Lavalleja y Gorriti es la esquina en la que quiso improvisar una galería de arte porque, como buen gran artista multifacético, Pedro Roth pudo hacer de Sol Oriente, el mercado, el lugar ideal para exponer su trabajo. Porque así lo quiso y porque no quiso esperar a que los tiempos de la pandemia se inmiscuyeran aún más con los del arte, el genial pintor, nacido en Hungría el 8 de julio de 1938 y que llegó a Buenos Aires escapando del Holocausto, le hizo la propuesta su hijo fotógrafo, por estos momentos a cargo del comercio de una pareja oriental amiga.
Desde el 13 de septiembre, treinta y cinco obras engalanan las paredes blancas del mercado, mezcladas con los afiches publicitarios y los precios. La propuesta del inquieto pensador es poder hacer “otro tipo de paseo en góndola sin tener que ir hasta Venecia”, dice en broma Roth a Infobae sobre la original muestra integrada por obras suyas, otras de su amigo también artista Roberto Plate —con quien compartió los primeros meses de aislamiento— y las fotografías de su hijo Damián.
“Está causando muy buen impacto. A la gente le gusta”, revela con tono de sorpresa sobre la recepción y los primeros impactos de la muestra Esencial, a la vuelta de su casa. ¿Qué impacta? Ver cuadros detrás del sector de los fiambres y las cajas de dulce de membrillo, al igual que arriba de las góndolas de las gaseosas, de los artículos de limpieza, de los fideos y de las latas de tomate. Entre los vinos de oferta y los recomendados, en medio de cada necesidad, Roth hace que el arte diga presente porque para él expresarse es algo necesario.
Pedro Roth: “Ser artista tiene que ser inevitable, si lo podés evitar, no lo hagas”.
Esencial, el arte y la comida
“Pensé que si la comida es esencial el arte también lo es y que este era un buen momento para juntarlas porque el arte no cierra nunca, comer siempre hay que comer y a la cultura que consumirla siempre. Por eso supuse que andarían muy bien juntas y tener un espacio donde mostrar obra de artes. Esta es una oportunidad y una invitación”, asegura Pedro Roth a Infobae.
La muestra está compuesta por algunas de las obras que Roth realizó hace varios años, otra pared es para las que hizo su entrañable amigo Plate y otro espacio para las fotografías de su hijo Damián.
“Se llama Esencial porque nos parecía que la cultura es un producto esencial, por eso la muestra está ahí”, revela Roth y se sorprende porque “hasta ahora tuvo muchísima aceptación. En este momento en que las galerías y museos están cerrados los artistas seguimos produciendo y aparecimos por todos lados”, dice.
Roth escribe, dibuja, pinta, imagina. Es inquieto, creador... “Es un hombre multifacético e inclasificable que posee el secreto de la eterna juventud, de la verdadera, la interior, que lo mantiene inquieto, curioso e interesado como un niño. Ese ha sido su modo de plantarse ante el mundo como artista, lejos de la idea de construcción de una carrera se ha mantenido en las antípodas de los dictados normalizados del sistema y de la academia, de la profesionalización y el mercado”, lo describe en un texto que hace prólogo a la presentación de Esencial Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes.
Roth también es “artista, fotógrafo, coleccionista, cocinero, escritor, cineasta y activista, siempre rebosante de ideas y proyectos, resulta imposible escindir su obra de su figura como ser humano. Roth es un artista integral que, por lo demás, siempre caminó en los bordes del sistema de las artes”, lo resume Duprat.
Y Roth se asume un inquieto de los pinceles.
“Los artistas necesitan del espacio en blanco para que fluya la imaginación un vacío que es clave para la incesante creatividad. Llenar la hoja no es solamente un tema espacial, es también un problema cultural, las formas que agotan la manera para combinar los objetos en el espacio, son como los latidos de lo vacío y lo lleno. A veces la necesidad de vacío es tan grande que arrasamos con todo lo anterior que nos ahoga”, dice el texto titulado Lo vacío y lo lleno es la clave que escribió especialmente sobre su muestra un tanto atrevida porque es capaz de meterse en lo cotidiano.
En esa cotidianeidad que se vive durante la elección de una marca de fideos o de la comparación de precios de cualquier otro artículo de primera necesidad. Necesidad de la que aún es arte de dejada de lado como ni no fuera ella tan necesaria para un alma cautiva.
“Poner el arte en el lugar que tiene que estar, entre los productos esenciales, es una oportunidad que nos dio el Coronavirus -asegura Roth-. La especialización separó los temas creando distancia en las cuestiones vitales como el arte y la comida. En el tiempo de las cavernas sin el pintor del bisonte no había éxito en la cacería, la imagen creada, invocaba, materializaba el alimento. El arte era fundamental en la cadena alimenticia”.
Además, conjetura que “hoy la comida viene del dinero, es un hecho que demuestra que el habitante urbano no entiende ni tiene conciencia ecológica, ni respeto por la naturaleza".
"Vivimos en un mundo cada vez más artificial y nos intimida un virus que nos hace cambiar nuestras costumbres. Todo esto puede ser una oportunidad para volver a conectarnos con nuestra esencia. La expresión de nuestra naturaleza, para repensar cuáles son nuestras prioridades”.
Para él, simplemente “es imposible cerrar el arte que uno tiene adentro y rompe constantemente, sale a borbotones y donde hay una posibilidad se la muestra. Esa es la idea”, finaliza.
*La muestra de Pedro Roth, con obra de Roberto Plate y fotografías de Damián Roth, es presentada por la Fundación Pedro Roth. Permanece expuesta en el supermercado Sol Oriente, en Lavalleja 1386, todos los días de 9:00 a 21:00. Los domingos de 9:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00.
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