Los tapires son considerados “arquitectos de la naturaleza” porque en su hábitat natural cumple un papel clave tanto en el funcionamiento como en la estructura de los ecosistemas por su rol de dispersor de semillas. Lo hacen por medio de sus deposiciones, en las que elimina las semillas intactas y, de esa manera, las plantas y frutos que ingiere son regadas a distancia y con el tiempo vuelven a crecer.
Esa será la tarea natural de Jacinto, el tapir nacido el miércoles 14 de octubre en el Ecoparque de Buenos Aires y que pesó 4,180 kilogramos.
“El nacimiento de este tapir es un gran acontecimiento porque explica uno de los grandes pilares de lo que es hoy el Ecoparque: un espacio de conservación de la fauna autóctona del país", explicó Eduardo Macchiavelli, secretario de Ambiente de la Ciudad.
El funcionario dijo que “el parto se realizó como si la madre hubiera estado en la naturaleza” y que el crecimiento del recién nacido será "con el menor contacto humano, así podremos devolverlo a su espacio natural lo antes posible y con mayor probabilidad de éxito”.
Especie “vulnerable”. A nivel nacional, la última Categorización de los Mamíferos de Argentina considera a esta especie como “vulnerable” al igual que la Categoría Internacional de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
Chicha, la mamá tapir, tuvo un parto normal y sin ningún tipo de complicación lo cual permitió que Jacinto pudiera nacer sin requerir la intervención de veterinarios.
Al igual que toda madre, desde que su hijo nació se encarga de atenderlo. “Lo ayudó a levantarse y a mamar inmediatamente después del parto, como sucede en la naturaleza”, informaron desde Ecoparque.
Allí, el equipo veterinario y de cuidado animal se encuentran pendientes de que todo siga “acorde a lo esperado para la especie”.
El nombre del recién nacido es Jacinto en homenaje a una flor autóctona de Corrientes, provincia en la que fue concebida la cría. “Tanto los jacintos como los tapires son especies muy ligadas al agua. En el Ecoparque hay jacintos de agua y cuando la cría sea liberada en la naturaleza esas flores van a recordar su historia”, asegura el equipo del predio que continúa su reconversión.
Jacinto es parte del programa de conservación que lleva adelante el Ecoparque porteño y que cuenta con la participación de Rewilding Argentina y de Conservation land Trust (CLT), organizaciones con las cuales trabaja para encontrar un ambiente natural adecuado para liberar a los individuos rescatados de la provincia de Corrientes.
El Tapir o Mboreví (Tapirus terrestris) es un perisodáctilo (orden al que pertenecen también los caballos, las cebras y los rinocerontes) de amplia distribución en selvas, espinales y humedales de Sudamérica.
Esta especie es la mayor herbívoro terrestre de Argentina en cuanto a peso. Es un mamífero adaptable, con amplia distribución en Sudamérica y nativo del Norte argentino, que está catalogada como “vulnerable de extinción en Argentina” y ya se extinguió de la provincia de Corrientes durante el siglo XX.
Argentina es el país sudamericano donde la situación de la especie se encuentra más comprometida: en los últimos 100 años su distribución en el país se redujo a menos de la mitad y la población remanente está en retroceso.
Las principales amenazas identificadas para la especie en la Argentina son la reducción, fragmentación y empobrecimiento del hábitat y la cacería. Probablemente, esta última habría sido la principal causa de su desaparición de Corrientes.
Hasta hace unos 200 años, el tapir habitaba en varias provincias argentinas: Salta, Jujuy, Tucumán, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Misiones, Corrientes y Entre Ríos, y actualmente, se encuentra extinto en Entre Ríos, Corrientes y Tucumán y probablemente también en Santiago del Estero y Santa Fe.
El tapir habitó el norte y centro de Corrientes y se cree que también se habría extendido también al sur de la provincia.
De acuerdo con el Grupo de Especialistas en Tapires de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, las cuatro especies de tapires “son candidatas ideales para programas de reintroducción o traslocación”.
Esta afirmación se basa en que los tapires son altamente adaptables a cambios de dieta, de condiciones ambientales y de hábitat y, por lo tanto, presentan potencial para superar los mayores desafíos enfrentados por los animales relocalizados.
Además de ser excelentes nadadores y buceadores, se caracterizan por moverse velozmente en tierra. Su expectativa de vida es de 25 a 30 años.
Las observaciones sobre su comportamiento en la naturaleza reveló que durante el día suelen moverse dentro de bosques y en la noche salen hacia zonas más abiertas como matorrales o pastizales, ríos y lagunas. Cuando los días son muy calurosos, pasan largos períodos sumergidos en el agua.
El tapir prefiere los bosques en regeneración respecto a los bosques maduros, esto probablemente ocurre por la mayor abundancia de especies vegetales pioneras, las cuales son más palatables y con menos estructuras de defensa. También eligen sectores de palmares.
El naturalista Alcide d’Orbigny lo señala en Corrientes en 1827: “El tapir es raro, aunque se ven algunos en los lugares pantanosos”.
Habitó la zona de Puerto Valle, en el noreste de la cuenca Iberá y subsistió en la zona de las islas Apipé, Yacyretá y Talavera hasta la década del 60 cuando donde fue cazado el último ejemplar del que se tiene registro, en 1975.
Datos interesantes sobre el tapir
-A nivel nacional, la última Categorización de los Mamíferos de Argentina considera a esta especie como “vulnerable”. La Categoría Internacional la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza también clasifica a la especie como vulnerable.
-Las hembras paren una sola cría por camada y pesan entre 3 y 6 kg. Las crías tienen pelaje de color rojizo con rayas claras hasta los 6 o 7 meses, cuando comienza a cambiar a la coloración de adulto: pardo grisáceo más oscuro hacia el dorso. Si bien la cría es destetada entre los seis y ocho meses permanecen junto a la madre durante un año o hasta los 18 meses, inclusive.
-Son herbívoros, su dieta se compone principalmente de hojas, brotes tiernos, frutos y cortezas.
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