Con la participación de la Brigada de Control Ambiental (BCA) del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y la Fundación Mundo Marino, cuatro lobos marinos juveniles fueron rescatados, rehabilitados y devueltos al mar en las playas de San Clemente del Tuyú, en el partido bonaerense de La Costa.
Se trata de ejemplares de la especie dos pelos sudamericano (Arctocephalus australis). Todos fueron encontrados fuera de su hábitat el mes pasado y presentaban cuadros de desnutrición moderada, deshidratación y parasitosis. Antes de obtener el alta médico veterinaria, les tomaron muestras de sangre al ingreso. Para su estabilización, se los hidrató y se estableció un plan nutricional para que recuperaran el peso adecuado. También los cuatro fueron desparasitados.
Uno de los animales había sido rescatado el pasado 8 de septiembre por el equipo de Guardavidas de Defensa Civil del municipio de Quilmes, en la ribera de esa ciudad. El mismo, un macho, “ingresó con un cuadro de desnutrición moderada y anemia. En estos casos primero se los hidrata con agua y luego con una fórmula líquida de pescado licuado que contiene vitaminas y minerales que los ayudan a recuperar el peso normal”, explicó Ignacio Peña, médico veterinario de la Fundación Mundo Marino.
Por otro lado, el animal tenía, al momento del ingreso, una lesión interna en su ojo izquierdo. “Para descartar que tuviera alguna lesión externa en la córnea le realizamos un test de fluoresceína que es un reactivo que le colocamos en el globo ocular y que nos permite detectar si tiene algún tipo de úlcera corneal. Afortunadamente, no fue este el caso”, agregó Peña. En todos los casos, a los animales se les tomó una muestra de sangre al momento del ingreso y antes de obtener el alta médico veterinaria.
Los otros lobos fueron rescatados en distintos puntos del Partido de la Costa. El primero, también un macho juvenil, fue asistido el pasado 4 de septiembre en la playa a la altura del kilómetro 314 de la Ruta interbalnearia 11, entre San Clemente y Las Toninas. Al día siguiente, una hembra juvenil fue en la localidad de Costa del Este. Por último, otro macho juvenil fue rescatado el pasado 20 de septiembre Santa Teresita, y asistido en la zona de la Reserva de Objetivos Definidos Rincón de Ajo, en San Clemente.
Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, explicó que “no es para nada atípico que estos juveniles aparezcan en esas zonas. Por no ser adultos, ellos no tienen compromiso reproductivo, y su principal actividad es el forrajeo, es decir, la búsqueda de alimento. Ellos eligen las aguas de la Bahía de Samborombón por la gran oferta de alimentos que les ofrece. Por eso, pueden aparecer en rías internas o en cursos de cuencas de ríos, como ocurrió hace pocos meses en el Río Gualeguaychú”.
El experto dijo además que no todos los casos de lobos marinos fuera de su entorno natural requieren atención: “Estos animales eligen salir del agua para descansar, mudar su pelaje o reproducirse. Por lo que no siempre estamos frente a un cuadro patológico como ocurrió los que pudimos rehabilitar. Es importante tener esto en cuenta sobre todo para los turistas que pueden encontrarse con uno de esta especie en la playa. Lo mejor es no tocarlos ni molestarlos. Como animales silvestres pueden transmitir una zoonosis. Lo recomendable es llamar a Prefectura Naval o al centro de rescate más cercano”.
Los Arctocephalus australis son una especie polígama que pare una cría al año que pertenecen a la familia de los otáridos, poseen un pabellón auricular detrás de sus ojos y utilizan sus aletas posteriores para la locomoción. La distribución del lobo de dos pelos es amplia, va desde la Isla de Marco, en Uruguay, hasta la Isla Mayorca, en Perú.
Su nombre se debe a que poseen dos capas de pelo: una interna, impermeable y otra externa, que cubre a la primera y otorga el color al animal. Los machos alcanzan una longitud cercana a los 2 metros y un peso de 150 kilogramos, en tanto que las hembras llegan a medir 1,40 metros y pesar hasta 60 kilogramos.
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