Por primera vez en Argentina se presentó una línea de atención telefónica para varones violentos. Se llama “Hablemos” y está destinada a hombres que llaman por voluntad propia, aconsejados por sus novias o esposas o que son derivados desde la justicia, la policía u hospitales. En muchos casos declaran que se encuentran en una situación de emergencia.
La línea telefónica de primera escucha y derivación para varones que ejercen violencia -o que están en conflicto con la ley penal por haberla ejercido- funciona desde hace un mes en la Provincia de Buenos Aires. “No hay antecedentes de este tipo de iniciativas”, resaltó la Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires, Estela Díaz.
La Línea “Hablemos” funciona en el teléfono 221-602 4003. La atención forma parte del abordaje integral de las violencias por razones de género y cuenta con financiamiento de Spotlight, que es un programa de Naciones Unidas para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas. La escucha telefónica funciona en el marco del Servicio de Atención a la Comunidad del Colegio de Psicólogas y Psicólogos, del Distrito XI, Región Capital, de lunes a viernes, de 9 a 17 horas.
El paso que da la gestión de Estela Díaz es el avance más fuerte para pensar cómo se combate la violencia machista también desarmando el machismo de los varones que cometen las agresiones. La idea es que la escucha sea el primer paso y después hacer derivaciones territoriales. El objetivo es lograr cambios reales. Pero bajo la premisa de tolerancia cero a la violencia.
“Esta línea de primera escucha y derivación para varones se habilitó en el contexto de pandemia frente a la imposibilidad de continuar con los trabajos presenciales que se realizaban en territorios con equipos de ayuda mutua y de trabajo con varones. Nos ha dado un resultado muy interesante para continuar explorando”, destacó Lucía Portos, Subsecretaria de Políticas de Género y Diversidad Sexual del Ministerio de Mujeres bonaerense, a un mes de iniciado el proyecto.
Hasta ahora se registraron 44 llamados. En el 55% de los casos la iniciativa no es motu propio, sino por derivaciones institucionales. En general los varones que llegan a grupos para abordar la violencia no lo hacen por su decisión, sino porque fueron denunciados y les exigen que vayan a un grupo.
Sin embargo, sorprende que un 30% de los llamados hayan sido motivados en el interés personal. Mientras que un 15% fueron consultas de terceros. Los pedidos de ayuda u orientación de familiares, amigos, compañeros, vecinos y parejas sorprendió a quienes atendían los llamados. No tenían prevista el interés social por la atención a varones.
“Pensábamos en dos destinatarios: los varones derivados y los de llamada espontánea. Pero también hubo llamados de quienes reconocen que hay una persona conocida que ejerce violencia por razones de género”, señaló Ariel Sánchez, Director de Promoción de Masculinidades para la Igualdad de Género.
Dentro de los que llamaron por un interés personal el 50% declaro estar frente a una situación de emergencia, el 33,3% solicitó información o asesoramiento, mientras que un 16,7% declaró que llamaron por recomendación de su actual pareja.
Estela Díaz apuntó a que el objetivo es abordar la violencia machista de un modo integral que no mire solo una parte, sino todo el mapa del conflicto para lograr ser efectiva y evitar la continuidad de las agresiones físicas, sexuales y psicológicas. “La mirada integral incluye qué se hace con los varones que ejercen la violencia y ésta es una de las partes imprescindibles que, en otro momento, estaba difusa”, contextualiza.
“Se ponía el foco en la mujer, en la persona que está sufriendo esa situación y siempre aparecía de manera borrosa qué pasaba con los agresores. Acá estamos poniéndolo en foco, con presencia en la atención y en un avance que nos parece fundamental”, rescató la Ministra.
El 26 de julio del 2016, durante la gestión macrista del entonces Consejo Nacional de las Mujeres, se presentó el Plan de Acción para prevenir y erradicar la violencia. El compromiso era que tenía que implementarse del 2017 al 2019. Sin embargo, la mayoría de los contenidos –la implementación de tobilleras para agresores, el patrocinio jurídico integral para víctimas, la construcción de refugios- no se cumplieron.
Pero, específicamente, el Plan de Acción había dejado por escrito el compromiso de poner en marcha un Programa de Reeducación para Varones Violentos. Nunca se avanzó en ese sentido. Ahora, cuatro años después, en contexto de pandemia y de aislamiento social, la línea “Hablemos” es el avance más significativo puesto en marcha desde el Estado para intentar frenar la agresión de los varones.
Hay antecedentes significativos en hospitales, programas municipales (en Lomas de Zamora, Moreno, etc) y la gestión pionera en el Centro de la Mujer de Vicente López, en el inicio de la democracia, con el trabajo del psicólogo Mario Payarola. “Hay que tratar a los hombres golpeadores para terminar con la violencia”, advertía Payarola en una entrevista hace once años. En ese momento era coordinador del grupo para hombres que ejercían violencia dependiente del Centro de la Mujer de Vicente López
En relación a la iniciativa bonaerense Ariel Sánchez rescata: “La línea nos ofrece la posibilidad de brindar herramientas para gravitar de otros modos en las masculinidades, no ya desde el ejercicio de la violencia ni de los privilegios, sino para promover masculinidades para la igualdad de género”.
Sánchez específica: “Se busca reforzar las medidas preventivas y de protección en situaciones de alto riesgo, brindar recursos para la resolución de conflictos de manera no violenta, realizar una evolución de riesgo, propiciar algunos elementos para la reflexión y la responsabilidad en el hecho por el que fue derivado o por el que llamo a la Línea”.
Cuando hay denuncias de violencia no siempre la cárcel es una posibilidad o una solución y las medidas de restricción fallan por ser endebles y no cumplirse. Faltan herramientas que, después de la denuncia, protejan de verdad a las muejres que denuncian. ¿La atención a agresores puede ser un camino válido, entre múltiples dispositivos, para frenar el maltrato? ¿Se puede frenar la violencia sin atender e intentar frenar los comportamientos machistas de los agresores?
“Pensamos en estrategias no punitivas que acompañen a las medidas punitivas y que permitan algún tipo de reflexión, responsabilización y desplazamiento sobre las prácticas y el ejercicio de la violencia” expresa el Director de Masculinidades para la Igualdad.
Argentina es uno de los países elegidos para desarrollar el proyecto Spotlight para reducir los femicidios. La iniciativa Spotlight Argentina está financiada por la Unión Europea y, en Argentina, el apoyo al trabajo contra el machismo se realiza a través de las Naciones Unidas. Una de sus bases es trabajar con varones para fomentar cambios reales.
“No basta con pedirles a los varones que dejen de lado las prácticas machistas. Es necesario empezar a entender qué herramientas se necesitan para empezar a construir otras maneras de habitar la masculinidad que no estén ligadas a formas de violencia y humillación”, promueve la iniciativa Spotlight de Naciones Unidas.
En ese marco, Spotlight editó el libro “Varones y masculinidad(es). Herramientas pedagógicas para facilitar talleres con adolescentes y jóvenes”, escrito por Agostina Chiodi, Luciano Fabbri y Ariel Sánchez (que lleva adelante la iniciativa de la Línea “Hablemos”), junto al Instituto de Masculinidades y Cambio Social.
La representante de Spotlight Argentina, Andrea Voria señaló en la presentación de la línea telefónica bonaerense: “Entendemos que es una manera de incidir muy novedosa para acompañar la lucha contra la violencia de género”.
La coordinadora del equipo de atención del Colegio de Psicólogas y Psicólogos, María Soledad Cecere informó sobre el trabajo de atención: “Es una escucha activa, con distintas fases y donde también convocamos a distintos referentes o instituciones para el abordaje en conjunto”.
“Desde el equipo de atención notamos la buena recepción que ha tenido la línea por parte de la comunidad. Hay varones que se enteraron de este dispositivo y voluntariamente se pusieron en contacto en búsqueda de un espacio para trabajar sobre situaciones de violencia que identifican en sus relaciones vinculares con sus parejas e hijes”, describe María Soledad Cecere.
Y alienta: “Esto nos habla de una gran necesidad de profundizar el trabajo que se viene realizando con varones y la apuesta en una mirada integral en los abordajes de las violencias por razones de género incluyendo el trabajo con las masculinidades”.
En los llamados a la Línea 144 de atención a víctimas de violencia de género aparece claramente que los mayores agresores son parejas o ex parejas. En ese sentido, Díaz remarca: “Tenemos que pensar qué hacer con los agresores porque incluso cuando la mujer cortó la relación siguen poniendo en riesgo su vida.”
Por su parte, Nerina Favale, a cargo de la Dirección Provincial de Abordaje Territorial de Políticas de Género y Diversidad Sexual, relata: “La masculinidad hegemónica es un sello territorial fuerte en la provincia, en particular en el conurbano, pero que va encontrando cada vez más sectores que la problematizan”.
Entender el problema es un paso para la solución. La presencia del Estado es fundamental en una pandemia que impacta en un aumento de la violencia de género con las mujeres dentro de sus hogares y, en muchos casos, rehenes de los agresores. En ese sentido, también es importante revisar la actuación de la policía después del conflicto que protagonizó la fuerza y que convoca a nuevos desafíos.
“Una demanda frecuente durante la pandemia de parte de organizaciones y referentas comunitarias fue que las comisarías se negaban a tomar denuncias de situaciones de violencia por razones de género y dar cumplimiento a las medidas de protección”, explica Favale.
La funcionaria apunta: “La fuerza policial requiere de una transformación en materia de perspectiva de género. Es un buen punto de partida tomar las demandas del petitorio que realizaron pidiendo la democratización de las fuerzas, capacitación y reentrenamiento permanente y asistencia psicológica. Todas esas herramientas nos pueden permitir la sensibilización en cuestiones de género y poder trabajar sobre una perspectiva hacia nuevas masculinidades”.
*) Línea Hablemos: 221-602 4003 (funciona de lunes a viernes, de 9 a 17 horas)
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