María José Brizuela (46) es pediatra y trabaja en un hospital público de la Zona sur de Rosario. Su única hija, Faustina es alumna de séptimo grado de la escuela privada “Los Arrayanes”. Juntas, madre e hija, afrontaron este año como pudieron. María José haciéndole frente al COVID-19 luego de tener que aislarse en dos oportunidades por casos positivos cercanos y su hija de trece años tomando clases de manera virtual.
Desde que se decretó el “aislamiento social, preventivo y obligatorio”, cuenta María José, el colegio al que asiste Faustina organizó, después de algunas semanas, un sistema de cursada online. Sin embargo, el “campus virtual” no pudo reemplazar la magia del aula. “Con el transcurso de los meses Fausti empezó a estar desganada y sin ganas de conectarse”, repasa su mamá en charla con Infobae.
A los reiterados cambios de humor de la adolescente se sumó la alteración en el ritmo del sueño porque, al no tener que madrugar, empezó a acostarse más tarde. “Con los meses, mi hija bajó su rendimiento. En Inglés llegó a tener un seis y empezó a deber tareas. Ella jamás fue así, pero le ganó su desgano”, describe.
En la mitad de la cuarentena, cuenta María José, Faustina le pidió volver a terapia: lo hace cada quince días.
“Está muy triste y con ganas de volver al colegio. Para ella, que es hija única, la escuela es mucho más que una casa de estudios. Es el lugar donde puede vincularse e interactuar con sus pares. Por otro lado, está desconcertada. Me dice: ‘Si están abriendo bares y comercios, ¿por qué no puedo volver al colegio?’. Ella ya sabe lo que es un protocolo y está dispuesta a cumplirlo”, apunta María José que, además de Médica Pediatra, tiene una especialidad en Psiquiatría Infanto Juvenil.
Para María José, así como para el resto de los padres autoconvocados “por la educación”, la presencialidad, con cuidado, puede ser una herramienta valiosa para los chicos.
“Nos hemos puesto a tono con lo que pasa en otras partes del mundo y hay muchas escuelas que armaron ‘burbujas’ con grupos de 10 chicos que se van turnando para ir a clase. La virtualidad no favorece al crecimiento y desarrollo de los niños. El único aislamiento beneficioso es el de los bebés durante los 9 meses en la panza”, sostiene la mamá de Faustina.
Mariela Hadad es mamá de dos adolescentes: Victoria de 13 y Santiago de 19. Mariela vive en la zona Sur de Rosario, en el barrio La Guardia y trabaja en el rubro gastronómico. En charla telefónica con Infobae, la mujer de 45 años cuenta que fue una de las primeras en sumarse al grupo de “Padres por la Educación de Rosario”.
Su hija “Vicky” es alumna de séptimo grado de la Escuela Dr. Roque Sáenz Peña y, según su mamá, recién hace un mes tuvo su primera clase por zoom. El resto del año, la adolescente recibía los contenidos y las tareas a través de cuadernillos o por WhatsApp.
“Al ser una escuela pública, decían que no podían darle clase solamente a los que tenían conectividad. Entre distintos padres ofrecimos nuestras casas para que aquellas familias que no tenían conexión se distribuyeran entre los domicilios de las que sí tenían, pero no nos habilitaron”, lamenta Mariela.
“La parte emocional de cada criatura es distinta y cada familia hace lo que puede. Hay muchas madres que expresaron que sus hijos empezaron tratamientos psicológicos; otras, directamente, decidieron contratar maestros particulares para que sus nenes no se atrasaran con los contenidos. El año que viene la brecha va a ser tremenda”, dice.
Según Mariela, en septiembre, una mamá se quejó en la Dirección del colegio porque su hija le dijo que no le corregían la tarea. “Vicky también me lo planteó en su momento: ‘¿Para qué me voy a esforzar si igual vamos a pasar de año?’ La falta de incentivo es terrible”, asegura.
Pablo Mariani, otro papá que integra el grupo, asegura que en toda esta situación, el derecho más vulnerado es el Derecho a la Educación de los niños.
“Somos cada vez más los padres preocupados por los efectos del encierro y el efecto de la no clase de los chicos. Donde más se siente la brecha es en los chicos con menos accesos a las plataformas digitales. Pedimos una vuelta a la presencialidad, no está perdido el año. Los protocolos han sido presentados. Nosotros nos hemos comunicado con todo el arco político. Y todos nos dieron el 100% de apoyo, salvo los que están en el ejecutivo. No estamos bajo ninguna bandera política, pero queremos que los funcionarios que nos acompañen”, sostuvo Mariani en declaraciones a Telefe Rosario.
En diálogo Infobae, la Ministra de Educación de Santa Fe, Adriana Cantero sostuvo que el ciclo lectivo 2020 termina en Marzo. “La idea es que el próximo 17 de febrero comiencen los grupos prioritarios (N. de la R.: es decir 1º y 7º grado). Si Salud indica que estamos habilitados haremos con protocolos el regreso a la presencialidad en ese momento”, dijo a este medio.
Mientras tanto, el próximo jueves 19 de noviembre a las 12.30 horas, el grupo de padres autoconvocados llamó a una movilización en la Plaza San Martín de Rosario, bajo el lema “Abran las escuelas”.
A nivel epidemiológico, actualmente, Santa Fe es una de las provincias con más casos diarios de COVID-19. De acuerdo con el último parte del Ministerio de Salud de la Nación, la ciudad de Rosario acumula mil víctimas fatales desde que comenzó la pandemia. En la provincia el total de decesos es de 1.871.
En una encuesta que respondieron adultos de todo el país, se les pidió ordenar los motivos de más a menos importantes a la hora de pensar en la vuelta de los chicos a la escuela. Por amplio margen, la salud emocional resultó la más seleccionada, después de tanto tiempo de encierro y temor al contagio. La segunda va en la misma dirección: que los chicos puedan relacionarse con sus compañeros.
La opción de “recuperar los aprendizajes perdidos” recién aparece en tercer lugar. Le sigue que los alumnos puedan restablecer el vínculo presencial con sus docentes y, en la última ubicación, que los padres tengan tiempo para trabajar.
Los datos surgen de una consulta que recaba las voces de las familias que participaron del Encuentro Nacional de Familias por la Educación, realizado la semana pasada, con casi 4000 inscriptos. Participaron padres de las 24 jurisdicciones del país, con hijos en todos los niveles escolares, tanto de escuelas públicas como privadas.
Carta de los padres autoconvocados de Rosario
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