El que nos recibe en la entrada de su departamento porteño de Balvanera es José Luis, lleva puesta una remera escote en V negra, unos jeans ajustados, zapatillas y claro, el tapabocas. En el octavo piso, donde vive, está su pareja, Walter, y su gata negra, Puta.
José (28) nació en Lima Perú y llegó a Buenos Aires hace cinco años en busca de nuevos desafíos. Tiene un modo de hablar pausado y tranquilo. Se sienta y empieza a contar su historia a Infobae. “Vine a la Argentina a cumplir mi sueño, ser Drag Queen...y lo logré”, reconoce mirando hacia atrás.
Si bien arrancó en el mundo del transformismo con apenas 16 años en un concurso de Drags en una disco de Lima, José afianzó su carrera en nuestro país. “Aquí me abrieron las puertas en todos lados, el arte independiente es valorado. Hay teatros, boliches y presentaciones privadas que hacen que uno pueda mostrar su talento, y por eso voy estar siempre agradecido”.
En plena cuarentena obligatoria todas sus actividades fueron suspendidas y por eso volvió a su primer amor, la venta de ropa y accesorios, aunque ahora de manera online. “Durante mucho tiempo, hasta que pude vivir del Drag, de día trabajaba en un negocio de indumentaria o en algún supermercado y de madrugada hacía mis presentaciones”, relata. Aunque para reconectarse con su pasión hace shows en vivo a través de su cuenta de Instagram, @novaqueen1.
La primera vez
Con 16 años se montó por primera vez y tuvo la revelación de su vida. “Con botas altas, peluca, pestañas postizas, lentejuelas y mucho brillo me miré al espejo. La primera sensación fue de asombro, y luego sentí una liberación de expresión”, recuerda emocionado. Ese fue el inicio de todo.
Ya emigrado a Buenos Aires, con mucha creatividad y pasión, dio vida a su alter ego -Nova Queen- su personaje que no para de crecer. En sus propias palabras. es “glamorosa, adrenalínica, carismática, bailarina y caradura.. todo lo contrario a José”, admite.
Por otra parte, José le cuestiona a Nova algunos aspectos como su soberbia y exceso de energía desmesurada. Es raro pero cuando me monto me vuelvo irreconocible, y no solo en aspecto físico", dice, ya no sabiendo si quien habla es José o Nova.
Pisa el escenario y se mueve al ritmo, sacude el cuerpo, gira la cabeza dejando suelto su extensa melena. “Lo que nadie sabe es que para que no se mueva la peluca me encinto la cabeza... duele bastante, pero me encanta”, revela uno de sus secretos de belleza.
Como Drag creció rápidamente, es conocido en el ámbito artístico y las marcas lo convocan para acciones LGTB. “Quiero más. Tengo mucho para explorar, y voy a seguir en este camino hasta que el cuerpo me deje”, se entusiasma.
En el living de su departamento se anima a mostrar la transformación de José a Nova Queen. “En un inicio lo hacía con lo que tenia a mano. Tardaba como cinco horas”, recuerda. Hoy, en cambio, montarse le demanda unas dos horas e incluye “trucarse”, es decir, esconder los genitales para poder usar un vestuario cavado y lleno de lentejuelas.
“Mirá lo que armé para hoy”, señala el vestuario que creó para la nota. Es una especie de trikini con telas que compró en el barrio de Once, y le pidió hacer a su amigo Marcelo Chaves. “Le voy agregar estas mangas de cuero negras que hacen juego con las bucaneras altas”, sostiene.
Todo va tomando color y forma, no hay nada librado al azar, los colores de la ropa hacen juego con las sombras marcadas de los ojos, y el delineado dramático. Una vez listo, Nova Queen se mira al espejo, se acomoda las hombrera derecha, y dice “ahora soy yo”.
Quién es quién
No es una mujer trans. Es un hombre gay, está de novio con Walter, que es policía. De hecho se conocieron en una revisión policial. “Además de pedirle los documentos, le saqué el teléfono... recién al año de salir me contó lo de Nova Queen”, cuenta su pareja.
El trabajo nocturno de José llevó un tiempo en ser aceptado por su familia, que quedó en Perú. “Mi madre llegó a tirarme las botas altas, y lo sufrí. Ahora sabe que soy feliz con lo que hago y me apoya”, admite.
No le cuenta a todos que trabaja como Drag. “Mis vecinos, por ejemplo, no tienen idea. En varios de mis trabajos sabían que por la noche me transformaba para mis shows, inclusive un jefe que tuve me vino a ver a Zero Km, un clásico de la noche drag”.
Reconoce que a pesar que hay personas que se dedican a este mundo artístico, aún hay cierta estigmatización. “La gente te discrimina, te burla..", destaca que aún sucede en el siglo XXI con referentes conocidos como RuPaul que popularizaron esta forma de expresión artística. "Es raro porque después son los mismos que están en primera fila, y te hacen propuestas indecentes, creo que tiene que ver con algo del morbo”.
Nova Queen se disipa cuando baja del escenario y vuelve a su departamento. Así como tardó dos horas en montarse por completo, tarda otra hora para retirarse la lencería, las uñas esculpidas, el glitter del cuerpo y la peluca. Se lava la cara, se va a dormir y amanece como José.
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