El fantástico origen de Halloween: de los druidas irlandeses a las calabazas que iluminan a un espíritu errante

La celebración tiene cada vez más adeptos en todo el mundo. Pero en sus comienzos tenía un significado muy distinto al del la actualidad. Una historia milenaria que mezcló celtas, romanos, cristianos, la leyenda de Jack, el Tacaño y terminó en los comercios de los shoppings

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Las calabazas iluminadas provienen de
Las calabazas iluminadas provienen de la leyenda de Jack The Lantern

El 31 de octubre se celebra “Halloween”. Es decir, la fiesta de: “All Hallows' Eve”, cuya traducción libro podría ser: “Vísperas de la fiesta del día de todos los Santos”. Así leído, parece una fiesta más del Calendario Católico. Pero no. El término en cuestión fue cambiando, se fue apocopando y mutando en su pronunciación hasta llegar a lo que hoy se denomina: “Halloween”, y también fue deformándose, hasta ser convertido hoy en el “día de brujas”, que poco y nada tiene que ver con su traducción y significado religioso.

En este mundo globalizado, dicha festividad fue perdiendo el sentido religioso original. Inevitable, ha llegado a nuestras orillas con gran beneplácito de los comerciantes y los escaparates comienzan a llenar sus estantes con cotillón propio de esta festividad: Calabazas iluminadas, esqueletos, brujas, diablos, etc… pero de eso hablaremos al final de esta nota.

También desde los púlpitos, pastores y sacerdotes comienzan a proclamar anatemas y excomuniones a quien participen en estas celebraciones, advirtiendoles que son fiestas en las cuales se invoca abiertamente a Satanás. ¿Es así? ¿De dónde proviene esta festividad?, ¿es una celebración que rinde abierto culto Satanás y a sus acólitos? ¿No dijimos que es la celebración de las vísperas del día de todos los santos?, ¿Entonces?...

Sacerdote Druida junto a un
Sacerdote Druida junto a un roble

Para aclarar esta confusión debemos viajar a un pasado muy remoto, miles de años atrás, hasta lo que hoy es Irlanda y Galicia, región de Celtas y de Menhires en cuyos territorios los sacerdotes eran los Druidas, que en una traducción libre del idioma protocelta podría leerse como “El que conoce el Roble”, dado que ese era su árbol sagrado. No se sabe demasiado de estos sacerdotes, pero muchas de sus tradiciones han llegado a nuestros días.

Estamos a fines de octubre y se avecina el invierno en el hemisferio septentrional. Es tiempo de oscuridad y frío. Una época difícil, sobre todo en aquella época, cuando la llegada del invierno era también la del fin de la cosecha. Por tanto, es la fiesta de “Samhain” que significa “Fin del verano” y el comienzo del año nuevo celta, el cual posee rituales apotropaicos, que son ritos, oraciones, acciones y demás que por su carácter mágico se cree que alejan el mal y propician el bien. Y para exorcizar esos males que traía el invierno, se disfrazaban de aquellas cosas que deseaban expulsar y de las que temían. Nada nuevo hay bajo el Sol, nosotros también realizamos rituales apotropaicos cotidianamente como ser: cruzar los dedos; tocar madera, usar alguna medalla, etcétera… Y ni hablemos de los rituales del año nuevo. Pero había que hacer algo para defenderse de lo que la temporada invernal portaba consigo.

Ofrenda a los fieles difuntos
Ofrenda a los fieles difuntos o “altar de muertos” que se celebra el 1 y 2 de noviembre en México FOTO: MOISÉS PABLO /CUARTOSCURO.COM

En esta festividad del Samhain también se recordaba a los difuntos, los que en esa fecha tenían el permiso de volver al mundo de los vivos, dándoles a las personas la posibilidad de reencontrarse con los suyos. Por ese motivo, para ese reencuentro, en las puertas de las casas se dejaba preparada comida, la que más le gustaba al difunto. De esta costumbre deriva que los niños van casa por casa pidiendo golosinas en la actual celebración del “Halloween”. También se alumbraban las ventanas con luces para guiar a los difuntos hacia sus hogares. Pero, ¿por qué en esta fecha? porqué la naturaleza comenzaba a morir. Era el inicio del fin de la vegetación a manos del invierno, todo se cubrirá de muerte, de oscuridad, de frío y nieve.

