Durante la invasión a la Casa de Gobierno, Cristina Kirchner debió esperar en el despacho del Ministro del Interior

La vicepresidenta tuvo que ser llevada a la dependencia ubicada en la planta baja de la Casa Rosada. Los fans de Maradona tiraron una columna del Salón de los Bustos

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Los fans de Maradona dentro de la Casa de Gobierno fuera del sector donde se estaba realizando la despedida al astro de fútbol

Lo que debía ser la dolorosa despedida de Diego Armando Maradona se convirtió, por obra de la improvisación, en un total descontrol que terminó con la vicepresidenta Cristina Kirchner, junto con otros funcionarios, en el despacho del Ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, que se encuentra en la planta baja del edificio de la Casa Rosada junto al patio de las Palmeras.

Finalmente, cerca de las 16, Cristina pudo abandonar el edificio, sufriendo, como todos los que estaban allí, los efectos de los gases lacrimógenos que se arrojaron para disuadir a quienes forzaron el ingreso hacia dicho patio y al salón de los Bustos, donde ocasionaron destrozos y la caída de la columna que sostiene al bustos del ex presidente Hipólito Yrigoyen. Afortunadamente, éste no se rompió.

Después de unos minutos de mucha tensión, la policía logró controlar la situación en el salón donde se encontraba el cajón con los restos del ídolo. En un primer momento, fueron Dalma y Giannina, las propias hijas de Maradona, quienes debieron actuar para proteger el féretro, que debió ser removido de ese lugar para mayor seguridad.

Más difícil fue desalojar el Patio de las Palmeras. Allí, un nutrido grupo de personas comenzó a cantar por Maradona y a mojarse en el agua de la fuente que se encuentra en ese emblemático lugar, ubicado detrás del ingreso habitual de Balcarce 24.

Incidentes en el Patio de
Incidentes en el Patio de las Palmeras

Finalmente a las 16 horas todo se tranquilizó y se volvió a preparar el Salón de ingreso por Balcarce 50 para colocar nuevamente el féretro con los restos de Maradona y retomar el desfile de los fanáticos, algo que aún evalúa la familia del astro.

La situación se generó cuando a las 14 la policía decidió interrumpir la fila de personas que aguardaban en la intersección de la avenida 9 de Julio con la avenida de Mayo. Esto se debió a que por pedido de la familia Maradona, el velatorio debía culminar a las 16.30 horas. Allí comenzó una batalla entre quienes pugnaban por ingresar a la zona cercana a Plaza de Mayo y la policía de la Ciudad de Buenos Aires.

En un primer momento se intentó calmar a la multitud señalando que a partir de las 17, el cortejo iba a transitar por la avenida de Mayo y la 9 de Julio para que todos pudieran despedirse, para luego tomar la autopista 25 de mayo rumbo a Bella Vista, donde Maradona será inhumado. Eso no logró apaciguar los ánimos.

Ante ese escenario, el presidente Alberto Fernández les pidió a las hijas del ídolo que permitieran extender el plazo para que la gente pueda darle el último adiós hasta las 19 horas, lo que aceptaron. Sin embargo, tampoco esa posibilidad hizo que las aguas se calmaran.

Cuando la multitud se enteró del escaso tiempo que quedaba hasta el ingreso, se agolpó contra la reja de la Casa Rosada y comenzó a treparla. El presidente Alberto Fernández miraba la situación desde el balcón del primer piso que da a la Plaza de Mayo y les pedía calma a quienes forzaban el ingreso.

Los fans treparon por la
Los fans treparon por la reja del ingreso principal a la Rosada

Por los incidentes se cruzaron acusaciones el gobierno nacional y el porteño. El ministro del Interior Wado de Pedro tuiteó: “Le exigimos a @horaciorlarreta y @diegosantilli que frenen ya esta locura que lleva adelante la Policía de la Ciudad. Este homenaje popular no puede terminar en represión y corridas a quienes vienen a despedir a Maradona”. Por su parte, el encargado de la Seguridad porteña respondió que “El gobierno nacional armó un comando unificado de fuerzas federales con apoyo nuestro y a las 14 dieron la orden de que no ingrese más gente, lo que generó los incidentes”.

Desde las primeras horas del día se especulaba con que un millón de personas se acercarían a darle el último adiós a Maradona, lo que hacía imposible que todas pudieran acceder a desfilar frente al féretro. Sin embargo, durante el transcurso del día no se tomó una decisión concreta que impidiera el papelón del último momento.

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