Mariela Romero era enfermera y trabajaba en el Hospital público de Villa Regina, en la provincia de Río Negro, desde hacía 14 años. A lo largo de su carrera se desempeñó en varias áreas, siendo una de las últimas el servicio de traslados. Aunque desde hacía unos meses su rutina era completamente diferente: trabajaba desde su casa, en la localidad de General Enrique Godoy, ya que estaba embarazada. Realizaba actividades administrativas.
A sus 38 años, la mujer esperaba con ansías la llegada de su primer hijo. Era lo que más anhelaba y lo que había buscado desde hacía muchos años. Ya le faltaba muy poco para conocerlo. Pero el destino, cruel, hizo que nunca se encontrara con él. Mientras cursaba el embarazo, Mariela contrajo coronavirus. El viernes de la semana pasada fue ingresada al hospital de Villa Regina. Le practicaron una cesárea y nació su hijo, al que llamaron Lucio.
El bebé se encuentra en buen estado de salud. Le hicieron un hisopado y dio negativo. Está estable, internado en neonatología del hospital Francisco López Lima de la ciudad de General Roca. Espera por conocer a su papá, Fredy, quien todavía no puede verlo porque también se contagió de COVID-19 y está aislado.
Lo triste sucedió tras la intervención quirúrgica: el cuadro de la madre se agravó y, para peor, ella pasó varias horas del pos operatorio en la guardia del centro sanitario de Villa Regina, aguardando por una cama de cuidados especiales. La enfermera se descompensó y los médicos que la atendieron resolvieron su inmediato traslado al hospital de General Roca. Allí la internaron en el área de terapia intensiva. A pesar de los esfuerzos médicos, perdió la vida la noche del miércoles.
La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) de Río Negro denunció que Mariela “falleció abandonada por el Estado y por la indiferencia de los profesionales”. A través de un comunicado, detallaron que la mujer había “ingresado el viernes a las 23:45 al hospital de Villa Regina, quedando en una camilla en la guardia. A la mañana siguiente, a las 7 del sábado, le practicaron la cesárea, llevándola otra vez a la guardia, por tener COVID-19″.
“A pesar de estar transitando un pos operatorio quedó nuevamente en una camilla porque no había camas y recién a las 18 horas se logró que la trasladaran a General Roca. Sin embargo, fue tarde”, agregaron.
“El hecho de que Mariela se haya encontrado sin respuestas y la atención necesaria hace que la situación se agrave. Es muy duro ver la desidia a la que fue expuesta en una contexto tan desesperante. Creemos que si esto hubiera sido atendido desde el primer momentos los resultados probablemente hubieran sido otros. Nadie puede ver vulnerado su derecho a una atención médica como lo amerita”, dijo a Infobae Rodrigo Vicente, secretario general de ATE Río Negro.
Y añadió: “La provincia está en una situación crítica respecto al sistema de salud, que se encuentra al borde del colapso, y no se pueden replicar estas situaciones. Mariela demoró casi un día en ser trasladada al hospital de General Roca. Nos encontramos ante un abandono y la falta de responsabilidad por parte de las autoridades”.
El jueves, afiliados al sindicato decidieron manifestarse en las puertas del hospital. Reclamaron una respuesta de parte del Ministerio de Salud provincial. “Creemos que el silencio solo agrava más la situación. Exigimos una respuesta que aclare este lamentable hecho por parte de las autoridades y ubicando a los responsables de esta tragedia que podría haber sido evitada con la atención necesaria”.
Vicente adelantó que “desde ATE vamos a elevar las denuncias administrativas y penales correspondientes porque estamos frente a un delito. Vemos un abandono a una paciente y persona que se encontraba en primera línea de exposición por ser personal de salud y debemos encontrar los responsables. Necesitamos que se haga justicia ante una situación de semejante envergadura”.
Infobae se comunicó con fuentes del gobierno rionegrino. Desde el Ministerio de Salud provincial aseguraron que “en ningún momento hubo abandono de parte del Estado”, aunque revelaron que “se están investigando las responsabilidades” del equipo que atendió a Mariela.
Si bien reconocieron que Mariela estuvo en la guardia esperando por una cama, negaron que haya estado 18 horas en ese lugar: “Después de la cesárea, quedó en la guardia pero durante cuatro horas, de 6 a 10 de la mañana, hasta que la llevaron a una cama del área para pacientes de COVID-19. Esa es la negligencia que se está investigando. Se iniciaron los sumarios para establecer las responsabilidades y saber, entre otras cosas, si había lugar en el hospital de Villa Regina”.
“Ella era paciente de riesgo. Tenía hipertensión, diabetes. Y estaba muy complicada. Se está averiguando qué es lo que pasó en esas cuatro horas y se va a llegar hasta las últimas consecuencias”, prometieron.
Tras conocerse la triste noticia, las autoridades del hospital de Villa Regina difundieron un comunicado en el que lamentaron lo sucedido: “Nos llena de gran dolor y profundo pesar y, en su memoria, invitamos a nuestra comunidad a transitar una jornada de reflexión y respeto para despedirla con todo nuestro afecto y reconocimiento”.
En consecuencia y por orden de la dirección del Hospital Área Programa, durante el jueves se realizó una jornada de duelo, sin la atención en el consultorio de respiratorios.
Los restos de Mariela fueron sepultados el jueves en el cementerio de General Enrique Godoy. Familiares, compañeros de trabajo y vecinos participaron del cortejo y le dieron el último adiós.
Al cursar todavía la infección, Fredy, el flamante papá, no pudo asistir. En su lugar, le dejó a su fallecida pareja un conmovedor mensaje en las redes sociales: “Cuántas vidas salvaste, me contaste más de una vez de las cosas que vivías en esos instantes. Pero siempre mantenías tu perfil profesional. Luchaste como una gran guerrera y hoy no alcanzó. Te pido que nos sigas cuidando como siempre lo hacías conmigo. Me dejaste ese bebé hermoso, cuídanos desde el cielo. Te amo con todo mi corazón, hasta siempre mi amor”.
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