Ámbar tiene 2 años, pero cuando contaba apenas con 11 meses de vida, un grupo de médicos de la Ciudad de Buenos Aires llegó hasta el paraje en el que vive, llamado Puca Pozo -ubicado a 75 kilómetros de la ciudad santiagueña de Monte Quemado, en el norte de la provincia-, y le dijo a su madre que su pequeña hija tenía cáncer de ojos.
“Es un campo donde vivimos nosotros, un puesto rural. Son apenas cuatro casitas, no más que eso, sin agua ni luz. Hasta aquí vinieron los doctores para ayudarnos, creo que fue en septiembre del 2018”, recordó Eliana, la mamá de la niña, en diálogo con Infobae.
La mujer contó que desde que le descubrieron un retinoblastoma bilateral, Ámbar “empezó a viajar a la Capital Federal seguido” para ser atendida en el Hospital Garrahan, donde le realizaron algunas quimioterapias “hasta que se le fue el tumor”. Luego, comenzaron a ir “a control todos los meses” en ese mismo centro pediátrico para asegurarse de que su salud no volviera a empeorar.
El problema llegó con la pandemia y la cuarentena: ante las medidas restrictivas impuestas por el Gobierno para frenar la propagación del coronavirus, los traslados que esta humilde familia hacía periódicamente hasta Buenos Aires se volvieron cada vez más difíciles y por esa razón la nena de dos años no es revisada por un profesional desde febrero pasado.
Para peor, a partir de uno de los intentos de su madre por conseguir un medio de transporte para llegar hasta el Garrahan, para lo cual primero debieron someterse ambas a un hisopado, se descubrió que la menor está infectada de COVID-19, según le comunicaron las autoridades de Santiago del Estero a Eliana, que ahora se encuentra en la ciudad de La Banda, sin dinero y a la espera de una solución.
Sucede que, tras varios turnos cancelados debido a la falta de una ambulancia que pudiera trasladarlas desde esta provincia hasta el centro pediátrico situado en el barrio porteño de Parque Patricios, la Fundación Brazos Abiertos, que se encuentra ayudándolas con los procedimientos administrativos, había logrado gestionar un avión sanitario que hiciera el trayecto.
“Yo estoy parando en la casa de otra de mis hijas, de la mayor. Llegamos el 17 de septiembre, me mandaron desde Monte Quemado para que pudiera hacer los trámites correspondientes”, precisó la mamá de Ámbar, quien resaltó que tanto ella como su niña se habían hecho el mismo test días atrás, cuando estaba la posibilidad de viajar por tierra, los cuales dieron negativo.
Sobre el retinoblastoma, Eliana se mostró preocupada porque la pequeña “no tiene ningún control médico” desde febrero último y “hace como dos meses empezó a desviar el ojito de nuevo”, aunque afortunadamente “no tiene ninguno de los síntomas del coronavirus”.
“Yo, la verdad, no creo que la nena tenga COVID. Que me perdone Dios, pero si fuera así ¿no tendría que haber venido alguien a revisar cómo estamos? No vino un solo médico a vernos, nadie, a decirnos qué teníamos que hacer. No me dieron ningún papel (con los resultados del test), solamente me llamaron para informarme que no íbamos a poder viajar”, señaló.
Fiorella Mangialavori, que es parte del equipo de Brazos Abiertos que asiste voluntariamente a esta familia, cuestionó el accionar de la Casa de Santiago del Estero por no proveer los medios necesarios para solucionar el problema y publicó un video en las redes sociales en el que contó toda la historia de Ámbar, el cual se viralizó rápidamente.
“Nunca vimos que un caso de una menor de dos años con cáncer, que además no está en etapa de remisión, sino que está en pleno tratamiento, a la que no le permitan estar en control, que no le hayan hecho ni un estudio, nada”, lamentó la joven.
Fiorella remarcó que la niña “es paciente oncológica y no tomaron ningún recaudo” para su aislamiento tras haber dado positivo de coronavirus, pero se mostró esperanzada al destacar que la familia de Ámbar ya pudo conseguir una médica que las atienda en La Banda, aunque no sabe “si eso va a ser suficiente”.
“Es loco pensar que esto se consiguió solamente con el esfuerzo de la gente. Nadie da respuestas: el municipio, el gobernador, no sé quién, pero alguien se tiene que hacer cargo. Pedimos por favor que miren lo que le está pasando a esta nena. Situaciones así vivimos siempre, en los hace seis años que tiene la ONG, por eso no hablamos de partidos políticos, pero este caso ya nos superó porque no podemos hacer nada más, no podemos traerla nosotros hasta Buenos Aires”, agregó.
A partir de la difusión del video de Brazos Abiertos, algunos miembros del Centro Provincial de Salud Infantil (CePSI) de Santiago del Estero se comunicaron con la mujer para conocer la evolución de Ámbar con respecto al coronavirus, pero hasta el momento ningún profesional la fue a visitar en la casa donde permanece aislada.
Consultada por este medio, la doctora Mercedes García Lombardi (M.N. 65028), oncóloga del Hospital de Niños de la Ciudad de Buenos Aires, aseguró que “el retinoblastoma es perfectamente controlable en las provincias, lo puede hacer un oncólogo pediatra, y derivar solo en caso de sospecha de que el tumor haya reaparecido, lo cual es raro".
“Si un paciente esta sin enfermedad y ahora está con COVID-19, hay que priorizar el control de la infección y después trasladarlo”, opinó la médica, y detalló que “en general son pocos comunes los cánceres en niños”, ya que “los 1400 casos nuevos que aparecen en menores de 15 años representan el 1,5% de los pacientes adultos”.
Seguí leyendo: