Los albergues transitorios de la Ciudad de Buenos Aires volvieron a funcionar este viernes tras recibir la autorización del Gobierno porteño y luego de permanecer casi 7 meses cerrados, cuando comenzó el aislamiento obligatorio por la pandemia del coronavirus (COVID-19).
“Se exceptuó del cumplimiento del aislamiento social preventivo y obligatorio a las personas afectadas a las actividades y servicios en establecimientos hoteleros y para-hoteleros para permanencia con fines no turísticos, y sin uso de los espacios comunes, en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, sostiene el artículo 1° de la Decisión Administrativa N° 1519/JGMPEN/20.
Según la Federación Argentina de Alojamientos por Hora (Fadaph), la medida alcanza a unos 120 “telos” que emplean a unos 5.000 trabajadores. Mientras, continúan con el mismo reclamo en la provincia de Buenos Aires, donde la cifra alcanza los 300, y en el resto del país trepa a 700.
“Consideramos que hay un 15% que no podrá reabrir. Hay muchos que tienen acumuladas deudas y estaban tomando créditos para poder pagar los créditos ya contraídos. El ahogo en el sector es total. Por eso, esperamos que con esta reapertura podamos ir generando ingresos de a poco aunque sabemos que los niveles de facturación serán bajos, en comparación con lo habitual”, precisó a Infobae José Manuel Capello, titular de la Fadaph.
Si bien gran parte de estos establecimientos recibieron la ayuda del ATP para pagar los sueldos de los trabajadores, “ese dinero resultó insuficiente para la magnitud de los costos fijos para el mantenimiento edilicio y los arreglos en general”, remarcó
De todas maneras, ponderó la ayuda que recibieron desde el gobierno porteño, quien les condonó el pago del ABL por dos meses y allanó el terreno para tomar préstamos. “Hubo algunos que recibieron los créditos del Banco Ciudad a una tasa del 24% que ofrecía un período de gracia de tres meses. Pero en muchos casos se hizo difícil el acceso por tantos requisitos que exigían”.
A pesar de que celebró la apertura de los hoteles alojamientos, Capello se lamentó de que las autoridades hayan demorado demasiado la medida. “Mientras todo el resto de la hotelería estaba en funcionamiento, nosotros éramos la excepción”.
Si bien gran parte de estos establecimientos recibieron la ayuda del ATP para pagar los sueldos de los trabajadores, “ese dinero resultó insuficiente para la magnitud de los costos fijos para el mantenimiento edilicio y los arreglos en general”, remarcó.
Con esta reciente habilitación, la Ciudad de Buenos Aires se sumará a los 9 distritos donde ya se puede concurrir a estos establecimientos: San Juan, Corrientes, Santa Fe, Salta, Neuquén, Córdoba, La Pampa, Mendoza y Tucumán. “Ahora estamos trabajando para que los habiliten en la provincia de Buenos Aires”, aseveró Capello.
Los puntos claves del protocolo
El protocolo establece que los turnos deberán ser asignados de forma electrónica (por teléfono/correo electrónico) y que el personal de los establecimientos deberá realizar un llamado telefónico previo a la visita para constatar que el visitante no presente síntomas respiratorios y/o fiebre al momento de la asistencia.
Frente a esta situación, la principal pregunta que se hacen los concurrentes es si habrá que registrarse con nombre y apellido. “No consideramos que sea necesario que nuestros clientes se tengan que identificar porque nosotros damos hotel por turnos, es como ir a cenar o a tomar algo. Una persona que pide un turno puede dar un nombre ficticio y quedar en el anonimato”, precisó el titular de la Fadaph.
Dentro de los hoteles alojamiento habrá un solo sentido de circulación, disponiendo un área de ingreso y otra de egreso principal y a los distintos sectores del lugar evitando el cruce entre personas y reduciendo la proximidad entre ellas. De hecho, incorporó la señalética para que las personas reconozcan los diferentes espacios en los que se encuentran.
En caso de utilizar tarjetas o llaves para la apertura de habitaciones, en la recepción habrá un recipiente con desinfectante para su depósito o guarda al finalizar la estadía o tras cada uso.
El ascensor se deberá usar en forma individual exceptuando que sea utilizado por personas que concurran juntas. Estas indicaciones deben ser legibles y estar ubicadas en un lugar visible.
Los colchones, los sommiers y las almohadas de las habitaciones deberán tener fundas protectoras; y la ventilación y la desinfección de las habitaciones entre turno y turno se realizará por un período de tiempo más extenso que el estipulado antes de la pandemia. En el caso de que la habitación disponga de una frazada y/o una almohada extra, deberán estar resguardadas en bolsas cerradas.
La exhibición de papelería (anotadores, hojas, folletería, entre otros) está totalmente prohibida. En el caso de la información que se deba mostrar obligatoriamente (plan de evacuación o lista de precios, por ejemplo) la misma deberá estar plastificada, enmarcada o presentada en formato digital (QR, correo electrónico, etc.).
Aquellos huéspedes que deseen pedir comida, bebidas o desayuno a la habitación deberán solicitarlo con antelación y será facturado de manera electrónica para evitar la manipulación de dinero.
Se sugiere retirar los productos de frigobares en las habitaciones y reemplazar el servicio con una carta plastificada o en código QR, que presente los productos a disposición de los concurrentes.
Los hoteles deberán fomentar alternativas de pago con tarjetas de crédito o medios digitales y el envío de la facturación por el canal de comunicación a opción del huésped, cuando sea posible. En el caso de que el pago se realice a través de tarjetas de crédito o débito, se deberán desinfectar tanto las tarjetas como el posnet utilizado con solución de agua y alcohol.
En la medida de lo posible, se recomienda usar mamparas o pantallas en las cajas de cobro que aseguren la protección de vendedor/cliente. Si esto no es posible, deberán usar barbijos, cubrebocas y mascara facial, y respetar la distancia interpersonal mínima requerida.
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