Lo notable es que las culturas mesoamericanas, tales como la mexica, maya, teotihuacana, zapoteca, mixteca, olmeca y la tarasca, coincidentemente en estas fechas también lo hacían y lo siguen realizando en México y Centroamérica, pero ahora con una visión cristiana otorgada por el catolicismo. El día de muertos es fiesta Nacional en México y exactamente igual que los antiguos celtas, se preparan en los hogares altares con las fotos y las comidas que más les gustaban a los difuntos, y se va toda la noche al cementerio porque los difuntos ese día regresan…

Preparación de la queimada (Shutterstock)
Preparación de la queimada (Shutterstock)

Como dijimos, los gallegos también descienden de los Celtas. Por lo tanto, allí llegan las celebraciones de “Samhain”, con un nombre adaptado al gallego: “Festa do Samaín”. Hoy, redescubierta y revalorizada, se vuelve de festejar en muchos sitios de Galicia. En Ribadavia, provincia de Ourense, se celebra “La noite Meiga” (Noche de las Brujas) y las ruinas del castillo de los Sarmientos es el lugar ideal. Se llena de gente con disfraces de brujas, y fantasmas que recorren todas las calles del casco antiguo durante la noche. Ellos, en recuerdo del fin de año celta y con sus disfraces, intentarán exorcizar al mal. En otras localidades se realiza la procesión de “La Santa Compaña”: gente vestida con luengos sayales blancos portan una vela encendida. En la Isla de Arousa, los niños van por la casas solicitando “Unha limosniña polos defuntiños que van alá” y la gente les da mandarinas, castañas o panes que se preparan especialmente para ese día. Y es un buen momento para realizar la “Queimada”, bebida ritual que alejará los males y mientras se realiza hay que proclamar a viva voz la oración del exorcismo que bien conocen los gallegos: “Mouchos, coruxas, sapos e bruxas; demos, trasnos e diaños; espíritos das neboadas veigas, etc...” ; este es otro rito Apotropaico. Aunque el día de la Queimada por excelencia es la noche de San Juan. En conclusión, siempre hay ocasión para un brindis.

Como vemos, estas fiestas marcaban el fin de año, la conclusión de la cosecha y la conmemoración de los muertos. Cuando los Celtas fueron conquistados por los Romanos, el Emperador Claudio suprimió completamente a los Druidas y prohibió sus prácticas religiosas, con excepción de la fiesta de Samhain, a la que agregaron ofrendas a la Diosa Pomona, deidad de los frutos y de la abundancia. A ella le solicitaban que al culminar esta etapa de oscuridad y frío, los campos y los árboles dieran abundancia de frutos.

Una representación de la Santa
Una representación de la Santa Compaña en Galicia

La llegada del Cristianismo a la isla esmeralda de Irlanda y a la región de Galicia por manos de los misioneros tuvo ribetes particulares. La cosmovisión cristiana católica en esa parte del mundo era un poco diferente a la de Roma. El Cristianismo Irlandés tuvo y sigue poseyendo peculiaridades. Pero ¿cómo tomó el cristianismo estas festividades tan arraigadas en la Nación Celta? Los Druidas hacía tiempo que habían sido asimilados a los cultos del imperio, dado que por orden del Emperador Augusto (antes de la supresión total del culto por parte del Emperador Claudio) ningún Druida podía acceder a la ciudadanía romana y ya sabemos... “Si Paris bien vale una Misa” ser Ciudadano Romano bien valía adorar a Júpiter y a todos los dioses de Roma.

Ya en la era Cristiana (Júpiter y el resto de los dioses habían quedaron desempleados…), la fiesta en honor de Todos los Santos inicialmente se celebraba el 13 de mayo, pero el papa Gregorio III la cambió al 1 de noviembre, que era el día de la “Dedicación” de la Capilla de Todos los Santos en la Basílica de San Pedro, en Roma. Vale aclarar que Gregorio III fue elegido en el año 741, era de origen Sirio y fue el último papa no europeo en ocupar la cátedra de San Pedro hasta la llegada de Bergoglio en el 2013.

Noite Meiga en Ribadavia, Galicia
Noite Meiga en Ribadavia, Galicia

Más tarde, en el año 840, el papa Gregorio IV ordenó que la Fiesta de Todos los Santos se celebrara universalmente y los misioneros enviados a evangelizar a los Celtas se encontraron con la celebración fundamental de Samhain. Como hizo la Iglesia Católica con muchas fiesta paganas, las asimiló a su calendario litúrgico. Eso se denomina “inculturación”: el proceso de integración de una cultura en otra. Es decir, tomó la cultura de un lugar determinado y resinificó su esencia de acuerdo al concepto cristiano, manteniendo su forma externa.

