En mayo de 1968 las calles de París ardían con lo que dio en llamarse el “Mayo francés”. El 13 de mayo, cerca de 200.000 personas se manifiestan contra el gobierno del general Charles De Gaulle, mientras nueve millones acatan la convocatoria de la huelga general. El mismo día atacan y ocupan la Sorbona, respaldados, entre otros, por intelectuales y estudiantes argentinos que al canto de La Internacional se plegaron a la “revolución” y hoy, ya grandes, algunos viven en Palermo Chico, lejos de la liviandad juvenil. La huelga y los conflictos no paraban mientras el socialista Francois Mitterrand exigía la renuncia de De Gaulle porque, según él, “no había Estado”. Años más tarde, el ex presidente Juan Domingo Perón contará que fue testigo de las barricadas; el santiagueño Mario Roberto Santucho también se encontraba en París, en contactos con la IV Internacional trotskista que un poco más de año después respaldaría la fundación del PRT-ERP. Otro que andaba en París era el cura Carlos Mugica Echaqüe que se ausentó unos días para viajar clandestinamente a La Habana, Cuba.
El 29 de mayo, el general De Gaulle desaparece de la mirada pública mientras 300.000 personas recorren los Campos Elíseos vivando su nombre. No lejos de allí, en La Gare Saint-Lazare los huelguistas marchaban bajo la consigna de “por un cambio político de progreso social y democracia” y “adiós De Gaulle”. ¿Dónde está el Presidente? Se preguntaba la gente. El líder de la Francia Libre había viajado a Baden-Baden para dialogar con el general Charles Massu, el jefe de las tropas francesas acantonadas en Alemania Occidental. Al día siguiente retorna a París y dirige un mensaje a la ciudadanía con un mensaje claro y simple: no renunciará. Decide disolver la Asamblea y llama a elecciones. Días más tarde, como los disturbios continuaron, el 15 de junio el titular de El Eliseo indultó al general Raoul Salan y otros militares de ultraderecha para intimidar a los trotskistas, anarquistas y alborotadores. En las elecciones de junio el comunismo y el socialismo fueron seriamente derrotados y De Gaulle permaneció un tiempo más en la presidencia.
Mientras el periodismo observaba atentamente los sucesos parisinos, el 31 de mayo de 1968 un grupo de jóvenes llega al aeropuerto de Ruzyně procedente de La Habana, Cuba. Uno entrega un pasaporte cubano falso a nombre de “Ricardo Roque Suárez”, y le devuelven el pasaporte argentino retenido por la Inteligencia checoslovaca a nombre de Fernando Luis Abal Medina. Su pareja hace lo mismo, entrega un pasaporte a nombre de “Ana María Cruz Sandoval” y le reintegran el documento a nombre de Esther Norma Arrostito. El acta de devolución escrita por el mayor Dyk, entre otros datos dice: Después de la verificación vimos que podían continuar el viaje el mismo día. Por lo tanto, fueron conducidos al restorán para tomar un refresco. Se les cambió el dinero, se realizó la compra de los pasajes por tren a Viena con reservas de asientos. […] Después de mi vuelta al aeropuerto los busqué en el restorán, donde revisé su próximo recorrido. Me comunicaron que desde Viena tenían que seguir a Génova y de allí continuar en barco. A su pregunta si podían seguir el mismo día de Viena a Génova, les contesté en forma negativa, ya que tenían que gestionar su visa de entrada a Italia. Sobre dicha realidad en La Habana no los informaron. Además les expliqué cómo conseguir en Viena un hospedaje y también les dije que podían comprar los pasajes por barco directamente desde Génova a América Latina. Luego los llevé a la estación del ferrocarril, de donde partieron a las 14:40 en tren a Viena."
No eran los primeros argentinos ni los últimos que pasarían por Praga tras recibir instrucción militar en los campos cubanos para PETI (Preparación Especial de Tropas Insurgentes). Precisamente, el 29 de marzo de 1968 pasaron Eduardo Horacio Eugenio Yazbeck Jozami alias “Pedro Norona Díaz” (actual director del Centro Cultural de la Memoria «Haroldo Conti» en la ex-ESMA) y su esposa “Luisa Gómez Valdés”, más conocida como Lila Victoria Pastoriza.
