Taty Santa Ana empezó “zapando” en una plaza de Córdoba con amigos y una década después le toca ocupar un lugar clave: va a ser host en la final nacional de la Red Bull Batalla de los Gallos. En medio de un proceso de transformación y avance hacia la profesionalización, a ella le toca ser la cara de ese cambio: "Llegué gracias a casi 10 años de laburarlo, de estar, de buscar ideas más creativas, creando en base a lo que nos presenta la realidad que vivimos, que es cruda y desigual. En vez de quejarnos, hacer”.
En ese recorrido compitió, se puso al hombro la producción de diferentes eventos y se perfeccionó como presentadora. “Las personas que organizamos en plazas tenemos esa versatilidad de hacer un poco de todo. De saber organizar, de saber hostear, de juradear, porque en un momento no sobraba gente que lo haga” explica sobre sus inicios en el freestyle.
-¿Qué se siente al tomar la posta después de 10 años de trayectoria y de lo que deja el Misionero, que ocupó ese rol durante mucho tiempo?
-Siempre es una responsabilidad. La persona que te diga que subirse a un escenario a ser presentador o presentadora de un evento no se siente como una responsabilidad muy grande, creo que está errado o errada. Ser presentadora, en mi caso, es ser la cara del evento, de tener que saber de lo que estamos hablando a la hora de presentar. Yo lo respeto muchísimo al Misionero, para mí es de los mejores hosts de América Latina y del mundo, pero mi manera de presentar no es como la del Misio. Él es un referente, yo soy algo bastante distinto. Es una presión pensar que tengo que ser la cara de un cambio. Pero ahí arriba del escenario voy a estar lista para lo que venga. También es un paso enorme y un cambio muy rotundo. No solo que se vaya el Misio y que yo tengo una manera de hostear muy distinta, sino que vuelva a haber una mujer después de tantos años.
-Te toca estar en ese lugar en un momento muy particular, en medio de una pandemia. ¿Cómo crees que va a impactar en la dinámica?
-Sobre los protocolos vamos a estar super entrenados ya que haremos ensayos. Y bueno, vamos a tener que acostumbrarnos, muchachos. Hay que rapear más lejos, hacerse menos frente y yo tendré que estar más atenta en esa secuencia. Ir y cuidar que estas cosas no pasen. Pero mucho más que eso no va a cambiar. Los chicos y las chicas ya están acostumbrados. Por suerte (o por desgracia) la pandemia llegó a principio de año y tuvieron tiempo de competir y acostumbrarse a la virtualidad o a la presencialidad sin público. Van a poder aprovecharlo y sacar un poco de beneficio. Los protocolos son una cuestión más de producción, entonces en mi cabeza eso queda super chipeado.
De las plazas a la Triple F
En el 2018 se cruzan dos hitos claves en su trayectoria: la creación de la Triple F junto a Mirna y Fosh y la convocatoria a hostear Cultura Rap, en Recoleta. “Juancín me propone ser host y le digo que sí. Fue una gran serendipia en mi vida que me llevó a estar hoy de host en un montón de lugares, conocer espacios y competencias hermosas” cuenta Taty sobre ese momento fundamental para su carrera.
La Triple F representó un paso revolucionario para las mujeres de la escena local. Es la primera liga de freestyle femenina profesional bajo los estándares de profesionalismo actuales y para las mujeres expresa la posibilidad de “poder vivir un poco de esto, poder entrenar, tener constancia, que sea una liga por puntos, que se ganen el respeto de ellas mismas y de la gente que fue a las cinco jornadas”.
-¿Cómo llegaste a este punto en el que estás hoy?
-Yo empiezo a tirar freestyle en enero del 2011 en Córdoba, con amigos en un banco de una plaza. Más que hacer freestyle era zapar, era lo que sabíamos hacer. Y me empiezo a adentrar un poco en el mundo, viendo los pocos videos en Youtube que había. Investigando, escuchando música. En 2013 comienzo a ir a plazas, a conocer el Quinto Escalón, después Las Vegas. Se arma una competencia de freestyle en la plaza de mi barrio, en Villa del Parque, y compito en la segunda fecha por primera vez. Y desde ahí empecé a organizar y competir constantemente. Hasta que en 2015, 2016 me llega la propuesta de empezar a organizar Las Vegas Freestyle, que es la segunda competencia de Buenos Aires. Hoy en día es la más vieja de las tres primeras vigentes. Y obviamente acepto. Y empecé a organizar al lado de Fosh. Hasta que rn un momento Fosh tiene que dejar de organizar por temas personales y me deja a cargo de Las Vegas. Siempre fui de las personas que iban a una plaza y si necesitaban cualquier cosa, yo estaba ahí al pie del cañón.
-¿Cómo crees que impacta en las mujeres esta oportunidad de poder competir y desarrollarse?
-Esto sirve para visibilizar que estamos. Que esto era una movida donde solo había hombres. Siempre hubo mujeres, el problema es que la sociedad, no solamente la cultura del freestyle, sino la cultura en general invisibiliza eso. Espero que esto siga siendo útil para las generaciones futuras de pibas y que las pibas puedan estar conformes. La Triple F para mí fue el evento más bello que me ha tocado producir y presentar porque, por sobre todas las cosas, era y es ver a las pibas empoderándose. Desde el lugar de cumplir sus sueños, de pararse ellas mismas sin importar quién esté al lado. Y por suerte lo pudimos hacer juntas.
