El jefe de una de las terapias intensivas más grandes del mundo pide que aíslen a los mayores de 65 años: “Un país no puede parar la actividad económica”

“Quien festeja los 70 años en un restaurante un mes después puede celebrar un funeral”, asegura Luca Lorni, del Hospital Papa Giovanni XXIII de Bérgamo

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El doctor Luca Lorini es el jefe de terapia intensiva del Hospital Papa Giovanni XXIII de Bérgamo, Italia. Allí se encuentra el pabellón COVID más grande del mundo, cuya terapia intensiva ocupa el segundo lugar, luego de la de Wuhan, China. Con su equipo, Lorini fue el primero en enseñarles a todos los médicos cómo tratar el virus cuando comenzó a hacer estragos en la tranquila provincia de Bérgamo. Ahora está por segunda vez en las trincheras.

La segunda ola de COVID-19 está azotando violentamente a Europa. Allí se registraron más de 10 millones de casos, 1,5 en la última semana. La cantidad de internados aumenta vertiginosamente, al punto de que las cifras casi alcanzan las que se registraron al principio de la pandemia. El personal sanitario está exhausto, tal como refiere el director de la OMS para Europa, Hans Kluge. Francia, con las escuelas y fábricas abiertas, acaba de entrar en lockdown (cierre de emergencia). Por su parte, Ángela Merkel anunciará el 2 de noviembre medidas más estrictas para Alemania. España entró en estado de emergencia y es posible que en varias regiones empiecen las cuarentenas localizadas. Italia se encamina hacia el escenario 4, el más grave, por el cual se evalúa el lockdown general. Toda Europa está en zona roja.

En diálogo con Infobae, el doctor Lorini transmitió una posición firme

-¿Está de acuerdo con que los países suspendan completamente sus actividades y la población se aísle?

- Un país no puede parar la actividad económica. Nuestros hijos no pueden pagar un precio más alto del que pagaron por estar sin ir al colegio por meses. Dando por sentado que queremos defender estos dos pilares de la sociedad, tenemos que eliminar todo lo que no pertenece a la actividad didáctica y al funcionamiento de la economía. En Italia la primera ola de COVID-19 cuenta con el triste número de 36.000 muertes, de las cuales 33.000 eran personas con más de 65 años de edad. Solo 3.000 fallecidos tenían menos de 65 años.

El doctor Lorini hace hincapié en el tema de la edad al recordar que las 33.000 personas mayores que componen este listado fallecieron en el hospital y ocuparon todas las camas disponibles.

-¿Cuál sería su propuesta, ya que hasta ahora las que se pusieron en práctica han fracasado?

-Recomiendo con gran fuerza que la franja de los mayores 65 se aísle y haga el gran sacrificio de guardarse. Quienes tienen 70 años obviamente no van al colegio, y la mayoría están jubilados. Por eso pido que se retiren por un tiempo y eviten ver a los nietos, ir al restaurante, participar en reuniones familiares y cumpleaños.

El doctor Luca Lorini
El doctor Luca Lorini

-Argentina tiene el récord por llevar adelante la cuarentena más larga del mundo. Han pasado ocho meses y aún no se llegó al pico de la curva. La gente ya no acata más órdenes, no sigue los consejos ni respeta los decretos. Todavía nos mantenemos con un número muy alto de fallecimientos, alrededor de 400 por día. ¿Qué podemos hacer para revertir esto?

-Si un grupo de diez amigos de 70 años festeja un cumpleaños en un restaurante, un mes después, dos de ellos tienen una alta probabilidad de celebrar un funeral. Hace seis meses que venimos estudiando datos en Italia y lamentablemente, después de haber tratado más de 100.000 casos, no tengo otra recomendación que esta: que los mayores renuncien por un tiempo a su vida social.

-Usted les pide un gran sacrificio a los abuelos, una franja que ya sufrió mucho el aislamiento. ¿Y qué les diría a los jóvenes?

-Como médico de terapia intensiva, no estoy muy preocupado por los jóvenes. El 99% se infecta de forma leve o asintomática, pero eso no significa que pueden hacer lo que quieren. Ellos permiten que el virus permanezca vivo y siga multiplicándose, y si el virus está vivo, los ancianos apartados nunca podrán salir de su cuarentena, es como condenarlos a cadena perpetua. La idea de un lockdown selectivo para mí es el más eficaz de todos estos medicamentos y terapias que estamos utilizando. Las personas jóvenes tienen que ir al trabajo y a la escuela, y si el resto puede evitar salir, eso sería lo aconsejado. Vamos por este camino o vamos hacia el cierre de todo.

Durante la entrevista para Infobae, el doctor Lorini hizoreferencia al Lazzaretto veneciano, un hospital público para los enfermos de peste instituido en 1423, en la isla de Santa María de Nazaret. Es el ejemplo evidente que eligió para explicar que, si se sigue el aislamiento muy estrictamente, en 40 días el virus se extingue y que claramente la cuarentena no se ejecutó bien en Argentina. En 1468 se construyó un segundo lazzaretto, el de la isla della Vigna Murata, para los recuperados y para quienes no tenían síntomas. Esto permitió que la ciudad continuara con sus negocios. Los mercantes que venían de afuera hacían una rigurosa cuarentena y podían mantener sus comercios, fundamentales para la supervivencia de la ciudad. Solo con una estricta y rigurosa cuarentena se pudo extinguir el virus mortal en la Serenissima Repubblica de Venecia.

-¿Piensa que en Argentina habrá una segunda ola de COVID-19?

-Como todos los virus, su carga viral, es decir la velocidad con la cual el virus se multiplica, irá disminuyendo con el verano, así como pasó en Italia. Los argentinos tienen que prepararse para la segunda ola que llegará con el otoño, pero tienen una ventaja de seis meses para hacerlo adecuadamente. Con suerte, para entonces, se podrá contar con alguna vacuna que funcione.

-¿Llegaremos en Europa al punto de partida, a lo que pasó en marzo?

-Lamentablemente, creo que en Europa se presentará la misma situación de marzo, porque el virus nunca murió. Con la reactivación de las actividades, sin respetar mucho las medidas de seguridad como el distanciamiento y el uso del barbijo, con las reuniones sociales y el uso indiscriminado del transporte público, se multiplicó.

-¿Conserva algún recuerdo en particular de su trabajo en primera línea?

-Tengo, lamentablemente, recuerdos muy dolorosos, como los de los carros del ejército italiano que transportaban a nuestros muertos bergamascos, a nuestros padres y abuelos. Hubiéramos podido guardar esta imagen tan cruenta, pero decidimos grabarla aquella noche para mostrarla al mundo entero. No había mensaje más fuerte. Pero es lindo recordar y elogiar a los médicos y enfermeros que trabajaron durante meses sin parar, muy preparados, generosos, incansables.

Sobre el final de la entrevista, Lorini se despidió diciendo: “Nosotros en Europa somos el diario del lunes. No obstante, los números en Argentina siguen siendo altos. Tienen seis meses para organizarse y evitar que todo vuelva a cerrar y que otra generación de padres y abuelos desaparezca”.

Seis meses son, a la vez, mucho y poco tiempo. ¿El Estado y la sociedad estarán listos para derribar juntos a este enemigo silencioso?

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