El 1º de julio de 1968, el mayor Deml, jefe de la Administración Primera del Ministerio del Interior, Primera Sección, firmó un informe de “alta confidencialidad” en el que expresaba: “…desde el 17 de mayo de 1968 hasta el 31 de mayo de 1968 organizamos dentro de la “Operación Manuel” la estadía secreta en nuestro territorio, con salida clandestina [”conspirativa"] desde Checoslovaquia de 17 latinoamericanos (14 argentinos, 1 boliviano, 1 haitiano, 1 guatemalteco) que viajaron en 6 grupos diferentes. La cantidad total de personas expedidas en la “Operación Manuel” alcanzó hasta el día de la fecha 1.017."
La “Operación Manuel” fue la coordinación de los cuerpos de Seguridad de Cuba y la Checoslovaquia comunista destinada a hacer llegar potenciales guerrilleros a La Habana luego de su paso por el centro de distribución de Praga. Todo bajo la atenta mirada de la KGB soviética. Había comenzado el goteo de terroristas que clandestinamente entraban en la Argentina para prepararse y dar comienzo a “la guerra popular prolongada”.
Así, en mayo de 1968, Abal Medina y Arrostito habían dejado de ser simples activistas y se convirtieron en “cuadros” militares, como bien se relata en el libro “La Montonera” de Gabriela Saidon. Lograron formación en medidas de seguridad, explosivos, instrucción de armas y en combate.
El 29 de mayo de 1970 la pareja salió a la luz integrando la banda armada “Montoneros” y semanas más tarde sus fotos aparecían pegadas en las calles de la Argentina junto a Mario Eduardo Firmenich, buscados por el secuestro del ex presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu.
Entre el secuestro y asesinato de Aramburu y el derrumbe del gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, más conocida como “Isabelita”, el 24 de marzo de 1976, la Argentina se vio sumergida en un baño de sangre sin ningún límite ético. No se aplicaban ni las leyes de la Convención de Ginebra sobre la guerra. En este año, Montoneros generó innumerables atentados terroristas y ultimó empresarios, oficiales de las Fuerzas Armadas, simples ciudadanos y miembros de las Fuerzas de Seguridad. Pero, también en este año, la organización fue seriamente diezmada. Un rápido inventario de los diarios de la época marca el grado de su aniquilamiento. Aunque debe advertirse que las informaciones de los medios públicos, en gran parte, no reflejaban con exactitud toda la verdad. O por lo menos, con los detalles que se conocieron años más tarde.
El 9 de noviembre, Montoneros pone una bomba en el edificio de la Jefatura de Policía de la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de La Plata, provocando once heridos (entre ellos el propio subjefe, coronel Ernesto Trotz, quien perdió un brazo) y un muerto, el Ag Bombero PPBA Carlos Restuccia. El mismo día, la organización perdió un poderoso arsenal de armas y explosivos en Chascomús 41, Villa Dominico, provincia de Buenos Aires. El arsenal fue descubierto por albañiles de una obra vecina y denunciado a las autoridades.
El 2 de diciembre de 1976 los diarios anunciaron la caída de Norma Arrostito, (a) “Gaby” o “Irma”, Oficial Primero de Montoneros, en la Capital Federal. Desde su fundación, era uno de los miembros históricos de la organización. El comunicado lo dio el Cuerpo I, anunciando su muerte. Con el tiempo se supo que fue llevada a la ESMA y que murió asesinada el 15 de enero de 1978. De su paso por la prisión han dado testimonios numerosos testigos.
Unos días antes, de la detención de “Gaby”, tras seis meses de encierro en un pozo, “cárcel del pueblo”, el coronel Juan Alberto Pita, interventor en la CGT, había logrado evadirse de sus captores de la Organización Comunista Poder Obrero, y el 15 de diciembre, José Luis Dios, miembro del “Pelotón de Combate Norma Arrostito” de Montoneros, puso una bomba en el microcine de la Subsecretaría de Planeamiento del Ministerio de Defensa, donde murieron 11 personas y 20 resultan heridas.
