En el año de su 50 aniversario, sin turistas extranjeros y con protocolos de seguridad e higiene, reabrió este domingo en la ciudad de Buenos Aires la Feria San Pedro Telmo “con una gran necesidad de trabajar”, reconocieron los trabajadores, que volvieron a la actividad gracias a la apertura de Ferias de Manualistas y Artesanos que rige desde ayer como parte de las actividades habilitadas en la vuelta progresiva al espacio público.
“La feria creció con el esfuerzo de las sucesivas generaciones de feriantes y se constituyó en una atracción de la Ciudad y referente en la compra venta de antigüedades con prestigio nacional e internacional”, aseguraron desde la Comisión de Permisionarios de la Feria San Pedro Telmo.
Y señalaron que “seguramente que allá por la Semana de Buenos Aires de 1970, inicio de las actividades de la Feria, sus primeros integrantes no pensaron en el momento en que ella cumpliera sus primeros 50 años”.
En las inmediaciones de la Plaza Dorrego se vio el habitual despliegue de puestos y vendedores ambulantes pero esta vez sin la gran afluencia de turistas a las que está acostumbrada esta clásica zona de Buenos Aires.
Una vendedora del lugar, Graciela Malga, que tiene hace 7 años su stand de venta de antigüedades, contó a Télam que “reabrimos con mucha expectativa. Sabemos que va a estar difícil porque no hay turismo pero esperamos una recuperación paulatina”.
Valoró además que se acerquen los porteños y vecinos a la feria, pero reconoció que “no hay poder adquisitivo después de la pandemia”.
En tanto, Alfredo Martínez, que trabaja hace 30 años en la Plaza Dorrego como artista del fileteado, el tradicional arte popular porteño, lamentó que no haya turismo del exterior, que es “la fuente principal” de los trabajadores de la feria. Agregó también que “acá trabajamos mucho con extranjeros; reabrir ahora es para mantener el lugar más que nada”, afirmó y sostuvo: “Estoy contento porque puedo pintar todo los días aunque está muy difícil la venta”.
Por su parte, Carlos Lord, que hace 20 años vende imanes de íconos de Buenos Aires, comentó que “teníamos mucha necesidad de volver a trabajar, fueron meses aguantando”. En ese sentido agregó: “Está bueno que se acerque gente de acá pero el turismo interno a muchos no nos sirve porque vendemos souvenirs de Buenos Aires, eso se lo llevan sólo los del exterior”.
En cuanto a los protocolos y medidas de seguridad e higiene, se pusieron flechas en el suelo para indicar la circulación, se separó los stands entre sí para mantener el distanciamiento social y se desplegaron estaciones sanitizantes para que los visitantes se puedan lavar las manos.
“Está muy lindo San Telmo, ya lo conocemos bien pero nos encanta venir. Siempre encontramos algo nuevo para comprar”, comentaron a Télam Martín y Agustina, una pareja proveniente de Caballito que se acercó a la feria de la calle Defensa. “Está bueno que se abran estos lugares que son al aire libre, acá no vemos peligro de contagios”, aseguraron.
Cerca de allí, Augusto y Mónica, dos médicos que se tomaron su domingo para almorzar en familia en una parrilla que puso las mesas en la vereda. “Hoy es nuestro día libre y vinimos con nuestras hijas a almorzar y pasear. Vivimos acá cerca”, comentaron. Los trabajadores de la salud valoraron “que haya aflojado” la situación de los contagios de coronavirus en el Área Metropolitana de Buenos Aires porque estaban “muy cansados” aunque señalaron que “hay que seguir cuidándose”.
Laura, que salió a pasear con su hija Mariela -ambas vecinas de San Telmo- se mostraron disgustadas con el regreso de la feria. “Estaba re tranquilo el barrio sin tanta gente, nos gustaba. Lo bueno de la pandemia es que el barrio se volvió más transitable para los vecinos sin tantos turistas y sin tantos puestos en la calle”, aseguró Laura.
A partir del sábado, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad sumó las Ferias de Manualistas y Artesanos a la lista de actividades habilitadas en la vuelta progresiva al espacio público. Se trata de 22 ferias de manualistas y 9 ferias de artesanos -un total de 4.772 feriantes- que volvieron a funcionar en 33 emplazamientos.
De acuerdo con el nuevo protocolo, los puestos deben ubicarse respetando la distancia y ser atendidos por una sola persona.
Además, se realizan operativos de limpieza intensiva tanto la noche anterior como al finalizar la jornada, que consistirán en desinfección con hipoclorito de sodio, vaciado de cestos papeleros y contenedores, y barrido de calles.
“Este fin de semana volvieron las tan queridas ferias de artesanos y manualistas cumpliendo con todos los protocolos de seguridad. Es una gran noticia tanto para los feriantes como para las vecinas y vecinos que pudieron volver a disfrutar de estos clásicos paseos”, indicó este domingo en su Twitter la ministra de Espacio Público de la Ciudad, Clara Muzzio.
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