En todas las fiestas religiosas católicas importantes se celebran las “primeras vísperas”. Esto significa que a la tarde del día anterior a la celebración propia, y por ser ésta muy importante, comienzan los festejos. Por ejemplo: Navidad. Los festejos comienzan el día 24 de diciembre y culminan el 25, que es la fecha propia de la Navidad. En inglés, al 24 de diciembre se lo llama: “Christmas Eve” (para nosotros “La Nochebuena”). Tan importante son las “Vísperas del día de todos los Santos”, que el Papa Julio II inauguró el 31 de octubre de 1512 los trabajos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Esta vigilia vespertina del día anterior a la fiesta de Todos los Santos dentro de la cultura inglesa se denominaba “All Hallow’s Eve”, vigilia de Todos los Santos. En consecuencia, los misioneros tomaron cuenta de la celebración y le dieron una visión cristiana. Continuaron celebrando el “Samhain”, pero no ya como fin de las cosechas, fin de año y la visitas de muertos, sino como la Víspera del Día de Santos. Los niños se disfrazaban, y no se esperaba a los difuntos con comida, sino que eran los niños que iban a buscar comida a las casas. A los difuntos se los recordaría dos días después, el 2 de noviembre. Así se mantuvieron estas celebraciones en la antigua Irlanda Celta y las regiones celtas de Galicia.

Primer desfile de Halloween en
Primer desfile de Halloween en Minnesota

De ahí a pasar a conocerse como la fiesta de Halloween y hacer temblar los púlpitos de algunos clérigos hay algunos pasos. Irlanda, entre 1845 y 1849. sufrió lo que se conoce como “La gran hambruna”. Los que pudieron emigraron, principalmente a los Estados Unidos de Norteamérica. En aquellos tiempos los Estados Unidos no eran una potencia mundial como lo es hoy, y los irlandeses -en su gran mayoría católicos- llevaron sus fiestas con ellos. Y por supuesto, su festividad de la Víspera del día de Todos los Santos: All Hallow´s Eve.

Poco a poco, el pueblo estadounidense comenzó a adoptar esta celebración como propia, separándola de la raíz católica, añadiendo su propia versión y comercializando la festividad. En 1921 se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota, y luego se extendió por los demás estados. Le fueron agregando objetos que hoy la distinguen, como la calabaza iluminada, llamada jack-o'-lantern, lo que podría ser traducido como “la linterna o farol de Jack”. Lo tomaron de la leyenda de “Jack, el tacaño” que con diferentes versiones se cuenta en Irlanda, Escocia y algunas regiones de España.

Desfile de Halloween en New
Desfile de Halloween en New York AP

En resumen, el relato que pasó de generación en generación cuenta que el tal Jack era un irlandés taimado y bebedor. Cuando el mismísimo diablo se le apareció y lo quiso llevar, le pidió una última voluntad: ir al pub a tomar una cerveza. Al terminar la última gota, y como además era muy avaro, convenció a Satanás para que se transforme en una moneda y así pagar el trago. Cuando el demonio lo hizo, guardó el chelín en un bolsillo, donde tenía un crucifijo. A cambio de liberarlo, pidió diez años más de vida. Al cabo de la década, el diablo regresó. Esta vez, le rogó poder comer una manzana antes de partir con él. Con argucias, le pidió al demonio que subiera al árbol. No bien trepó, rodeó el manzano con crucifijos, atrapándolo. Para dejarlo libre, hicieron un trato: jamás el diablo lo podría llevar. El problema fue que, cuando Jack murió, San Pedro no lo dejó entrar al Cielo. Como al infierno no lo podían llevar, fue condenado a vagar como un espíritu en la oscuridad. Para iluminarse, Jack usaba un nabo como antorcha. En los Estados Unidos, como abundaban las calabazas, se cambió al nabo por ellas. Y se colocan en las casas para que el diablo no se acerque. También allí se comenzaron a usar otros adornos con formas de fantasmas, brujas y demás. Y los niños disfrazados salen a buscar dulces por el barrio, diciendo en cada casa: «trick-or-treat», lo cual para nosotros podría ser. “nos das un dulce o tendrás que cumplir una prenda” (Recordemos a los niños de Arousa, que leímos más arriba y a los de Irlanda). También los adultos celebran bailes o fiestas en su casa o clubes para esta fecha, en la cual todos se disfrazan.

El origen de las calabazas
El origen de las calabazas iluminadas proviene de la leyenda de Jack The Lantern

Poco a poco, no solo se fue extendiendo por los Estados Unidos, sino que por medio de películas esas tradiciones llegaron a otros países del Continente Americano. Donde esta festividad no pudo anclar fue en México y en Centroamérica, que mantienen una práctica muy arraigada del “día de todos los fieles difuntos” la cual no fue disociada del catolicismo como sí lo fue Halloween.

La celebración de “Halloween” actualmente, es un producto netamente comercial; muy promocionado en los Estados Unidos y que poco o nada tiene que ver con sus raíces Druídicas o las mismas cristianizadas. Ya no es motivadora de un pensamiento trascendente como fue el “Samhain” o el “All Hallow´s Eve”. Solo es vender y comprar, como ocurre con la Navidad. En la cuenca rioplatense se ha extendido bastante, tanto en Montevideo como en Buenos Aires, pero todavía no es masivo. Pero es importante saber lo que se celebra y el porqué. Para tomar buena conciencia del festejo, que este nos llene de alegría y nos mueva a una reflexión.

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