la frente.
Los invasores se retiraron por el patio de las Palmeras y al atravesar el Salón de los Bustos antes de salir al exterior, una mujer tiró al piso el busto del ex mandatario radical Hipólito Yrigoyen, rompiéndose el pedestal del mismo.
En medio de los desmanes en Casa Rosada, también se produjo la rotura del busto de Hipólito Yrigoyen. La estatua sufrió daños al caer al piso, ya que no alcanzó a ser retirada a tiempo.
Tras esa situación, el presidente Alberto Fernández ordenó retirar para ser resguardados los otros tres bustos de la galería, pertenecientes a Juan Domingo Perón, Néstor Kirchner y Raúl Alfonsín.
Luego, el de Yrigoyen fue guardado en la oficina del secretario de Comunicación de la Presidencia, Juan Pablo Biondi, para ser reparado.
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