Fue jefe de la Triple A, custodio de Isabel Perón y terminó junto al más sanguinario torturador de España

Rodolfo Almirón había sido exonerado de la Policía Federal por delincuente, pero López Rega lo reincorporó para que comandara la Triple A. En 1975 huyó con El Brujo a España, donde se vinculó a grupos neofacistas, participó de El Tejerazo, fue custodio de Fraga Iribarne y colaboró con los servicios de inteligencia codo a codo con el temible “Billy El Niño”

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Rodolfo_Eduardo_Almiron
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La inminente sanción de la Ley de Memoria Democrática en España, cuyo anteproyecto fue aprobado el martes pasado por el Consejo de Ministros del gobierno, abre por primera vez la posibilidad de reconstruir, a partir de documentos secretos que serían desclasificados, el accionar de la cúpula de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) en Europa a partir de mediados de 1975 – con la salida de José López Rega del país – y en especial el periplo terrorista de su jefe operativo, el subcomisario de la Policía Federal Rodolfo Almirón, que incluyó la participación en un intento de golpe de Estado de ultraderecha en Portugal, atentados como parte de un grupo parapolicial español, su papel como custodio de confianza del franquista Manuel Fraga Iribarne, y su desempeño en los servicios de inteligencia españoles a las órdenes del torturador conocido como Billy “El Niño”, recientemente fallecido por Covid-19.

Eso es lo que espera el investigador español Lois Pérez Leira, que dedicó años de su vida a seguirle el rastro a Almirón en España, localizar dónde vivía y, finalmente, promover su extradición a la Argentina en 2007 por pedido del juez Norberto Oyarbide, que por entonces sustanciaba la causa por los crímenes de la Triple A.

-Lo que me interesa es investigar de qué manera participó Almirón en las cloacas de inteligencia el Estado español. Por eso voy a pedir que se desclasifiquen los documentos y que finalmente se revele que papel cumplió aquí, porque no se trata solamente de los crímenes que cometió en la Argentina sino también de los que cometió en España – dice Pérez Leira en diálogo con Infobae.

Policía, delincuente y asesino

José López Rega, padrino de su boda
José López Rega, padrino de su boda

A principios de 1973, el ex oficial de la Policía Federal Rodolfo Eduardo Almirón llevaba tres años desahuciado, desde que el 5 de junio de 1970 la Junta de Calificaciones de la Policía Federal lo había declarado “inepto para el servicio” y lo separó de la fuerza. Había tenido, sin embargo, más suerte que su suegro, el ex subcomisario Juan Ramón Morales, que cuando Almirón fue expulsado de la policía ya llevaba dos años detenido y procesado por robo y contrabando de automóviles.

Durante años, Almirón había esquivado con suerte la llegada del final de su carrera como policía. Por un cúmulo de complicidades internas había zafado de una investigación que a principios de la década de los ’60 lo señalaba como integrante de la banda de asaltantes que capitaneaba el famoso asaltante y asesino Miguel Alberto Prieto (a) “El Loco”.

También había esquivado la expulsión de la policía –y la cárcel- por la autoría de un asesinato. El 9 de junio de 1965, en una boite de Olivos, donde estaba acompañado por otro policía, Jorge Labia, y tres mujeres, tuvo un entredicho con el teniente de la Marina estadounidense Earl Davis. Primero fue una discusión que fue subiendo de tono y derivó en una pelea a puño limpio en la que Almirón llevó la peor parte. Caído en el piso, desenfundó su arma reglamentaria y mató al norteamericano. En esa ocasión lo salvó Labia que, convencido por el subcomisario Morales, asumió la culpa. La condena, en un juicio realizado tres años después, fue irrisoria: menos de un año de prisión y ocho años de prohibición de usar armas de fuego.

Cuando Morales fue detenido por robo y contrabando de autos, Almirón se quedó sin su paraguas protector y supo que tenía los días contados en la policía. Se sostuvo dos años más, hasta que fue exonerado.

Sin embargo, en 1973, la llegada de un viejo conocido –también ex policía- al poder cambió su suerte. El antiguo policía se llamaba José López Rega y se había convertido en el poderoso ministro de Bienestar Social del gobierno peronista. Hizo que reincorporaran a Morales y Almirón a la Federal con un objetivo tan secreto como preciso: que se transformaran en los jefes operativos de la Triple A.

