A seis meses del inicio de la pandemia, 4 de los 135 municipios bonaerenses todavía no registran ni un solo caso de coronavirus. Se trata de Adolfo Alsina, General Pinto, Rauch y Florentino Ameghino. ¿Cómo lo consiguieron? Infobae se puso en contacto con las autoridades de cada localidad, para conocer qué medidas adoptaron para impedir el avance del COVID-19.
“Acá hay un 50 % de suerte. El otro 50 % es un logro de toda la comunidad”, coinciden Javier Andres, Jorge Alfredo Zavatarelli, Maximiliano Suescun y Calixto Tellechea, intendentes de Adolfo Alsina, General Pinto, Rauch y Florentino Ameghino, sin adjudicarse directamente los resultados y dando crédito a los habitantes de sus municipios que, hasta el momento, vienen acatando las medidas sanitarias propuestas.
A continuación, los secretos de las tres localidades que, excepto por las escuelas, ya se manejan en la “nueva normalidad”. ¿Las claves compartidas? Uso de tapabocas, distancia social y rigurosos controles en los ingresos.
RAUCH
En Rauch todavía no pueden creer que están libres de COVID-19. Con todos los casos que se registraron en los localidades linderas (como Tandil, Olavarría o Azul), los habitantes de la ciudad ubicada en el centro-este de la provincia de Buenos Aires esperaban que, tarde o temprano, el virus se hiciera presente. No sucedió en abril, tampoco en mayo, ni en junio, ni en julio, ni en agosto ni en los días transcurridos de septiembre.
El intendente, Maximiliano Suescun, habla de un trabajo en conjunto con el Director de Bromatología del Municipio, Adrián Guaita, y el Director de Salud de Rauch, el médico Juan Pedro Achaga. Apunta a aquellas medidas que se tomaron precozmente, como el uso de tapabocas y el hecho de considerar a todos los países como posibles zonas de riesgo. “Antes de que el virus estuviera en América, mandamos a hacer cuarentena no solo a los que venían de Europa sino a todos los llegaban de EEUU, Colombia, Brasil, incluso hasta de Ushuaia”, dice.
Otra estrategia acertada, admite Suescun, fue apostar al cierre hacia afuera. “Haber podido establecer una división al ingreso (N. de R.: se refiere a la oblea que identifica quién vive Rauch) para hacer más hincapié en la gente que viene de afuera y dejar entrar libremente a los que son de Rauch, también ha servido”, cuenta. Por otro lado, destaca el compromiso de la ciudadanía. “Lo tomaron muy en serio, sobre todo quienes han salido de Rauch: desde los transportistas pasando por los camioneros hasta los comerciantes, se han cuidado mucho y han tenido muchos recaudos”, explica.
“La frase que nos guió siempre fue: ‘La batalla se gana en la calle, no en el hospital’. Yo he visto en muchos lugares un excesivo esfuerzo hacia dentro del sistema de salud y eso está muy bien. Pero el trabajo fuerte está en la calle”, apunta Suescun.
ADOLFO ALSINA
Para Javier Andres la clave para impedir el ingreso del COVID-19 al municipio de Adolfo Alsina está en los controles. “Pusimos mucho énfasis en el acceso al distrito, que tiene 20 mil habitantes”, dice a Infobae. Cuando habla de poner énfasis, el intendente se refiere a tomar la temperatura de cada persona que ingresaba o salía de la localidad así como también el pedido de los permisos de circulación, tanto nacionales como provinciales. “Jamás prohibimos la entrada o la salida de Alsina, sino que la justificaran”, apunta.
También habla de una fuerte campaña de concientización para que la ciudadanía use tapabocas, mantenga la distancia social y, lo más importante, que no comparta el mate. “La gente colaboró mucho desde el primer momento. Todos entendieron la gravedad de la situación e incorporaron las medidas de higiene solicitadas. Pero, con la llegada del calor y tras 180 días sin un solo caso, hay cierto grado de relajación”, cuenta Andres y sostiene que, por este motivo tuvieron que reforzar las recomendaciones de seguridad durante la última semana.
Al día de la fecha, en Alsina vive en la llamada “Fase 5”. Bares, cervecerías y restaurantes están abiertos y cumplen con los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud. Funcionan con la capacidad al 50 % y adentro mantienen una distancia mínima de dos metros entre las personas.
¿El dato color? En el partido de Adolfo Alsina se encuentra el lago Epecuén que, por su alta concentración salina, es conocido por sus supuestos efectos curativos. Aunque no está comprobado científicamente -dice Andres- los habitantes le adjudican “la inmunidad de la localidad” a la laguna salada.
Para Alfredo Zavatarelli los distritos pequeños, como General Pinto, cuentan con una fortaleza: el control social. En tiempos de pandemia, dice el intendente, esto permite hacer un control más estricto sobre la comunidad y detectar posibles casos sospechosos de coronavirus. No solo entre los habitantes de la localidad sino entre los que llegaba de otras zonas.
Al igual que Rauch y Adolfo Alsina, en General Pinto las restricciones de ingreso fueron claves para impedir la llegada del COVID-19. Además de los permisos correspondientes, desde la ciudad ubicada al noroeste del territorio provincia, también empezaron a exigir hisopados negativos.
“A partir del 26 de junio, todas las personas que ingresen al Distrito de General Pinto, cuya finalidad sea la residencia transitoria y/o permanente, y provengan de zonas de circulación comunitaria del virus COVID-19, deberán hacerlo con un informe de hisopado, donde conste que el virus es NO DETECTABLE. La toma de muestra correspondiente a dicho hisopado, no podrá exceder las 72 horas previas al momento del ingreso. No obstante, la persona que necesite ingresar al Distrito, deberá informar, previamente, a las autoridades municipales; y posteriormente, cumplir con aislamiento domiciliario de catorce días”, advertían desde la página oficial de Facebook del distrito.
A excepción de las escuelas y de los clubes, que todavía permanecen cerrados, el resto de General Pinto tiene actividad “normal”. ¿El secreto? “Esto fue un 50 % de suerte y otro 50 % de trabajo de toda la comunidad. El desafío es seguir alargando esta situación”, asegura Zavatarelli.
FLORENTINO AMEGHINO
El distrito conducido por Calixto Tellechea tiene 8800 habitantes y ningún caso de coronavirus. Durante los últimos días descartó un “falso positivo” y, al igual que los otros tres municipios bonaerenses, sigue libre de COVID-19.
En charla telefónica con este medio, Tellechea explicó que, la primera semana de septiembre, el caso de un menor de edad que presentó síntomas de coronavirus puso en alerta a la ciudad. Así lo expuso el intendente en una conferencia de prensa junto al Director de Salud, Lucas Modad.
Al tratarse del primer caso del distrito, y siendo que el hisopado del niño señaló un “positivo débil”, además de rastrear y aislar a todos los contactos estrechos, se decidió hacer un segundo hisopado cuyo resultado arrojó negativo. A partir de ahí la ciudad volvió a respirar calma.
Según Calixto, la clave del éxito de Ameghino es respetar a rajatabla los protocolos de la provincia. Además de los tapabocas y la distancia social, el municipio puso especial énfasis en los controles. “Estamos convencidos de que el virus llega por traslado. Por eso, de los dos ingresos que tenemos por asfalto, solo dejamos abierto uno solo. Los accesos de caminos de tierra los bloqueamos”, apunta el intendente.
"A todos los que ingresan a Florentino Ameghino se les solicita el permiso de circulación y, a los camiones con carga, se les realiza una fumigación interior y exterior. De cualquier forma, estamos esperando al virus. Sabemos que de esto no se salva nadie”, concluye.
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