El 15 de noviembre de 2017 el submarino ARA San Juan naufragó en aguas del Atlántico Sur luego de reportar un principio de incendio en la sala de baterías de proa. Sus 44 tripulantes, a bordo. Un año y dos días después, exactamente en la madrugada del 17 de noviembre de 2018, fue hallado en las profundidades del Golfo San Jorge, a 597 kilómetros de Comodoro Rivadavia. A tres años de su hundimiento, familiares de las víctimas y autoridades nacionales honraron la memoria de los submarinistas fallecidos.
En la Plaza de Armas de la Base Naval de Mar del Plata, muelle natural del submarino, el acto principal: desde las nueve de la mañana empezaron a ingresar al recinto los 130 familiares autorizados. Se distribuyeron sillas de acuerdo a los integrantes del núcleo familiar en una explanada al aire libre, con respeto al distanciamiento en el marco del protocolo sanitario por coronavirus. En la ceremonia, que se transmitió por los canales oficiales mediante una web dedicada a recordar a la tripulación, 44 Presentes, les entregaron a los familiares el pabellón nacional, jinetas y espadas, atributos correspondientes al ascenso post mortem otorgado por el Gobierno nacional en marzo pasado.
A las 10:30, el Himno Nacional dio inicio al homenaje. Primero fueron las palabras del capellán de la base, presbítero David Ochoa, que luego bendijo las insignias. Un emotivo minuto de silencio precedió las palabras del Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Contraalmirante Julio Horacio Guardia. Su discurso estuvo marcado de carácter y coyuntura política. “Nos encontramos hoy reunidos en la cuna de los submarinistas argentinos, para homenajear a los 44 tripulantes del Submarino ARA San Juan, en el tercer aniversario de su naufragio”, expresó antes de ensayar una breve cronología de los hechos.
“Desde la pérdida de contacto con el ARA San Juan se dio inicio a una de las operaciones más importantes de búsqueda y rescate de la historia mundial”, valoró. Narró que se cubrió “más de un millón de millas cuadradas con exploración aérea y 521.690 millas cuadradas con buques de superficie” y que participaron 27 buques -nueve extranjeros y 18 nacionales- y trece aeronaves -siete extranjeras y seis nacionales- en los operativos de rescate. Habló de hipótesis, de investigaciones, de incertidumbre, de probabilidades.
Dijo que recién con la llegada del buque noruego “Seabed Constructor”, al que se proveyó de toda la evidencia acumulada, se pudo hallar el casco del submarino tras dos meses de búsqueda y luego de procesar imágenes de equipos sumergibles y personal calificado. Evocó la madrugada del 17 de noviembre del 2018 y aclaró que “solo ese día, luego de un año de incertidumbre como resultado de la complejidad propia de una búsqueda en las profundidades del mar, pudimos conocer la localización precisa de los restos del submarino ARA San Juan”.
Su pronunciamiento no es casual. El 7 de noviembre de este año, el contralmirante retirado Luis Enrique López Mazzeo, ex comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada y uno de los imputados en la causa por el hundimiento del navío, había reconocido ante la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia que veinte días después del naufragio, el buque chileno Cabo de Hornos ya les había revelado la ubicación del submarino siniestrado. El Contraalmirante Julio Horacio Guardia negó esta versión ante los familiares, luego de que la querella mayoritaria de los representantes de los tripulantes denunciaran al ex presidente Mauricio Macri y al ex ministro de Defensa Oscar Aguad por el presunto encubrimiento del hundimiento del submarino.
El Jefe del Estado Mayor General de la Armada informó, a su vez, que la Corbeta ARA Granville y el Aviso ARA Puerto Argentino en camino hacia la Antártida se desviaron para dirigirse al punto del hundimiento: se formaron, arrojaron una rosa al mar por cada uno de los fallecidos y leyeron una carta alusiva al homenaje. “Desplegados en tareas de control del mar, se encuentran en la posición del naufragio rindiendo los correspondientes honores y velando por su descanso eterno. Es un ejemplo más de nuestra determinación de mantener viva su memoria y estar a disposición de ustedes para todo aquello en que podamos ayudarlos”, manifestó Guardia.
Declaró la renovación de su compromiso por “continuar colaborando con la Justicia para el esclarecimiento de los hechos que derivaron en la pérdida del submarino y nuestros 44 camaradas”, y agregó: “Sus nombres, junto a otros que los precedieron en la custodia eterna de nuestros mares, nos iluminarán siempre en la senda del esfuerzo, la vocación de servicio y el cumplimiento del deber”.
Luego fue el turno del ministro de Defensa Agustín Rossi. No leyó un discurso, pero sí leyó el nombre y el cargo de cada uno de los submarinistas. “Venimos a recordar a los 44. Pero los 44 tienen nombre y apellido que yo quiero puntualizar”, dijo antes de nombrarlos uno por uno. “Cumplimos con algunas de las cosas que nos comprometimos: dijimos que íbamos a propiciar el ascenso post morten al grado inmediato superior a todos los submarinistas, dijimos que íbamos a tener un portal de homenaje en forma permanente y lo llevamos adelante. Otras cosas no las pudimos hacer producto de la pandemia”, explicó y le envió un mensaje especial a siete familias que no pudieron asistir a la ceremonia por situaciones vinculadas al aislamiento.
“Aquellas personas a quien hemos querido y perdido, ya no estarán donde estaban, pero siempre estarán donde estemos nosotros”, dijo el ministro. Aseguró que durante su gestión seguirá reafirmando y sosteniendo su compromiso con la verdad y la Justicia y contó que se tomó el atrevimiento de pedirle al Monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, que se contactara con el Papa Francisco a efectos de que extendiera un mensaje en memoria a los tripulantes. El Sumo Pontífice emitió una carta y Rossi la leyó: “El próximo domingo 15 se cumplen tres años del hundimiento del ARA San Juan. No quiero dejar pasar esa fecha sin hacerle llegar a los familiares de los 44 marinos y al pueblo argentino que tanto sufrió por este acontecimiento la seguridad de mi cercanía y oración. Ese día celebraré la misa por el eterno descanso de los marinos desaparecidos”.
La ceremonia duró 47 minutos. El Contraalmirante Guardia y el ministro Rossi entregaron los atributos a los familiares. Lo hicieron con barbijos y con las manos sanitizadas. Evitaron los abrazos pero se mantuvieron cercanos. Presenciaron el acto el intendente del partido de General Pueyrredón, el subjefe del Estado Mayor de la Armada, el comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, el secretario general de la Armada, el comandante de la Área Naval Atlántica, el comandante de las Fuerzas de Submarinos y la titular de la unidad de gabinete de asesores del ministerio de Defensa.
También hubo un acto frente al puesto de guardia de la Base. Lo llevaron a cabo familiares de la tripulación a través de sus redes sociales. Aprovecharon el homenaje para impulsar la petición que hicieron en Change.org para que el 15 de noviembre sea feriado nacional. La iniciativa llevaba casi 20 mil firmas.
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