Parapolicial y custodio de Isabelita

Almirón fue custorio de Isabel Perón. Aquí, con ella y Juan Perón
Almirón fue custorio de Isabel Perón. Aquí, con ella y Juan Perón

La rehabilitación de Morales y Almirón tiene una fecha precisa: el 11 de octubre de 1973, el presidente interino Raúl Lastiri firmó el decreto 1858 que los reincorporó al servicio activo en la Policía Federal y los ascendió: Almirón subió cuatro escalafones hasta llegar a ser designado subcomisario; mientras que Morales alcanzó el grado de comisario principal.

Una subida meteórica, pero menor a la que lograría su jefe, López Rega, que pasó de un día para el otro de cabo retirado a comisario general.

Para el momento en que fueron reincorporados y ascendidos, Almirón y Morales ya le habían prestado valiosos servicios a López Rega. Poco después del 25 de mayo de 1973 condujeron a la patota armada que se apoderó del Ministerio de Bienestar Social, que pronto sería también la base operativa de la Triple A, el grupo parapolicial más activo del terrorismo de Estado previo al golpe del 24 de marzo de 1976.

-Almirón fue directamente involucrado en los asesinatos del historiador, periodista y dirigente peronista Rodolfo Ortega Peña, al sacerdote Carlos Mujica, el profesor Silvio Frondizi y el ex subjefe de la policía de Buenos Aires Julio Troxler. Por supuesto, también se lo acusó de haber participado en otros centenares de asesinatos, como los de la familia Pujadas y de Santiago Almeida, hijo de la madre de Plaza de Mayo Taty Almeida, intentos de asesinatos, amenazas, torturas y secuestros – dice Lois Pérez Leira a Infobae.

La confianza de López Rega en Almirón lo llevó a introducirlo, tras la muerte de Juan Domingo Perón, en la custodia de la presidenta María Estela Martínez. De esa manera, no sólo buscaba protegerla sino también tener constante información sobre ella. Las fotos de la época muestran a Almirón siempre pegado a Isabelita.

Almiron, en el  retorno de los restos de Evita a la Argentina
Almiron, en el retorno de los restos de Evita a la Argentina

A España con “El Brujo”

En julio de 1975, la continuidad de López Rega en el gobierno de Isabel Perón se hizo insostenible. Tanto los sindicatos como las Fuerzas Armadas presionaron para desplazarlo. Para descomprimir la situación, la presidenta lo envió en una misión extraordinaria al exterior que en realidad era una fuga encubierta.

El 21 de julio, “El Brujo” llegó al aeropuerto madrileño de Barajas, acompañado por Morales, Almirón y otros tres policías integrantes de la Triple A.

-Cuando la conducción de las Tres A es expulsada de la Argentina por cuestiones internas del gobierno de Isabel, se radica en Madrid. Es decir que una estructura terrorista, su conducción, se traslada a Madrid y sigue operando en la Argentina. Todo el trabajo de inteligencia de las Tres A se lo pasan a los militares. Hay una continuidad – dice Pérez Leira a Infobae.

El investigador español pudo reconstruir los primeros movimientos de Almirón en Madrid. “Pocos meses antes de llegar a España, Almirón se había divorciado de la hija del comisario Morales y se había casado con una azafata de Aerolíneas Argentinas, hija de españoles. Almirón fija su residencia en Madrid, en el número 76 de la calle Generalísimo, y comienza a frecuentar los círculos de la extrema derecha española. Por esa época son habituales sus visitas al antiguo drugstore de Velásquez, donde sus acompañantes (todos ellos argentinos), hacían gala de llevar armas de fuego y efectuaban esporádicamente algún comentario sobre los asesinatos cometidos en la Argentina”, detalla en el dossier que preparó para impulsar su extradición.

Almirón con Lopez Rega llegando a Madrid 1975
Almirón con Lopez Rega llegando a Madrid 1975

Con la ultraderecha europea

Después del golpe del 24 de marzo de 1976, Almirón y sus compañeros dejaron de cobrar sus sueldos argentinos y tuvieron que arreglarse por su cuenta. El subcomisario se mudó a un departamento más pequeño y comenzó a buscar empleo entre sus contactos de la ultraderecha europea.

Según Pérez Leira, su primer “curro” fue en el Ejército de Liberación Nacional formado por el general Antonio de Spínola, primer presidente del Portugal de “La Revolución de los Claveles” que luego enfrentó a sus antiguos compañeros de armas por considerarlos aliados de la Unión Soviética.

Tras el fracaso del golpe intentado por de Spínola, Almirón se vinculó a varios grupos de la ultraderecha española y comenzó a colaborar con organismos de inteligencia. Su fachada era un empleo en la empresa Asesora e Ingeniería de Seguridad, Sociedad Anónima (AINSE), una misteriosa “compañía” dedicada a instalaciones de sistemas de vigilancia electrónica y seguridad.

El dossier de Pérez Leira reconstruye sus siguientes pasos: “Existen denuncias vinculan a Almirón como miembro partícipe en la preparación y estructuración de los grupos Antiterrorismo ETA (ATE), que actuaron en el País Vasco-francés durante los años ’75 y ’76. Dichos grupos, a los cuales se les imputa la ‘guerra sucia’ contra los terroristas de ETA, fueron creados por los servicios secretos españoles y se nutrieron de miembros de las ‘tramas negras’ italianas y sudamericanas. En la estructura de estos grupos, los argentinos de la Triple A (entre los que figuraba Almirón) y los italianos eran los 'maestros, mientras que los españoles, junto con grupos de la OAS y delincuentes comunes corsos, eran los responsables de materializar las operaciones”, señala allí.

En “El Tejerazo”

En 1977, la dictadura argentina le negó la renovación del pasaporte que tramitaba en la Embajada y le ofreció un salvoconducto para regresar al país y relatar todo lo visto y oído mientras fue custodio de Isabel Perón, por entonces detenida por la Junta Militar.

Sus contactos con los servicios de inteligencia españoles le sirvieron para obtener la nacionalidad, a pesar de que en su expediente de la Brigada de Extranjeros constaba que Almirón S, alias “el Pibe”, había estado vinculado a la Triple A argentina, y pertenecía la Internacional Fascista y a la agrupación de ultraderecha Fuerza Nueva.

Para entonces, Almirón ya estaba trabajando para otra empresa de seguridad, Asesoramientos, Seguridad y Protección, Sociedad Anónima (ASEPROSA).

-Según un informe interno de la Policía, utilizando medios de esta empresa Almirón Sena se dedicaba en sus horas libres a elaborar informes sobre partidos políticos legales, que iban a parar a manos de los líderes de la derecha española y un sector de la inteligencia militar del Estado Español – relata Pérez Leira a Infobae.

Investigaciones realizadas con posterioridad al intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, conocido como “El Tejerazo”, vincularon a ASEPROSA con la preparación y la realización de la intentona fracasada.

Custodio de Fraga Iribarne

Ruiz gallardon Almiron y Fraga Iribarne
Ruiz gallardon Almiron y Fraga Iribarne

Cuando se produjo “El Tejerazo”, Almirón seguía “trabajando” en la empresa de seguridad, pero también se había acercado, en 1980, al círculo más cercado al político gallego Manuel Fraga Iribarne, ex funcionario de la dictadura franquista y fundador del partido de derecha Reforma Democrática (antecedente del actual Partido Popular).

-Con Fraga Iribarne tiene una carrera meteórica –dice Pérez Leira a Infobae -. En pocos meses desplaza al resto de los guardaespaldas y se convierte en la única persona del área de seguridad que lo acompaña en determinados viajes.

La relación “oficial” de Almirón con Fraga Iribarne terminó abruptamente en 1983, cuando se lo identificó en una fotografía y se produjo un escándalo que dejó muy mal parado al político gallego por el siniestro pasado de su guardaespaldas en la Argentina.