Meses más tarde, el 22 de abril de 1977, a través de los diarios, los argentinos se enteraron de que los jefes de la organización Montoneros habían dado una conferencia de prensa en Roma, en la que presentaron demandas al régimen militar y anunciaron el “repliegue táctico” de la conducción. Hablaron Mario Firmenich, Fernando Vaca Narvaja y Rodolfo Galimberti. También estaban presentes Oscar Bidegain, Ricardo Obregón Cano, Rodolfo Puiggrós, Adriana Puiggrós, Miguel Bonasso, Juan Gelman, Adriana Lesgart y “Lili” Massaferro.
Bueno es preguntarse por qué Norma Arrostito no se replegó al exterior junto con la conducción dada su importancia como fundadora de Montoneros y la respuesta parece ser muy simple: para los que la conocieron, “Gaby” no era partidaria de retirarse y, además, era crítica de aquellos que tomaron esa decisión. Podría decirse que la conducción no le ordenó irse y no tomó en cuenta su valor simbólico. Nunca se supo en cuantas acciones armadas participó. Todo lo contrario de los relatos sobre las andanzas de “la gorda Amalia” Elida Aída D’Ipplolito (ex fundadora de las FAR) o “la teniente” Patricia Alejandra Ronco Sánchez (una de las asesinas del empresario Francisco Soldati).
La “Gaby” se había mostrado poco (apenas se la vio en un acto en Atlanta, el 22 de agosto de 1973), pero sus captores se cansaron de exhibirla como un trofeo. Durante su largo período de prisión en la ESMA escribió una reseña, un relato, sobre la organización armada que fue sacada entre las ropas de una detenida a quien conocí y con quien trabajé. Se ignora en qué condiciones lo escribió. El trabajo está contenido en 28 páginas escritas a máquina y tiene fecha 21 de diciembre de 1976.
Dado lo extenso del trabajo se publican algunos párrafos del mismo:
Primeros Pasos:
"Varios son los hechos que se conjugan para que, a fines del año 1969 y durante todo el 70, la mayoría de los grupos políticos revolucionarios se plantearan, como vía para la toma de poder, el método de la lucha armada. Para esa época, la polémica, acerca de si la lucha armada debía ser iniciada mediante un foco rural o urbano, alcanzó ribetes inimaginables, que la convirtieron en estéril y paralizante.
La ineficacia y las derrotas sufridas por la guerrilla rural en el país y en Sudamérica toda, obligan al replanteo y amilanan los intentos más serios de establecer focos rurales. Todos los intentos rurales, hasta ese momento, conducían a un solo camino: el fracaso. Los Uturuncos en 1959, E.G.P (Ejército Guerrillero de los Pobres), (Ricardo Jorge) Masetti, Méndez y Juve en 1963 y Taco Ralo en 1967; Camilo Torres en Colombia y el “Che” Guevara en Bolivia durante 1967, son el ejemplo claro, de lo inconducente del método, hasta la fecha."
11.- EL REGRESO: (17-11-73):
"Es el hecho más importante en toda la política de masas que se venía implementando. Su preparación es uno de los últimos acontecimientos que se producen a nivel de movilizaciones masivas, sin la conducción orgánica de Montoneros.
Se había constituido una “comisión” de retorno formada por Montoneros (“Pinguli” Hobert), Descamisados (Mendizábal y “el Sordo” Sergio De Gregorio); FAR (Arturo Lewinger y “la Gorda Amalia” D’Ippolito) y JP (Galimberti y Ahumada).
En esta comisión todos tenían cartas tapadas. Montoneros “controlaba” a Descamisados y a JP, Descamisados corría casi por la libre con sus contactos en la Armada y con la posibilidad de un levantamiento militar. FAR se subía a un tren que de entrada había perdido (recordar la carta de Roberto Quieto desde el penal de Rawson, donde pontifica que Perón no va a regresar y que en el país no va a haber elecciones).
JP por su parte, tratará de fortalecerse aprovechando su fluido contacto con Perón y sus relaciones con Abal Medina que ya se empezaba a cortar por la propia. Esta situación se pone de manifiesto en la conformación de la delegación “montonera” que viajó en el charter del regreso: “Chacho” Pietragaglia iba por Montoneros, Rodolfo Vitar por la FAR, Roberto Bustos y Bocha Waissman por JP, entre otros. La nota cómica la dio uno que en Roma se dedicó a comprarse de todo, fundamentalmente, material pornográfico, los montos murmuraban "¡estos liberales de la R!, las FAR “¡estos de la M reclutan cualquier cosa!; en definitiva al susodicho personaje no lo conocía nadie, cosa que saltó días después.”
Varios son los hechos que se conjugan para que hicieran ciertas las aliviadas palabras que pronunciara Lanusse el 18 a la madrugada: “Aquí no ha pasado nada”.
El escaso tiempo de la confirmación de la fecha del regreso (la trae Ahumada 15 días antes desde Madrid), la descoordinación de esfuerzos (Licastro ofrece “encargarse” de las comunicaciones, lo que es rechazado), las informaciones erróneas o falsas sobre la situación de las FFAA (brindadas por Rodolfo Urtubey, hombre de Abal Medina y delegado militar del Movimiento Peronista), la lluvia, etc. conducen al fracaso la intentona de producir un hecho insurreccional, acompañado de un levantamiento militar que hiciera retroceder a Lanusse y lo destituyera del gobierno. Todos los cuadros de las organizaciones armadas permanecieron concentrados en casas operativas, con el argumento de salir a defender a Perón si era necesario."
13.- LA CAMPAÑA ELECTORAL:
"La campaña electoral sumó dos factores de particular importancia para la OPM. El primero es que le permitió contactar casi en el último rincón del país cuadros para su política, o sea que llegó donde hasta ese momento no había llegado. El segundo elemento fue que tras su política (la campaña de Cámpora había sido diseñada por la Organización y el programa del FREJULI había sido elaborado casi en su totalidad, también por la misma), se pudieron realizar actos masivos similares a los que hacían en la metrópoli, en lugares donde, de otra manera, hubiera sido imposible llevarlos a cabo. La prensa se encargaba de darle una difusión nacional. Los “aliados” del FREJULI se sumaron, de esta manera, al fenómeno montonero. La visita de la comitiva electoral dejaba tras de sí un exiguo número de candidatos a cargos electorales pertenecientes a la OPM.
Para esa época, viajan Firmenich y Quieto a verlo a Perón a Madrid. Todas las prevenciones hechas por los cuadros que conocían mucho más las diferencias y recelos que tenía el líder con la OPM fueron desechadas. Los dirigentes guerrilleros le llevan un cartapacio de todo lo hecho en la Argentina (movilizaciones, operaciones, etc.); además de un programa que abarcaba todas las áreas de gobierno y los equipos humanos que lo llevarían adelante. Perón plantea su acuerdo, la necesidad urgente de plantear las milicias y como voto de confianza la OPM sería la encargada de resucitar y manejar la Fundación Eva Perón. Acuerdo que por supuesto no pensaba cumplir. Desde ese momento inicia la maniobra de intento de destrucción de su competidor más serio del corazón de la masa peronista: Montoneros."
14.- ASUNCIÓN DE CÁMPORA (25-5-73):
La amnistía lograda, al asumir Cámpora la presidencia de la Nación, es un hecho de vital importancia para la conducción de la OPM Montoneros y su futuro asentamiento como tal. Esta medida del gobierno, además de todas las implicancias que tiene, se convirtió en uno de los hitos más relevantes en cuanto a la formación de Montoneros desde su gestación.
Se obliga a Cámpora a adoptar una medida que, en el tiempo, hubiera sido viable sin problemas, pero tomada como lo fue, resultó irritante, fundamentalmente para las FFAA a las cuales todavía no se les había nombrado comandante en jefe.
