Los Rucci Perrig llegaron en enero a San Martín de los Andes. Buscaban una nueva vida al pie de la cordillera de los Andes para los cinco. Eduardo y Natacha, su hija biológica y los mellizos que unos meses antes habían adoptado en África se mudaron de Bahía Blanca al barrio Villa Vega de esta comarca patagónica.
Los vecinos que los conocieron y los frecuentaron los recuerdan como una familia “feliz”, “normal” que “llamaban la atención por los nenitos africanos”. Los recuerdan de verlos en la rambla, frente al lago, en la plaza. Sin embargo, esta semana, la noticia del abandono de los niños en una comisaría bahiense oscureció de repente una historia que parecía de amor y solidaridad: nadie sabe absolutamente nada de los padres adoptivos, se borraron de las redes sociales, no atienden el teléfono, se refugiaron en el departamento que habitaban y la Justicia los investiga por un delito muy grave.
Eduardo Rucci abandonó el 17 de noviembre pasado a los hermanos mellizos de seis años nacidos en Guinea Bissau. Fue hasta la Comisaría de la Mujer de Bahía Blanca, los depositó como si fueran objetos. Dijo que los dejaba por razones personales que dificultaban el vínculo con los chicos y la vida familiar. Y se fue. No se sabe si volvió al hogar que habitaba con su pareja, Natacha Perrig, y su hija biológica de 11 años.
En la Comisaría de la Mujer de Bahía Blanca el hombre contó que con Perrig trajeron en agosto de 2019 al país a los chicos desde África, donde los adoptaron. Según contó el matrimonio a vecinos de San Martín de los Andes consultados por Infobae, en enero pasado abandonaron Bahía Blanca para tener una vida más tranquila.
“Nos encontrábamos cada dos por tres con ellos en la villa. Los nenes hablaban español como cualquiera de nosotros, jugaban con nuestro perro”, comentó una persona que prefirió no revelar su identidad y que aseguró a este medio que ayer martes al menos Perrig y su hija estaban en San Martín de los Andes, ya que llevó a la niña a una actividad extracurricular en la escuela Nro. 313 a donde también iban los mellizos abandonados. “Dijo que estaba agotada”, comentó una persona que conoce a la madre adoptiva de los chicos y prefirió no revelar su identidad.
Perrig, que se recibió de abogada, aunque nunca ejerció, trabajaba de fotógrafa y Rucci, como representante de una empresa de comunicación. Ya conocían San Martín de los Andes antes de instalarse porque él practica triatlón y había corrido varias carreras en la zona. “Él es deportista, llegaron a fines de enero en busca de una vida nueva, los chicos estaban escolarizados. Daban una sensación de que todo estaba bien: mamá, papá, la hermanita, en ese sentido 10 puntos. Acá no lo podemos creer, parecían una familia amorosa, estamos todos conmocionados”, admitió el vecino.
Otro vecino relató que el 17 de noviembre vio salir de madrugada a Rucci, solo y con los dos niños. “Si tenían problemas económicos hubiesen avisado. Pero no se entiende cómo salieron de la ciudad con dos chicos, viajaron 1.500 kilómetros y nadie les pidió papeles. Volvió sin los dos pibes y no hubo una sola denuncia de nada”. También contó que había veces que el matrimonio salía con su hija biológica y dejaba a los niños solos en la casa.
“Cuando llegaron de África se quedaron un tiempo en Bahía Blanca y después vinieron para acá. Nos preguntaban cosas de acá, empezamos con cuestiones de San Martín, de la pandemia, el turismo, oportunidades de laburo. Ellos estaban desde enero y los enganchó la pandemia”, contó Fernando, otro vecino.
Una comerciante de la cuadra contó que los veía todos los días como una familia normal. “Compran y se van, los veía pasar con los nenitos de la mano, me llamaba la atención que eran morenitos, pero hace días que no los veo”, relató a este medio.
La investigación penal está a cargo del fiscal Marcelo Romero Jardín, quien evalúa la posible comisión del delito de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar (un delito que prevé una pena leve, de hasta dos años de prisión excarcelable) y un posible fraude a la Ley de Migraciones. Fuentes judiciales comentaron a este medio que están esperando información de la Dirección Nacional de Migraciones para saber si la adopción se hizo legalmente y que la causa podría pasar al fuero federal en las próximas horas.
La apariencia que daba la familia no indicaba problemas con los niños. En eso coinciden todas las fuentes consultadas. Antes de borrar su perfil de las redes sociales, Rucci posteó para el Día del Padre, en junio pasado, una foto de su hija biológica con sus hermanitos adoptivos entre abrazos y risas.
“A pesar de mis casi 11 años, me he dado cuenta que esto recién empieza. Todos los días del padre son diferentes, pero este es muy particular. Elegimos empezar una nueva vida lejos de nuestros afectos, atravesando una situación particular y con 2 hijos del corazón incorporándose a nuestra familia. Nada casi!! Juli cada vez más grande y enseñándome todos los días. En fin, aprendiendo a SER PAPÁ!”, escribió Rucci en Facebook.
“Luego de hacer alardes mediante las redes sociales de lo excelentes personas que son al adoptar a dos niños africanos, se cansan de ellos, viajan desde San Martín de los Andes para entregarlos a una institución policial como si fueran un paquete o carga, quedando los niños a la espera de que ‘papá vuelva a buscarlos’ (sic), siendo ello un acto inhumano, cruel, discriminatorio, racista y totalmente perjudicial para los niños”, informó Télam respecto de la denuncia presentada ante el fiscal luego del abandono.
Según consta en la denuncia policial, a los menores se les cambió el nombre en el país de origen –de acuerdo al gusto de sus padres adoptivos– y ni siquiera tienen Documento Nacional de Identidad (DNI) provisorio ni de residencia.
El matrimonio tampoco presentó los documentos que acrediten que la adopción haya completado todos sus pasos legales en el país africano y –siempre según las averiguaciones del Equipo Interdisciplinario que tomó el caso en Bahía Blanca– los pasaportes de los chicos no contienen sus identidades originales sino con los nombres de pila que eligieron los adoptantes y con el apellido del padre adoptivo. Además, ninguno de los pasaportes de los mellizos tiene registrada la fecha de ingreso a la Argentina. Solo consta el sello de la salida de Guinea Bissau.
“Estamos investigando el caso”, comentó una fuente calificada de la Dirección Nacional de Migraciones consultada por este medio.
Para los denunciantes, la actitud del padre constituye maltrato infantil, y señalaron que llegó a la comisaría “sujetando a los menores de ambos brazos y, sin ningún miramiento, informarnos que es su deseo entregar a los niños, desentendiéndose totalmente de las obligaciones paternas de cuidar, convivir, alimentar y educar a sus hijos”, además de la cosificación que hace de los menores”.
Los funcionarios consideran que en este caso se violaron los derechos de los niños al constituir un caso de maltrato infantil y una forma de violencia que tendrá consecuencias inmediatas y también en el futuro desarrollo de los hermanitos.
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