-Hubo un escándalo mundial con ese tema. En España Cambio 16 sacó tres números con fotos de Almirón y Fraga. Uno de esos números fue secuestrado de los kioscos, pero los otros dos pudieron circular. Formalmente, Almirón renunció a su puesto en el staff de Fraga, pero lo cierto es que durante meses siguió vinculado a él, cobrando su sueldo y asesorándolo desde las sombras – recuerda Pérez Leira.

“Mi marido acaba de salir”

Lois Pérez Leira, que investigó a Almirón
Lois Pérez Leira, que investigó a Almirón

En 2005, la anulación de las leyes de “Obediencia debida” y “Punto final”, que impedían el juzgamiento de los partícipes del terrorismo de Estado en la Argentina, permitió reabrir y continuar con los procesos judiciales por los crímenes les humanidad.

En ese contexto, la causa por los secuestros y asesinatos cometidos por la Triple A antes del golpe del 24 de marzo de 1976 recobró vida y comenzó a avanzar. Entre los imputados estaba Almirón, que tenía un pedido que captura que estaba dormido desde 1984.

Para esa fecha, el ex subcomisario había desaparecido de la vida pública española y lo que Pérez Leira sabía era que cobraba una pensión y vivía en algún lugar de Andalucía. Tenía una dirección posible en la zona de Valencia y decidió buscarlo.

-Era tirarse un lance, porque no estaba seguro de esa dirección. Yo tenía un amigo que vendía telefónicamente un servicio de gas en esa zona, de modo que le di la dirección y le pedí que ubicara el teléfono correspondiente y averiguara, con la excusa del servicio, si Almirón vivía realmente ahí – relata.

El amigo llamó y lo atendió una mujer.

-Buenos día, ¿está el señor Almirón? – preguntó.

-¡Ay, mi marido acaba de salir! – fue la respuesta.

Rodolfo Almirón había sido ubicado.

La extradición

El 21 de diciembre de 2006, Lois Pérez Leira, en representación del Movimiento Argentinos en el Exterior, presentó un pedido formal de detención de Almirón ante el juez Baltazar Garzón y el Ministerio del Interior de España. Una semana después, el ex jefe operativo de la Triple A estaba entre rejas.

Dos meses más tarde, Rodolfo Almirón fue extraditado a la Argentina y alojado en el penal de Ezeiza. Sus abogados pusieron freno al proceso alegando que cuando fue detenido estaba bajo tratamiento médico para recuperar la memoria, que aparentemente había perdido por una embolia. Es decir: Almirón, según ellos, no recordaba nada.

Murió, detenido y bajo proceso, el 5 de junio de 2009 en el hospital de Ezeiza, pero la reconstrucción de sus andanzas españolas no terminó ahí.

Almirón y Billy “El Niño”

Almirón detrás de Billy El Niño
Almirón detrás de Billy El Niño

El 7 de marzo pasado murió a los 73 años en Madrid, víctima del Covid-19, Juan Antonio González Pacheco, conocido por el apodo “Billy El Niño”, el torturador más “famoso” de los servicios de inteligencia de la última etapa de la dictadura franquista.

Impune en España, en 2014 fue llamado a declarar –sin público y de espaldas a los fotógrafos y la única cámara autorizada- en la Audiencia Nacional de ese país sobre un pedido de extradición realizado por la juez argentina María Romilda Servini de Cubría, en el marco de una causa iniciada en la Argentina por víctimas de la dictadura franquista. Se negó a aceptarla y continuó tranquilamente con su vida, sin ningún proceso judicial en España.

Su rostro fue un misterio durante décadas, hasta que en 2018 se hizo público y empezó a ser difundido en los medios de comunicación. La mayor parte de su historial como represor todavía es mantenido en secreto por el Estado español.

Entre las pocas cosas que se han filtrado de su pasado se cuenta una fotografía de la segunda mitad de la década de los 70, que lo muestra junto a un hombre barbado que fue identificado inequívocamente como Rodolfo Almirón, lo que vincula una vez más al ex jefe operativo de la Triple A con los servicios de inteligencia españoles.

-El anteproyecto de Ley de Memoria Democrática abre una esperanza para que los documentos secretos de la represión franquista salgan a la luz. Si esto se logra podremos saber mucho más sobre el papel que jugó Almirón en las cloacas de la inteligencia española – se esperanza Pérez Leira.

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