La mayoría de los presos, después de un corto período de adaptación, pasan a “conducir” realidades políticas que en general los superaban ampliamente. El haber sido “preso de la dictadura” se convirtió en su máxima virtud, es de esta manera como se invierten los valores en la OPM; un error se consideró un acierto, más allá del valor innegable de la mayoría de los presos. Mucho tuvo que ver con esta situación la amistad que ligaba a los mismos con la conducción."
21.- 1º-5-74 RUPTURA CON PERÓN:
“Dentro de la misma etapa (corriente interna crítica frente a Perón) se da el 1º de mayo del 74. En este hecho se visualiza claramente el mal procesamiento de la disidencia y la falta de claridad política de la conducción. Ésta no supo diferenciar lo que era un enfrentamiento ideológico a un enfrentamiento político con Perón. El enfrentamiento ideológico debía darse y profundizarse en el seno de la OPM (cosa que debería haberse hecho desde octubre del 72). El enfrentamiento político debía darse clandestinamente para presionar a Perón (Rucci estaba en esa línea).
Es así como se da, el 1º de mayo de 1974, una batalla con Perón donde todos salimos perdiendo. Este enfrentamiento, con estas características evidencia, una vez más, la ignorancia por parte de la conducción de cómo se había gestado el fenómeno montonero. En los hechos, no nos vamos nosotros de la plaza, sino que Perón nos echa; ello se puede verificar cuando el 12 de junio Perón dice su último discurso en Plaza de Mayo. En esa oportunidad la OPM duda sobre la actitud a seguir y cuando toma la decisión, el acto en Plaza de Mayo había finalizado. Empieza la agonía del fenómeno Montonero y se inicia la etapa de pérdida de la iniciativa por parte de la OPM.
La muerte de Perón va a dar el golpe definitivo al fenómeno Montonero y por ende a la etapa de avance de las masas, este hecho no fue nunca tenido en cuenta, en su exacta dimensión, por la OPM al elaborar posteriormente, su política.
Luego siguieron algunos hechos que no alcanzaron mayor relevancia en la formación de la OPM (pasaje a la resistencia, clandestinidad, etc.), pero que continuaron incrementando un proceso de desgaste en el cual, cuadros a nivel personal van abandonando la OPM; no por tomar formas individuales deja de ser este proceso de importancia. De esta manera, la OPM se sube a un tobogán que la aleja cada vez más de las masas y la obliga a una práctica internista y teórica.”
22.- SÍNTESIS:
“La OPM Montoneros forma parte de un fenómeno de masas determinado y condicionado por la situación objetiva en la que se encontraba la sociedad argentina, por lo tanto depende del mismo a la vez que lo condiciona. Al formar parte de un todo, que no conduce en su totalidad, sufre las fluctuaciones que le impone ese conjunto.
La OPM se conforma con elementos surgidos de los más diversos sectores políticos: nacionalistas, peronistas, católicos, socialistas, demócratas cristianos y marxistas de todo tipo; siendo entre éstos, la clase media, la mayoritaria por muy amplio margen. Esta heterogeneidad política de sus componentes y la falta de síntesis, por parte de la conducción, obligan a dar respuestas parciales a cada una e las fluctuaciones anteriormente citadas. Por supuesto, estas respuestas, no son todas conducentes al mismo objetivo. Al esfumarse el fenómeno socio – político de masas que la contenía, la OPM, al no tener la fuerza suficiente para impedirlo, también va, paulatinamente, desapareciendo del contexto político nacional. Las respuestas político – organizativas y militares erróneas apuran esa desaparición.”
Lo que no dice Norma Arrostito lo reconocerá años más tarde el ex dirigente montonero Rodolfo Galimberti: “Montoneros era un berenjenal, ideológicamente hablando; algunos eran prochinos, otros prosoviéticos, otros provietnamitas, algunos procubanos, etc., pero a todos los unía un común denominador, la lucha armada para la conquista del poder e implantar el sistema socialista de su preferencia”.
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