Margarita Aribe Peruzzo estaba por salir de su casa cuando entró al baño a mirarse al espejo. Era el mediodía del pasado viernes: el último momento en la semana que le quedaba para hacer las diligencias que adeudaba. Tiene 30 años y es contadora pública. En el baño estuvo pocos segundos. Al ingresar, advirtió de reojo una mancha oscura y grande moviéndose en el inodoro. La tapa estaba levantada y la cabeza de un animal que no alcanzó a reconocer sobresalía del perímetro. Un lagarto overo había entrado en su casa por los conductos sanitarios.
Automáticamente cerró la puerta y llamó al 911. “No sabía bien a quién llamar. No sabía ni siquiera cómo describir lo que había visto en el inodoro”, retrató en diálogo con Infobae. En la espera, encerró a sus dos perros en otra habitación, volvió a entrar al baño con extrema precaución porque la curiosidad era mayor que el miedo. “Le saqué una foto porque no sabía si se iba a quedar o se iba a ir por donde había venido. Después hice una videollamada con mi hermana porque no entendía lo que estaba pasando. No entré en crisis pero me asusté”, expresó.
La ayuda no se demoró. Dijo que rápido llegaron dos efectivos de la Comisaría Cuarta de la Policía Bonaerense, una mujer y un hombre. No tenían las herramientas necesarias para sacarlos, pero igual se animaron. Ella los proveyó de guantes de cocina, un trapo y una jaula que encontró por casualidad en la casa que alquila desde hace dos meses y medio. Les pidió permiso para filmar el procedimiento. Los policías aceptaron e intentaron desdramatizar la situación. Al oficial le costó porque el reptil ofrecía resistencia dentro del hueco del inodoro. Finalmente, luego de varios minutos, pudieron encerrarlo en la jaula.
Margarita, que vive en una casa enfrente del Parque San Martín, ubicado al suroeste del centro de la ciudad, solo se llevó un susto. El lagarto fue liberado, horas después, en la Estación De Cría De Animales Silvestres (ECAS), en la reserva ecológica del Parque Pereyra, con el propósito de devolverlo a su hábitat natural.
Según contó la joven, desde la policía le contaron que probablemente el animal se había escapado de la casa de un vecino que lo había domesticado. La dueña de la propiedad hizo la denuncia a la empresa sanitaria estatal Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA).
La dirección de Fauna Silvestre y Conservación de la Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, realizó una ficha con las características del ejemplar. El Lagarto Overo (Tupinambis merianae o también conocido vulgarmente como Iguana Overa) “tiene las extremidades posteriores largas, la cabeza prolongada y las escamas dorsales de forma ovalada y muy pequeñas”. Puede llegar a medir 40 centímetros desde la cabeza hasta las patas traseras: con la cola su longitud se duplica.
En el país, habita en las regiones noreste y pampeana de Argentina: Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Provincia de Buenos Aires. También en algunas áreas de Chaco, la zona oriental de La Pampa. en San Luis, en Río Cuarto y las sierras cordobesas. Su hábitat es diverso: puede vivir en “selvas húmedas tropicales, espacios abiertos como sabanas de pastizales con arbustos espinosos, ambientes periacuáticos, zonas de humedales, en la estepa de altura herbácea así como zonas costeras arenosas”. Y se alimenta de aves, pequeños mamíferos, insectos, moluscos, peces, anfibios y hasta frutas. Pero su alimento preferido son los huevos.
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