Las alarmas se encendieron el pasado jueves 5 de noviembre cuando desde el puerto de San Pedro se alertó a las autoridades comunales que el histórico “Aviso Irigoyen” presentaba una importante escora (inclinación) atribuida en primera instancia a una pronunciada bajante del Río Paraná. Luego se constató además que había una importante entrada de agua al interior de la nave.
Si bien desde principios de 2010 el buque ya no es “ARA” al ser radiado, donado y puesto bajo la responsabilidad del municipio de San Pedro, la Armada recibió un pedido de ayuda cursado desde la intendencia municipal al Jefe del Área Naval Fluvial Capitán de Navío Walter Doná quien canalizó el mismo a través de la cadena de mandos naval. A partir de la autorización dada desde la jefatura de estado mayor de la fuerza, se movilizaron medios y efectivos militares a la zona con el objeto de evitar no solo la pérdida de una unidad histórica, sino además impedir que la nave se transforme en un verdadero peligro para la seguridad de la navegación.
El operativo de rescate
Según informó el jefe del operativo Capitán de Fragata Ariel Fernando Gómez Mombello, a primera hora del pasado viernes comenzaron a desplazarse al lugar del siniestro 8 efectivos de la Estación de Salvamento y Buceo de la Base Naval Zárate además del buque multipropósito “Ciudad de Zárate” con 34 tripulantes, un grupo de infantes de marina pertenecientes al batallón 3 y personal del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada. A su vez se enviaron medios de achique (extracción de agua) y en conjunto con la comunidad local se confeccionaron una importante cantidad de cuñas de obturación de agua para efectuar la contención primaria de la inundación.
Los 11 buzos salvamentistas alternaron tres turnos para no interrumpir la labor de obturación mientras que desde abordo se montó el sistema de bombas de extracción de manera que se pudiera desagotar un mayor volumen de agua del que iba ingresando, logrando de esta manera lentamente ir consiguiendo que el buque vuelva a adrizarse (recuperar el eje vertical) Al finalizar las tareas se logró llevar al viejo buque de sus 29° de escora a estribor (lado derecho de la embarcación) a los 5° lo que lo torna seguro para seguir trabajando ya sin peligro para el personal y sin riesgo para la navegación.
“Fue muy importante el apoyo prestado por El consorcio de gestión del puerto local, la Secretaria de Gobierno local, la Dirección de Cultura de San Pedro, los bomberos voluntarios y varios carpinteros vecinos de la ciudad”, declaró Mombello a Infobae, al mismo tiempo el jefe naval detalló que en el día de hoy el personal y medios a su cargo se repliegan a sus destinos y que en lo que respecta al área naval fluvial continuarán con las tares de apoyo a la lucha contra la pandemia COVID-19 y con el alistamiento de cara al operativo de vacunación en el que se empeñará a las fuerzas armadas.
El “Irigoyen” es un antiguo remolcador utilizado por la Armada de Estados Unidos durante el tramo final de la Segunda Guerra Mundial y que luego fuera transferido a la Armada Argentina para ser empleado como buque de la categoría “Aviso” (buque auxiliar normalmente empleado para transporte de pertrechos o personal desde tierra a naves de mayor porte y también para tareas de remolque) Cumplió un rol de apoyo durante la guerra de Malvinas pero no ostenta la condición de buque veterano de guerra.
Constituye junto con la Fragata “Presidente Sarmiento” y la corbeta “Uruguay” uno de los 3 buques museo con los que cuenta el país. A diferencia de los citados que siguen a cargo de la Armada Argentina el Irigoyen está a cargo de la Dirección de Cultura local y este siniestro constituye un antecedente que será tomado en cuenta a la hora de decidir otras donaciones que actualmente están en carpeta. " Si bien es un objetivo de interés cultural la proliferación de naves museo que permitan acercar a pobladores de distintas ciudades a la historia naval del país, tener un buque amarrado no significa que no se le deba realizar mantenimiento preventivo, eventualmente ponerlo en dique seco y fundamentalmente extremar los cuidados para que no se hunda con el consiguiente trastorno que esto significa para la navegación comercial y la seguridad náutica". Indica uno de los expertos navales consultados.
En los próximos días luego de elevado el informe final sobre el estado en quedó el buque museo Irigoyen, la Prefectura Naval Argentina realizará una inspección técnica la la nave, ya que al haber perdido esta su condición de buque militar, como todo artefacto naval civil queda bajo la órbita de la autoridad marítima la que deberá determinar si se encuentra en condiciones de ser visitado por el público o si en virtud de su estado amerita ser retirado del puerto y desguazado.