¿La vida en Marte sería mejor que en la Tierra? ¿Es posible diseñar una ciudad que sea sustentable y resulte atractiva para vivir el día en que decidamos colonizarlo?. Estos fueron algunos de los interrogantes que se planteó The Mars Society al convocar un concurso internacional para la construcción de una metrópoli para un millón de personas en el planeta rojo.
Uno de los proyectos, llevado a cabo por un equipo internacional llamado SONet y encabezado por el astrofísico del Instituto de Ciencias del Espacio Guillem Anglada-Escudé, contó con la participación de dos argentinos. Ellos son el tucumano Sebastián Rodríguez (30) y el santiagueño Gonzalo Rojas (30), estudiantes del último año de la carrera de arquitectura en la Universidad Nacional de Tucumán, que trabajan para el estudio de arquitectura Abiboo, que también formó parte de este reto.
“The Sustainable Offworld Network (SONet) es una comunidad de profesionales de España, Reino Unido, Alemania, USA, Austria y ahora Argentina, que se dedica al desarrollo de proyectos sostenibles fuera del planeta tierra, enfocados en Marte y en la Luna”, contó a Infobae Sebastián Rojas, que junto a su compañero y amigo se encargaron del diseño arquitectónico de esa ciudad extraterrestre bajo el liderazgo de Alfredo Muñoz, arquitecto fundador de Abiboo Studio.
“Nos dedicamos a hacer los renders y a dirigir y editar el video de la presentación de Nüwa, nombre con la que fue bautizada la principal ciudad de las cinco que tendrá Marte y donde vivirían los primeros 200 mil habitantes”, precisó a este medio Gonzalo Rojas al referirse a la no tan lejana colonización humana de Marte.
Por más que juren que no se trata de un proyecto futurista, las imágenes son impactantes y parecen salidas de una película de ciencia ficción. Nüwa se construiría en forma vertical, orientada al sur, dentro de un acantilado de un kilómetro de alto; y los edificios estarían conectados por un sistema de túneles transparentes que permitían tener pérgolas y bóvedas para ayudar a reproducir la visual del exterior.
Habitáculos excavados en un acantilado y enormes cúpulas de cristal que protejan a los habitantes del hostil clima marciano, serían los elementos que, al menos desde fuera, diferenciarían una ciudad marciana de una terrestre. Pero eso no es todo. A la hora de proyectar una colonia en el planeta rojo, sus creadores también pensaron en un modelo social viable para las colonias extraplanetarias. El lugar constaría de espacios deportivos, culturales, un sistema de colegios y universidades y sectores para el esparcimiento.
“No es una ciudad de ciencia ficción, es una ciudad realizable. Fue concebida por profesionales muy capaces en cada una de las áreas que hicieron un estudio de factibilidad para que la vida humana sea posible”, recalcaron los argentinos.
Si bien la diferencia con la Tierra es bastante grande, se trata del planeta más similar a ella dentro del sistema solar. La elección del lugar y del sistema constructivo vinieron impuestos por los condicionantes de Marte, que tiene una gravedad que es un tercio la de la Tierra.
Esto implica que si se construyeran los edificios como en nuestro planeta, tenderían a explotar por la presión. “Los edificios se construirían con plásticos y otros polímeros, que son muy fáciles de producir en Marte y el resto serían metales y minerales que se pueden obtener del suelo marciano”, especificó el diseñador tucumano.
El resultado, según los bocetos disponibles, serían macro urbes semi subterráneas con galerías de 20 metros de diámetro y hasta 300 metros de profundidad. En su interior, espejos rebotarían la luz natural de la entrada hasta la profundidad de unas cuevas que protegerían a los habitantes de la inclemencia del clima y la radiación de Marte. Cada ciudad tendría placas solares y reactores nucleares para garantizar el suministro eléctrico, zonas de ocio como parques y cines, espacios para el trabajo -que sería mayormente robotizado para ahorrar mano de obra-, cultivos y plantas de reciclaje.
“Uno en el imaginario piensa que hacer una ciudad sería como en la Tierra, que tiene un desarrollo superficial. Pero en Marte, por el tema de la radiación y la atmósfera (que es apenas el 1% de la terrestre), para obtener agua y oxígeno debemos ser muy cuidadosos”, remarcó Rodríguez. El agua se obtendría del argiloso suelo del planeta y el oxígeno se generaría gracias a microalgas.
“Su radiación también es distinta porque al no tener magnetósfera que la protege de la radiación gamma, una exposición prolongada puede generar distintos tipos de cáncer de piel así que es algo que también tuvimos en cuenta”, precisaron los integrante de SONet para justificar el por qué de la creación de techos y paredes que permitan el paso de la luz.
En cuanto a la gravedad de Marte, Rojo contó que es del 38%: “Es decir, que si en la Tierra pesás 100 kilos, en Marte pesás 38 kilos, a diferencia de la Luna donde su gravedad es de apenas el 16%. Esto nos lleva a repensar la forma de trasladarnos por fuera de los edificios ya que flotaríamos como los astronautas”.
Desde el punto de vista energético, los autores del proyecto creen que la producción de alimentos es lo que más energía va a consumir. “La alimentación sería una combinación entre una dieta a base de vegetales y proteína animal basada en insectos, que es lo más económico de producir en términos de sustentabilidad. También podríamos tener pescado y carne animal, pero es lo menos eficiente”, enfatizó Rodríguez haciendo hincapié en que los alimentos se podrían generar con biorreactores, una tecnología que ya se usa en la Tierra para la producción de proteína animal.
Nüwa fue diseñada para albergar a un millón de habitantes. “La primera colonia de 1.000 personas arribaría en 2.050 en un cohete y luego se realizarían viajes constantes para ir poblando la ciudad de a poco”, graficó Rodríguez.
El único incoveniente es que las misiones marcianas se realizan únicamente en un momento específico, que es cuando la Tierra y Marte están en oposición -la menor distancia entre ambos– y sucede cada 2 años.
“El viaje tendría una duración de 8 meses y el valor aproximado del ticket sería lo que cuesta un departamento de dos ambientes en Barcelona. Buscan jóvenes que quieran formar allá su familia y no necesariamente ser científicos”, aclaró Rojas.
Si bien el proyecto de SONet no fue el ganador, calificó entre los mejores 10 de los 175 que se presentaron en el concurso. La ciudad que resultó elegida por The Mars Society fue Nexus, un diseño ideado por un amplio grupo de investigadores estadounidenses que se sitúa en la superficie del planeta (y no entre las rocas) y vive en gran parte del turismo y las exportaciones. La noticia se dio a conocer el 17 de octubre y el equipo se hizo acreedor de USD 10 mil.
Pero más allá de este revés, los expertos interdisciplinarios de SONet van por la revancha. “Creemos que nuestra ciudad sostenible en Marte es realizable. Sabemos nuestro proyecto es factible lo que estamos buscando inversionistas que quieran llevar adelante su construcción”, concluyeron esperanzados los argentinos que participaron de esta ambiciosa propuesta internacional.
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