La pandemia de coronavirus desnudó y profundizó las problemáticas que padece la Argentina. Entre ellas, se incrementó notablemente la cantidad de delitos. Por ello, pese a que la curva de contagios se mantiene estable pero alta, la seguridad pasó a ser uno de los temas más preocupantes junto con la cuestión sanitaria para los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires.
Así lo reveló un informe elaborado por el Observatorio Gente en Movimiento que aborda las principales preocupaciones de los porteños y muestra cómo evolucionaron en los últimos meses en medio de la cuarentena: la inseguridad fue destacada como uno de los problemas más urgentes, prácticamente a la misma altura de la situación sanitaria, que en marzo era la principal preocupación.
En el informe se precisó que en el mes de abril la salud era prioridad para el 40% de los porteños. Esa tendencia bajó en septiembre al 29%. En cambio, la seguridad escaló posiciones: mientras que en abril representaba un gran temor solo para el 7%, el mes pasado ese porcentaje alcanzó el 25%.
En ese sentido, un 50% de los encuestados considera que la inseguridad aumentó en los últimos tres meses, un 37% opina que la problemática se mantuvo igual y solo un 6% cree que disminuyó.
Una de las consecuencias de esta preocupación radica en que el 20% considera tener un arma en la casa, mientras que un 17% se ha organizado junto a sus vecinos o posee algún tipo de alarma colectiva.
En este contexto, el mes pasado se desató un conflicto salarial con la policía de la provincia de Buenos Aires. Las quejas de los efectivos se trasladaron a la Quinta de Olivos y el presidente Alberto Fernández decidió traspasar parte de la coparticipación de la Ciudad al territorio bonaerense para resolver el problema.
Con respecto a ese conflicto, el informe del Observatorio Gente en Movimiento, que coordina la periodista Gisela Marziotta, remarca que el 70% de los porteños cree que una mejora en el sistema de seguridad de la provincia de Buenos Aires mejoraría la situación en CABA.
La educación y la vuelta a clases presenciales
Más allá de la disputa política entre el Gobierno Nacional y el porteño por la vuelta a las escuelas, para los habitantes de la Ciudad la educación mostró una tendencia similar a la inseguridad. Así como en el inicio de la cuarentena, era un aspecto prioritario para el 4% de los porteños, ahora escaló a un 14%.
En relación a la propuesta del Gobierno de la Ciudad para armar encuentros con estudiantes en espacios abiertos, el 60% afirmó que preferiría no mandar a sus hijos a la escuela y esperaría hasta el año que viene para hacerlo. Solo el 33% de los padres afirmó que enviaría a sus hijos en tal caso.
Esa postura puede vincularse al mayor temor al contagio que mostraron los nuevos resultados: en junio un 54% de las personas consultadas temía contraer COVID-19 y en septiembre la cifra aumentó al 76%. Al principio del mencionado período, el 43% afirmaba no tener miedo al contagio, cifra que descendió al 23%. Es decir, el temor a enfermarse fue en crecimiento a medida que se fueron flexibilizando actividades.
Por otro lado, el 60% de los padres afirmaron que piensan reducir gastos en educación. Desde julio se mantiene la propensión de un 33% de los padres con hijos en escuelas de gestión privada a cambiarlos a instituciones más económicas y de un 27% a cambiarlos a escuelas públicas. Esto implicaría un fuerte aumento en la demanda para estas últimas, en un contexto en el que la falta de vacantes va en aumento y afecta hoy a unos 25 mil chicos.
El acceso a internet es otra de las variables relacionadas al tema de educación que fue contemplado por el Observatorio. El 52% de los porteños dice tener una conexión a internet “adecuada” para estudiar o trabajar, mientras que el 33% considera que su conectividad es “insuficiente” y el 8% “nula”. También se consideró este aspecto desde la perspectiva del trabajo: el 43% de los consultados afirmó que sus empleadores no les brindaron los elementos necesarios para realizar sus trabajos, el 35% aseguró que sí y el 22% no lo sabe. Entre quienes dijeron que no les brindaban herramientas, se destacó en un 37% la falta de elementos informáticos, en un 21% la falta de conectividad y en un 18% la falta horarios claros de trabajo.
La salud y los alquileres
Debido a las consecuencias económicas de la pandemia y la cuarentena por el coronavirus, así como hay padres que evalúan cambiar la educación privada por la pública para sus hijos, algo similar sucede en cuanto a los prestadores de salud.
El informe revela que el 37% de los usuarios del sistema de salud privado está considerando comenzar a recurrir a la salud pública.
Asimismo, la situación económica también impacta en los inquilinos. En septiembre, el 49% de las personas consultadas no supo si podrá pagar el próximo alquiler y el 33% tuvo la certeza de que no podrá hacerlo.
Seguí leyendo: