“Tranquilos muchachos… Con la apurada que le pegamos en La Noria se van a calmar, los rodeamos entre 30 chabones. Ni ellos, ni a los milicos… Ninguno. ¡Cagones de mierda!”, se escucha en una grabación de los conductores de la línea ex 141, que conecta a los barrios porteños de Palermo y Flores con el conurbano bonaerense. El mensaje es una pequeña muestra del duro e insólito conflicto que alcanza a dos empresas concesionarias del transporte de pasajeros.
Hace meses, el servicio de la ex 141 entró en un parate y estado de abandono. La Secretaría de Transporte de la Nación adjudicó el recorrido a otra compañía, la UTE Nuestra Señora del Rosario, que puso en marcha la línea 145 con el identificable con el color bordó-morado. Pero el esperado retorno enfrenta serios problemas que afectan a la seguridad de los pasajeros: colectivos sin SUBE -y por lo tanto, sin condiciones para efectuar el control de pasajeros en tiempos de coronavirus-, unidades sin autorización para circular y sin los seguros vigentes.
Todo se deriva a que la antigua prestadora, Mayo Stata, resiste a abandonar la concesión. Algunos conductores se escapan de los controles de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) para evitar la retención de los vehículos. Otros, envalentados, amenazan a los inspectores por intentar hacer cumplir las normativas de tránsito.
"Cagones de mierda, nos vienen a cortar los coches a nosotros que tenemos la SUBE funcionando todo y a los otros nada, se cagaron en las patas. Tartamudeaba el pelotudo de la CNRT. ¡Hay que romperle la cabeza si sigue rompiendo las pelotas!”, fustiga el mismo operador de la línea ex 141, en uno de varios audios a los que tuvo acceso Infobae.
La insólita situación se desencadenó en los últimos días, cuando la línea 145 empezó a circular las primeras unidades a la calle, tras la resolución 40/2020 de la Secretaría de Transporte que avaló el pase de manos de la traza que une al partido bonaerense de Lomas de Zamora con el barrio porteño Palermo. La prestadora absorbió los recorridos y el personal de las líneas 141 y ex 36 con una “licencia precaria” y “provisoria”. Circula con la leyenda “Rosario Guaraní” en el lateral de las unidades, con un recorrido que involucra zonas como Villa Celina, Plaza Italia, Villa Crespo, Caballito, Flores, Villa Lugano y Villa Riachuelo.
Sin embargo, la nueva 145 coexiste con la actual 141, ambas con casi el mismo idéntico recorrido. Ambas son blanco de las actas de infracciones.
Según supo este medio de fuentes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), la antigua prestadora presentó un amparo para mantener el servicio y recurrió ante la Secretaría de Transporte para rechazar los efectos de la caducidad. Lo hizo a través de una extensa comunicación, donde advierte que la línea 145 viola las normas para la prevención de la COVID-19, incumple la dotación de 62 vehículos para circular y alertó que no todo el personal dio su conformidad para ser absorbido por la empresa.
Mientras se resuelve el litigio administrativo, la firma Mayo STATA se las ingenia para amedrentar a los agentes y eludir los controles. Esta semana, algunos conductores golpearon al personal fiscalizador y rompieron móviles.
“Muchachos, los que vienen de Plaza Italia para La Noria no pasen por Roca, desviarse por Cruz, General Paz, su ruta. Está la CNRT cortando los coches. No vayan por Roca, están ahí por debajo del puente. Le sacan la SUBE y se la dan a la línea 145, así que no vayan”, dice otro de los choferes de Mayo Stata en uno de los mensajes donde se mencionan la estrategia para sortear los controles de inspección.
Según el portal especializado revista Colectibondi, la empresa Nuestra Señora del Rosario abrió una cuenta en las redes social para emitir un comunicado sobre la controversia. "La Línea 145 aún no cuenta con equipos SUBE por la demora de los organismos que deben realizar la instalación en los buses, debido a la falta de equipos a causa de la RETENCIÓN INDEBIDA E ILEGITIMA POR PARTE DE MAYO, quien no los ha restituido a Nación Servicios”, señala en el texto difundido por la cuenta de Twitter @rosarioguarani.
De acuerdo a la postura de la firma contrincante, “muchos trabajadores de la línea 141” no acatan el pase de manos porque han sido “asesorados y conducidos por elementos perturbadores”, y que el acuerdo fue rubricado con la UTA. E intimó a la antigua prestadora que tendrá que "responder por los daños y perjuicios” que ocasiona su “rebelión a la autoridad administrativa”.
En el ministerio de Transporte de la Nación están en conocimiento de la dura pulseada. Fuentes de la cartera que conduce Mario Meoni indicaron a Infobae que la CNRT prepara una denuncia penal por los hechos de violencia y las amenazas a los conductores de la ex línea 141.
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