A comienzos de septiembre, los intendentes de los balnearios que conforman la Costa Atlántica se reunieron con el objetivo de impulsar una serie de protocolos compartidos a la espera de que se confirme la realización de la temporada veraniega 2021. El primero en proponer un plan sanitario fue el municipio de General Pueyrredón, que agrupa, entre otras localidades, a Mar del Plata.
En un texto de 35 carillas, llamado “Protocolo COVID-19 para balnearios de la Costa Atlántica de General Pueyrredón (PROCAB-MDP)”, firmado por Alicia Bernabei, secretaria de Salud del municipio, se establecieron los requisitos que los balnearios deberán implementar para reducir al mínimo el riesgo de contagios de coronavirus. El texto que aclaró que estas medidas “no implica la apertura de las actividades turísticas, sino que regla la forma en la que se realizarán estas últimas tras las habilitaciones correspondientes”.
Los balnearios tendrán que colocar cartelería interna específica que comunique los siguientes ítems para los trabajadores que gestionen la llegada del turismo: lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o alcohol, evitar llevarse las manos a la cara, al estornudar o toser hacerlo con el pliegue, y en caso de presentar algún síntoma no concurrir al trabajo.
También será obligatorio el uso de barbijo, cumplir el distanciamiento social, evitar el contacto físico, no compartir elementos comunes y no mantener reuniones en espacios cerrados. El personal deberá ser capacitado por el balneario y las instalaciones también deberán adaptarse con los elementos de higiene hasta un espacio de aislamiento ante un posible caso de coronavirus.
En cuanto a las carpas, se permitirán seis personas por cada una de ellas. Las mismas deben ser desinfectadas diariamente. Por sombrilla sólo se aceptarán cuatro personas. Entre ellas, una distancia de cuatro metros y también tendrán que ser sanitizadas al finalizar cada jornada.
Aquellos balnearios que tengan pileta deberán aplicar el protocolo vigente para estos sectores. Lo mismo ocurrirá con los sitios que ofrezcan gimnasios. También deberán garantizar la higiene de manos para los turistas, con elementos a no más de 1,20 metros de altura para personas con discapacidad.
Los balnearios estarán obligados a documentar los procedimientos en cuanto a los visitantes que reciban y las compras y contrataciones que realicen. Los anteriores requerimientos también serán indispensables en cuanto a quienes ofrezcan un servicio gastronómico, tanto en la parte interna como en las carpas y sombrillas.
El gobierno municipal se comprometió a programar el dictado de capacitaciones a los propietarios, trabajadores y proveedores, junto a otras partes interesadas, de los balnearios. También determinará la autoridad de aplicación de lo establecido y las eventuales sanciones en caso de que se registren incumplimientos.
En cuanto a los empleados de cada balneario, se sugiere que eviten el uso del transporte público para trasladarse y que cada concesionario o dueño ofrezca el servicio de traslados o un espacio para que los trabajadores puedan estacionar sus vehículos o bicicletas. También se pedirá que cumplan turnos escalonados y que los mismos no coincidan con el horario pico de la demanda.
Hace algunas semanas, el intendente de Pinamar, Martín Yeza, propuso descomprimir la alta concentración de gente en el verano mediante la extensión de la temporada “desde noviembre hasta marzo o abril”, durante la reunión que en aquel entonces tuvo el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y los jefes comunales de la Costa Atlántica.
En aquel encuentro virtual, llevado a cabo el 7 de septiembre, participaron los intendentes Jorge Paredi (Mar Chiquita), Hernán Yzurieta (Punta Indio), Alejandro Dichiara (Monte Hermoso), Cristian Cardozo (La Costa), Gustavo Barrera (Villa Gesell), Sebastián Ianantuony (General Alvarado), Mariano Uset (Coronel Rosales), José Rodríguez Ponte (General Lavalle), Guillermo Montenegro (General Pueyrredon), Martín Yeza (Pinamar), José Luis Zara (Patagones), Raúl Reyes (Coronel Dorrego), Arturo Rojas (Necochea) y Carlos Sánchez (Tres Arroyos).
“Lo que se planteó es que se podría tener una temporada de verano con menor rotación de público. No hay clases presenciales y el grueso de trabajadores trabaja en modalidad home office, lo que nos hace pensar en poder descomprimir la alta concentración y rotación de gente en el mes de enero”, expresó Yeza.
En cuanto a la realización de la temporada, el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, precisó que es necesario “pensar en una estrategia que, desde el punto de vista económico y social, nos permita desarrollar la mejor temporada posible, dentro de la realidad que tengamos en ese momento”. Y agregó: “Estamos trabajando en protocolos y proyectando cuáles pueden ser los escenarios posibles”.
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