Si bien la historia de las naciones puede sintetizarse como una ininterrumpida serie de conflictos y armonías, la nuestra se destaca más por los desencuentros, que tratamos de evitar y superar pero que con innato fatalismo volvemos a repetir. ¿Por qué hago esta reflexión? Porque hace 65 años, el 16 de septiembre de 1955, un sector de las Fuerzas Armadas derrocaba al gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón. No es nuestra intención entrar en el debate de las circunstancias que motivaron estos acontecimientos históricos, ya que sería introducirnos nuevamente a una controversia de la que todavía hoy algunos de nosotros tenemos recuerdos y vivencias que pueden invalidar o poner en cuestionamiento nuestro relato.
Dicho esto, entendemos que es necesario tratar de aportar o rescatar documentación que permita que quienes escriben la historia tengan acceso a elementos que den luz a sus investigaciones y análisis. Hoy vamos a publicar un documento poco citado y solo en forma parcial del que solo se firmaron dos ejemplares: uno que quedó en manos del general Perón y cuyo destino se ignora, y otro, que se hundió en lo más profundo de las heladas aguas del Atlántico Sur, ya que se encontraba en la cámara del capitán del Crucero A.R.A. “General Belgrano” al momento en que la nave fue atacado por el submarino nuclear inglés HMS “Conqueror” un 2 de mayo de 1982 a las 16:02.
Trataremos de historiar sintéticamente a qué documento estamos haciendo referencia.
El gobierno del general Perón en su segunda presidencia venía sufriendo un profundo deterioro en todos los órdenes. La situación económica comenzaba a padecer las consecuencias de equivocadas políticas que obligan a Perón a abjurar de su tercera posición para firmar el 6 de mayo de 1955 un contrato humillante con la Compañía California Argentina de Petróleo S.A del Estado de Delaware Estados Unidos de América, a quien ceden los derechos exclusivos de explotación de petróleo y gas por 40 años sobre una superficie de 49.800 kilómetros cuadrados en la Patagonia Sur. Paralelamente enfrenta a la Iglesia Católica, que había sido un pilar de su política. Ya a comienzos de 1954 comienzan a deteriorarse las relaciones con la Iglesia, pero con la sanción el 22 de diciembre de 1954 de la ley Nº 14.394, que en su artículo 31 introduce el divorcio vincular, esto se convierte en motivo de distanciamiento y ruptura, que concluye con la quema de los templos en Buenos Aires en la fatídica noche del 16 de junio de 1955.
Sin embargo, este deterioro venía tomando cuerpo desde mucho antes con la expropiación del diario La Prensa el 12 de abril de 1951, el fallido golpe encabezado por el general Benjamín Menéndez el 28 de septiembre de 1951, el ataque terrorista del 15 de abril de 1953 en la Plaza de Mayo en un acto organizado por la CGT en el que hablaba el presidente Perón y que dejó muertos y heridos. Este hecho tiene como respuesta esa misma noche los incendios del Jockey Club, la Casa del Pueblo sede del Partido Socialista, la Casa Radical y la sede del Partido Demócrata.
El derrumbe gubernamental comienza a materializarse con la fallida revolución del 16 de junio de 1955, con el desatinado y trágico bombardeo a la Casa de Gobierno que dejó centenares de muertos y heridos en la Plaza de Mayo. A eso sigue la quema de las Iglesias antes mencionada. El fin se concreta con la Revolución Libertadora del 16 de septiembre, cuando se sublevan diferentes guarniciones del Ejército en Córdoba, Mendoza y Corrientes, de Fuerza Aérea en San Luis y Córdoba y la totalidad de la Marina, que desde Puerto Belgrano zarpa la Flota de Mar hacia Buenos Aires, y a su paso por el Puerto de Mar del Plata bombardea las destilerías de petróleo de YPF, las destruyen y amenazan con hacer lo mismo con la Destilería La Plata de Dock Sud. Esto motiva que el presidente Perón designe una Junta Militar para que acuerde el fin de las hostilidades y del conflicto.
El 20 de septiembre la Flota de Mar se encuentra en aguas del Río de la Plata frente al puerto de Buenos Aires. Ese día ambos bandos enfrentados concretan la reunión que se realiza a bordo del Crucero A.R.A “17 de Octubre” Nave Insignia: se encontraban el contralmirante Isaac F. Rojas y el general Juan J. Uranga por el Comando Revolucionario y los cuatro integrantes de la Junta, los generales designados por Perón, Emilio Forcher, Ángel Manni, Oscar Sacheri y José Sampayo. Acuerdan las condiciones para dar por terminado el conflicto, que se efectiviza luego con la renuncia del general Perón a la presidencia de la república, su refugio en la cañonera paraguaya “Paraguay” amarrada en Puerto Nuevo y su posterior viaje y exilio en Asunción. Simultáneamente asumían el gobierno provisional el general de División Eduardo Lonardi como presidente de la Nación y el contralmirante Isaac F. Rojas como vicepresidente. Este documento es el que pasamos luego a transcribir.
Antes deseamos explicitar que el Crucero A.R.A “17 de Octubre” era una nave que el gobierno argentino había comprado a los Estados Unidos el 12 de abril 1951, que llevaba por nombre USS “Phoenix” en homenaje a la capital de Arizona. Tuvo su bautismo de fuego el 7 de diciembre de 1941 durante el ataque japonés a la base de Pearl Harbor en el Pacífico, motivo por el cual EEUU entra en la Segunda Guerra Mundial. Caído Perón, el gobierno de la Revolución Libertadora lo vuelve a rebautizar el 22 de septiembre de 1955 como Crucero A.R.A. “General Belgrano”, el que termina su carrera en forma gloriosa pero trágicamente el 2 de mayo de 1982 durante la Guerra de las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur.
Ahora sí, el documento:
“ACTA Nro. 1 DE LA MARINA DE GUERRA EN OPERACIONES”
A bordo del Crucero A.R.A. “17 DE OCTUBRE” Nave Insignia de la Marina de Guerra Argentina en Operaciones, a los veinte días del mes de septiembre y año de mil novecientos cincuenta y cinco y una vez cambiadas las plenipotencias correspondientes entre los señores representantes del Comando Revolucionario de las Fuerzas Armadas a saber: Contraalmirante D. ISAAC F. ROJAS, General de Brigada D. JUAN JOSE URANGA, por una parte, y los señores representantes de la Junta Militar General de Ejército D. EMILIO FORCHER, General de División D. ANGEL J. MANNI, General de División D. JOSE C. SAMPAYO y General de Brigada D. OSCAR R. SACHERI, por la otra, son presentadas a estos últimos señores las siguientes condiciones del señor Jefe de la Revolución.
1°.) Renuncia del Presidente de la Republica - Vice Presidente y todos los miembros de su gabinete.-
2°.) El Jefe de la Revolución señor General de División D. EDUARDO A. LONARDI asumirá el Gobierno Provisional de la Nación, el día jueves 22 de Septiembre, a las 12 horas. A tal efecto, arribará por vía aérea al Aeropuerto de la ciudad de Buenos Aires, a las 11.00 horas donde será recibido por el Delegado de la Junta Militar.-
3°.) Inmediata difusión, por todos los medios disponibles, de la aceptación de lo expuesto en 1 y 2.-
4°.) Se ordene de inmediato el retorno a sus guarniciones de paz, a todas las unidades leales que se hayan alejado de las mismas, con la excepción de aquellas con asiento en la ciudad de Buenos Aires, las cuales deberán evacuar la Capital Federal, a más tardar para las 12 horas del día 22 de Septiembre.-
5°.) Se ordene de inmediato a los aviones leales, su presentación a la Base Aeronaval de Comandante Espora, donde quedarán a órdenes del Gobierno Revolucionario.-
Estos puntos son llevados por los señores Delegados al seno de la Junta Militar a efectos de su resolución definitiva.-
Esta resolución deberá ser comunicada al Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias a bordo del Crucero A.R.A. “17 DE OCTUBRE” antes de las doce horas del día veintiuno de septiembre.-
Si al término de este plazo no se ha recibido comunicación sobre la resolución de la Junta Militar, o esta es negativa, ambas partes quedan en libertad de acción para continuar las operaciones.
Los señores Delegados de la Junta Militar presentan a su vez las siguientes bases a tener en cuenta como prepósito de gobierno:
En las soluciones a establecer primará el concepto de que entre los bandos no hay, ni debe haber, vencedores ni vencidos.
El propósito primordial es el de obtener la pacificación de los espíritus, la solidaridad entre las tres fuerzas armadas y la unión de todos los argentinos.
El imperio de la Constitución en vigor dentro del concepto de la más amplia libertad y del orden.-
El Gobierno militar será un gobierno de transición para alcanzar la normalidad dentro del menor tiempo posible para llamar a elecciones generales.-
La renovación total de las autoridades se hará en base a la Ley Nacional Saenz Peña de Elecciones en vigor hasta 1946, tanto las autoridades nacionales como para instaurar los gobiernos de provincia.
Las elecciones se harán en base a nuevos padrones electorales controlados por la autoridad militar y los representantes de los partidos políticos.-
El acto electoral y el escrutinio se hará bajo el contralor y vigilancia de las autoridades militares y los fiscales de todos los partidos intervinientes en la elección.-
El gobierno será ejercido por una Junta Militar que actuarán como Consejo de Administración, integrado por un representante de cada una de las fuerzas armadas por cada una de las partes, en absoluto pie de igualdad.-
La actividad gubernamental será primordialmente administrativa, dejando para el futuro gobierno constitucional los problemas fundamentales.-
Se mantendrán incólumes todas las conquistas obreras y sociales, dentro de una disciplina de trabajo que incremente la producción.-
Los procesos de revisión y las denuncias contra funcionarios o ex -funcionarios, se tramitarán por la vía judicial, con la amplitud y las seguridades procesales que tal procedimiento comporta.-
Se acordará una amplia amnistía por todos los delitos políticos cometidos por civiles y militares.-
Las pensiones de retiro y de familiares que por ley correspondan serán reintegrados.-
Se dejará sin efecto la ley que convoca a elecciones de convencionales para la modificación de la Constitución Nacional.-
Se declarará la caducidad de los poderes Ejecutivo y Legislativo en el orden nacional y en cada una de las provincias.-
Se decretará la intervención nacional de todas las provincias.-
El Poder Judicial de la Nación y el de las provincias será intervenido y reorganizado, a fin de asegurar la honesta y correcta administración judicial en todos los fueros, como la más importante de las garantías que debe amparar a la ciudadanía.-
Que en cuanto atañe a la acción de gobierno que ha de presidir el señor General LONARDI y cuyo detalle dará a conocer oportunamente el referido General al hacerse cargo del gobierno, los señores Delegados no pueden contraer compromiso alguno con lo que terminó el acto firmándose dos ejemplares de un mismo tener.-
JUAN JOSE URANGA ISAAC F. ROJAS
General de Brigada Contraalmirante
ANGEL J. MANNI EMILIO FORCHER
General de División General de Ejercito
OSCAR R. SACHERI JOSE C. SAMPAYO
General de Brigada General de División
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