El que habla es Pablo Maier. A su lado está su hermana Débora. Son dos de las personas que se encuentran en calidad de rehenes de una usurpación en el paraje El Foyel, a 70 kilómetros de Bariloche. El último martes, dos grupos identificados con una comunidad mapuche se instalaron en los caminos de acceso al campo de una familia: la ocupación mantiene prisioneros y cautivos a quienes se encontraban en el interior del predio.
Antes de desearles feliz día a todas las madres y lamentar no poder estar junto a la suya, Pablo expresó: “Ya hace cuatro días que estamos secuestrados acá por este grupo de pseudo mapuches en nuestro campo en El Foyel. Queremos pedirles a todos que no bajen los brazos, agradecer a todos los que nos están apoyando y a las fuerzas de seguridad que nos cuidan. Y a todos los políticos, fiscales y jueces les pedimos que traten de hacer su trabajo, que se esfuercen, que estamos acá y no la estamos pasando bien. No podemos ingresar alimentos, no nos dejan entrar ni salir. Si salimos tememos no poder volver a entrar”.
El agradecimiento de Maier iba dirigido a los vecinos de la zona y de localidades cercanas que el sábado hicieron una manifestación de apoyo a los propietarios usurpados que se encuentran en la absurda situación de tener que moverse a escondidas dentro de su misma propiedad para poder aprovisionarse.
El campo de 365 hectáreas pertenece desde hace cuarenta años a Miguel Soriani, quien dispone de toda la documentación que lo legitima, desde el título de propiedad hasta las mensuras y los trámites ante las autoridades provinciales de Río Negro. “Somos rehenes de estos sinvergüenzas, que se hacen llamar mapuches, pero vienen a una ocupación en vehículos último modelo, con un reclamo totalmente ilegítimo”, le habían dicho durante la semana fuentes de la familia a Infobae.
La lof Gallardo Calfú, integrada por alrededor de cincuenta personas, se dividió en dos grupos para bloquear las dos tranqueras de acceso a la propiedad, estacionada a 4,7 kilómetros de la Ruta 40 y a donde se ingresa a través de otros dos terrenos privados. La líder es Blanca Rosa Gallardo Calfú, quien justifica la ocupación por una supuesta estafa de la que habrían sido víctimas sus familiares en 1980. “Durante 40 años llevamos la lucha con abogados y como pudimos. Nunca tuvimos una respuesta como ahora, que nos está apoyando el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) en nuestra recuperación. Uno cuando es chico no tiene posibilidad de pelearla, pero hoy gracias a Dios estoy pisando mi suelo. Estoy emocionada y voy a dormir con mis ancestros”, manifestó.
Arabela Carreras, gobernadora de Río Negro, dijo que el organismo nacional que trata los asuntos indígenas y que es presidida por la ex senadora Magdalena Odarda mantiene un rol “muy activo” en las recientes ocupaciones que distintos grupos mapuches están realizando en áreas patagónicas.
En la década del noventa, se desarrolló un proceso judicial que avaló a los actuales dueños como propietarios legítimos de las tierras.
Por eso Martín Soriani, hijo del propietario, se mostraba indignado, en charla con Infobae: “El fiscal nos puso a la misma altura a los dueños de las tierras y a los mapuches, exigiéndonos la entrega de la documentación que demuestra nuestra titularidad sobre las tierras, pero avalando la presencia de esta gente dentro de nuestra propiedad”.
Aunque enojado por la actitud del magistrado, Soriani aclaró que ellos disponen de toda esa documentación: “Nosotros tenemos con qué demostrar nuestra presencia en el lugar desde hace cuatro décadas, tenemos los títulos correspondientes, mensuras y otros trámites que se ajustan a derecho. Los mapuches, en cambio, no pueden argumentar sus dichos, no tienen nada”.
El viernes se realizó una audiencia virtual en la que el magistrado rechazó el pedido de desalojo que solicitó la familia a través de su abogado patrocinante. Argumentó que, antes de tomar esa resolución, debe escuchar la defensa de los acusados; pero éstos, envalentonados seguramente por la inacción judicial y el aval del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), no se presentaron en la audiencia.
El juez Ricardo Calcagno no tuvo más remedio que declarar en rebeldía a los cabecillas del grupo, la citada Blanca Rosa Gallardo Calfú y Juan Carlos Oyarzo, la considera en rebeldía: ya emitió orden de captura en su contra luego de que no comparecieran en la audiencia de formulación de cargos.
“Estamos esperando que la Justicia actúe, mientras tanto seguimos encerrados. Contamos con acompañamiento de mucha gente, pero los mapuches siguen dentro de nuestra propiedad”, reclamaron integrantes de la familia que se encuentra cautiva en su propia casa. También indicaron que no hubo cambios en los últimos días y que la situación es angustiante porque los tienen prisioneros en su propio hogar. Tienen que hacer malabares para poder ingresar provisiones sin ser detectados por los mapuches que vigilan las dos entradas de la propiedad. Si salen, saben que no podrán volver a ingresar
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