Juan Carlos Ovejero es un músico callejero no vidente que se gana la vida desde hace 24 años trabajando en la ciudad de Salta. No tiene un lugar fijo para tocar su acordeón. A veces elige los bancos de la peatonal La Florida, otras la avenida San Martín y en algunas ocasiones las inmediaciones de la Catedral. Pero siempre sigue su rutina a rajatabla. Se levanta temprano y parte del hogar donde vive con rumbo incierto pero con un objetivo preciso: juntar unos pesitos en su limosnero y hacerse el día.
Pero el pasado 20 de agosto, cuando estaba en la parada de la calle Lerma 1400, todo fue diferente y un pequeño descuido terminó con el robo de su instrumento musical y principal fuente de ingresos. Mientras esperaba el colectivo que esa mañana lo llevaría hasta la peatonal, se dio cuenta que se había olvidado la alcancía y decidió volver a buscarla. Ya de regreso y cuando estaba solo en la parada, frenó un auto, un delincuente se bajó de su interior, le manoteó el acordeón y se dio a la fuga.
“No tienen sentimiento, no se merecen ser llamadas personas”, se lamentó Juan Carlos al ser asistido por un grupo de vecinos. Inmediatamente, en solidaridad a lo ocurrido, organizaron una cruzada en las redes donde alertaron sobre el hecho delictivo y pidieron que si lo veían a la venta en alguna página web o comercio lo denunciaran de inmediato.
“Esta persona como tantas otras recurre al arte como sustento de vida y sin su instrumento no puede generar ningún tipo de ingreso, por eso les pido que si saben algo, lo ven ofrecido en alguna página, etc. se comuniquen por mensaje privado aquí o al Instragram de @matias_maiztegui. Si puede compartir en historia también sirve”, decía el posteo que el joven había subido a su cuenta de Facebook San Martín Aveniu.
Matías Maiztegui es un fotoperiodista salteño que ya lo había retratado en varias oportunidades y fue el que se puso la causa al hombro para tratar de que esa triste historia terminara con un final feliz. Tiene un proyecto fotográfico llamado San Martín Aveniu, donde muestra a la ciudad de Salta desde lo cotidiano y limita su mirada a la Avenida San Martín que es una de las más populares de la ciudad y donde se encuentran los artistas callejeros.
“Me enteré lo del robo por el posteo de Facebook que hizo un policía amigo, donde publicó una foto de Juan Carlos y las características de su acordeón piano rojo para tratar de encontrarlo. Como yo lo había fotografiado dos semanas antes del hecho, lo busqué en el archivo, compartí la foto en mis redes y rápidamente se viralizó porque Juan Carlos es uno de los personajes más reconocidos de la peatonal”, contó a Infobae Matías Maiztegui.
Mientras tanto, el músico la seguía pelando frente a la adversidad y ya sin su acordeón decidió salir a tocar con su guitarra. Dos semanas después, otro fotoperiodista lo encontró en el centro, rodeado de palomas y con gente que pasaba sin prestarle mucha atención y lo retrató en blanco y negro haciendo lo que más disfruta. Juan Carlos estaba sentado en los escalones de la entrada de un edificio pendiente de las limosnas sin darse por vencido.
“Después del robo de su acordeón, pensaba no verlo más. 17 días después daba serenata a unas palomas, mientras todos pasaban de largo rumbo a la Catedral. Estaba sentado sobre la calle España, ignorado, olvidado, pero él seguía tocando su guitarra. Juan Carlos solo esperaba unos pesos de limosna para comer porque, a su modo, la música es su forma de vida”, relató en su Instagram Javier Corbalán.
La intención de Maiztegui era evitar que los delincuentes pudieran revender el acordeón y tratar de recuperarlo. Pero la gente empezó a contactarlo para hacer donaciones y que el músico pudiera tener un nuevo instrumento. Sin embargo, más allá de las buenas intenciones no iba a ser una tarea sencilla ya que el acordeón es uno de los instrumentos más caros y su valor oscila entre 80 y 120 mil pesos.
“El viernes 11 por la mañana me llamaron dos diputados provinciales para avisarme que junto a un empresario, que puso el grueso del dinero, habían comprado un acordeón con lo recaudado y querían ubicar a Juan Carlos para entregárselo”, señaló el joven sobre el acto solidario que fue posible gracias a la ayuda de Nacho Jarsun, Omar Exeni y un hombre de perfil bajo que no quiso que trascendiera su nombre.
Lo primero que hicieron fue tratar de ubicar a Juan Carlos en sus lugares habituales, pero con las nuevas restricciones de la pandemia por el avance de los casos de coronavirus en Salta y con la suspensión de las actividades eclesiásticas fue imposible. Entonces, se fueron directamente hasta la Asociación de Ciegos Adultos “Habib Yazlle” para darle la sorpresa.
“Tengo un amigo que es el que más puso porque con el dinero que habíamos recaudado en tres semana no alcanzaba para comprarlo. No sabíamos que era un instrumento tan caro. Este que compramos salió un poco más de $100 mil y es un acordeón intermedio. Pero reúne todas las condiciones que él necesitaba y más teniendo en cuenta que el que le habían robado estaba bastante deteriorado”, relató a Infobae el diputado provincial Nacho Jarsun, uno de los que aportó su granito de arena para devolverle la alegría al músico.
“Juan Carlos estaba muy emocionado y agradecido cuando recibió el regalo . Pero como es de pocas palabras no preguntó demasiado. Lo tocaba, lo besaba. No lo podía creer. Y tuvo un lindo gesto de tocarnos una canción en agradecimiento”, recordó Maiztegui luego de retratar con su cámara fotográfica ese momento para luego compartirlo con la gente que colaboró para que su compra fuera posible.
Lo que hay que rescatar de esta historia es que Juan Carlos jamás bajó sus brazos y con una sonrisa eterna les enseñó a todos que nunca pero nunca hay que rendirse.
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