La explosión del freestyle
En los últimos años el freestyle experimentó un crecimiento exponencial y progresivamente comenzó a abrirse a nuevas audiencias. Figuras que empezaron compitiendo en las plazas, como Yzy A, Duki, Ecko, Wos, hoy ocupan espacios en la escena musical mainstream. A la par que crece la visibilidad también crece la profesionalización de los competidores y el reconocimiento de sectores que se perciben como tradicionales.
-¿Qué cambios puede generar al interior de la escena este crecimiento?
-Tiene consecuencias buenas y malas. Lo malo es que estamos más en el ojo de la gente, bajo la lupa. De la nada, por ser una persona que hace freestyle, sos como una estrella de rock. Es muy raro. Pero tiene su lado bueno porque podemos vivir de esto. Es un grupo reducido de personas el que tiene esa posibilidad, pero se abren las puertas de la profesionalización, de tener cierta seguridad a la hora de decir “estoy apostando a un arte nuevo”. También se nos toma más en serio. Cuando empecé mi vieja, que es una persona de comentarios muy reservados, me dijo: “Che, ¿a vos te parece estar volviendo a las once de la noche con 14 años?”. “Estoy en una plaza haciendo freestyle”, respondí. Y a mis viejos se les debe haber cruzado cada cosa en la cabeza. Ahora es más normal. Tengo amigos de mi viejo que dicen: “Mirá, tengo una hija de seis años que quiere aprender a hacer freestyle, ¿conocés a alguien que le pueda enseñar?”. Está buenísimo que se legitimó socialmente, ¿no? O sea, estamos haciendo una actividad cultural con características de desarrollo social. Está buenísimo que se legitime, que se profesionalicé, que estés mirando la tele o Youtube y te aparezca, por ejemplo, Ecko, que es un freestyler, una persona que nació de una plaza. Creo que lo mejor que nos da esto es permitirnos soñar un poco más alto y decir “okey, puedo vivir de esto, vamos a hacer algo para trascender”. Es un momento muy vertiginoso.
Taty pudo experimentar ese crecimiento explosivo en su propia carrera. Después de hostear en Cultura Rap por primera vez la convocan a la nacional de Supremacía, “que es uno de los eventos más importantes a nivel mundial y que acá en Argentina actualmente soy la productora. Fue algo bastante flashero. BDM lo mismo”. En el 2019vino otro salto: “Me llegó la propuesta de ser la presentadora del backstage de Red Bull y acepté sin dudarlo un segundo. Y posterior a eso me llamaron para ser comentarista en la internacional”.
Hacia la federalización de la escena
El coronavirus y las restricciones de circulación empujó a todo un ecosistema de competidores, jurados, productores, organizaciones y presentadores a la virtualidad. Lo que en principio significó un desafío para adaptarse a esas nuevas condiciones fue mutando durante estos meses hasta convertirse en una oportunidad desde la perspectiva de Taty. Sin limitaciones de tipo geográficas, la escena se federaliza y los perfiles que ya estaban impactando a nivel local pasaron a tener visibilidad nacional.
-¿Y cómo llega la escena local a este momento?
-Y... en medio de una pandemia. Hay algo bueno que tiene este año y es la virtualidad que se dio. Claro que no es lo mejor del mundo porque yo estoy acostumbrada a gestionar en espacios públicos o teatros y de la nada tenés que gestionar en Discord. Pero lo que genera esto es la visibilidad de nuevos talentos y la capacidad de aspirar a una federalización real. Además se da la aparición de pibas. Porque en Discord, en cierto sentido, pueden sentirse más cómodas porque no tenés la mirada ajena presionándote, no ves si miran o no, si te prestan atención o no. Rapeás y punto. Y está esto de poder mostrar talentos de otros lados. Personas que te quedás de cara. ¿Cómo no los conocí hasta ahora? Tal vez no yo, que los conozco por lo que hago. Pero ¿cómo no estuvieron nunca en una Red Bull? ¿Cómo no aparecieron en el top 10 de mejores acotes de Argentina del año pasado? No lo entiendo. Permitirnos la federalización nos enriquece un montón. Se genera una pluralidad cultural de voces. Hoy en día estoy en contacto con un montón de organizadores de todo el país que son personas increíbles, que hacen lo mismo que yo pero tienen menos oportunidades. Esto fue súper enriquecedor para conocerlos, generar esta unión y para decir “vamos a ponernos la camiseta por ellos”. Creo que conocer tu país, lo que tu país tiene para dar y conocer la cultura del rap argentino, del freestyle más allá de lo que se ve en Buenos Aires. es super importante y deberíamos hacerlo más.
-Esto va seguir creciendo, se suma gente nueva y para el que recién entra es un universo muy grande, ¿por dónde le recomendarías a alguien que empiece?
-Que empiecen por las plazas, que lo hagan por amor, que jueguen, que se diviertan, que no se encasillen. Escuchen mucha música, escuchen otros freestylers o vean entrevistas de otros jurados. Si nos encasillamos, después te da miedo salir a lo que no conoces. Capaz si yo le decía que no a Juancín de ser host en Cultura Rap hoy no llegaba acá.