La azarosa vida de Fritz Mandl: negocios en la Argentina, acusaciones de nazismo y un matrimonio con una belleza de Hollywood

Fue un empresario austríaco que huyó de Alemania por tener sangre judía. Afincado en nuestro país, lo acusaron de actividades pro nazis por su cercanía con el embajador teutón. Durante la época del primer peronismo montó empresas con Alfredo Fortabat y Alberto Dodero. Su vida personal fue agitada: tuvo cinco esposas

El empresario austríaco Fritz Mandl

Durante 1938, la tempestad que comenzaba a generar Adolfo Hitler en Europa, en la Argentina aumentó la velocidad de los vientos pampeanos. En ese año, la Alemania nazi anexaba Austria y tras la Conferencia de Munich se quedaba con los “sudetes”, una parte de Checoslovaquia. En la Argentina, mientras tanto, en febrero asumía la Presidencia de la Nación el abogado Roberto Marcelino Ortiz, con la intención de sanear la política. En otras palabras, terminar con el “fraude patriótico” conservador. En mayo de 1938, preocupado por la injerencia alemana en importantes estratos del país, el diputado socialista Enrique Dickman, propuso la creación de una comisión investigadora de actividades ilícitas de organizaciones extranjeras “económicas, políticas y culturales” radicadas en la Argentina. Tiempo más tarde, los diputados radicales Raúl Damonte Taborda, Eduardo Araujo, Manuel Pinto y Leónidas Anastasi fueron más explícitos cuando propusieron que se formara una comisión que detallara “las actividades desarrolladas en el país por organismos o asociaciones de ideología nacionalsocialista, extraños al régimen institucional y atentatorias de la soberanía argentina.”

Una reunión de nazis en la Argentina

Como se enseña en la monumental “Historia de las Relaciones Exteriores de Argentina” de Carlos Escudé y Andrés Cisneros, ante la inicial inoperancia de la comisión, en 1941 los diputados Damonte Taborda, Juan A. Solari, Adolfo Lanús, Fernando Prat, Silvano Santander, José Aguirre Cámara y Guillermo O´Reilly integraron otra comisión que denominaron “Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas”. Predominaba en su integración un clima aliadófilo, contrario a la posición neutralista de Ortiz y de su sucesor Ramón Castillo. El equipo de diputados presentó varios informes. Uno sobre inversiones alemanas en la Argentina; la actividad cultural y de propaganda del nazismo; el irregular uso de fondos de la embajada alemana “destinada a debilitar la fe en las instituciones democráticas”, también sobre el origen del dinero; la infiltración alemana dentro de las filas de las FF.AA.; las irregularidades sobre la internación de los marinos del acorazado Graf Spee; las actividades de los empresarios y empresas alemanas y el papel de las escuelas de la colectividad germana en la sociedad argentina.

Los trabajos de investigación generaron un fabuloso archivo de declaraciones e interrogatorios a personas relacionadas con el proceso en curso. También recibieron denuncias anónimas de todo tipo y recortes de diarios. Dentro del Ejército muchos nombres de oficiales salieron a la luz, la mayoría tendrían un papel destacado en la revolución del 4 de junio de 1943. Otros integrarían las conspiraciones contra Juan Domingo Perón en 1951 y 1955. Como suele ocurrir, en tiempos convulsionados, anónimamente, en la mayoría de los casos se presentaba cualquier denuncia: “Otra de las casas de comercio que pertenecen a la Gestapo es la Casa Muñoz, cuyos dueños, uno es la autoridad máxima de la Falange española, y el otro no hace mucho hizo una donación de 500.000 pesos al dictador Franco. Los cortadores de dicha casa, lo mismo que los de la Sastrería Militar, sondean a los militares que por desgracia e ingenuamente caen en sus garras”.

Llamado de atención a los militares para que denuncien

Con fecha 11 de junio de 1941, un suboficial del Regimiento 6 de Artillería de Campo de Mayo relata que un grupo de oficiales, entre los que nombra al teniente coronel Franklin Lucero, jefe del Regimiento 4° (más tarde Ministro de Guerra de Perón), el teniente coronel Eduardo Lonardi, jefe de la Agrupación Artillería (más tarde jefe de la Revolución Libertadora), Aristóbulo Mittelbach, jefe del C.10 (de destacada actuación en el golpe de 1943), realizaron una reunión en la que “se escucharon fuertes expresiones contra nuestro sistema democrático de gobierno y contra las autoridades constituidas, especialmente contra nuestro Ministro de Guerra.” En la reunión se trató el establecimiento de una dictadura. Otro de los denunciados fue el jefe de la 4ª División, general Carlos Von der Becke porque “es descendiente directo de alemanes y a su vez es concuñado del general retirado Juan Bautista Molina… conocido por “sus tendencias germanófilas”, firmo Alfredo Martínez. Otro anónimo denunciaba “al general Basilio Pertiné (presidente del Círculo Militar) como uno de los militares mas adicto a Alemania. Sus vinculaciones con Berlín son muy grandes y muy antiguas”.

Invitación a concurrir al Círculo Militar

Otro anónimo fue dirigido contra el teniente coronel Oscar R. Silva “héroe uriburista del ’30, en el despacho de su casa en la calle Villanueva en lugar preferente ha colocado los retratos de Mussolini, Hitler, Hindemburg, ninguno de San Martín, ni Belgrano. Un desafío a la argentinidad…de alguien que usa el uniforme honroso de militar argentino.” Años más tarde, el general Silva –que había sido edecán de José Félix Uriburu en 1930-- será director del Colegio Militar en 1945 y embajador en España en 1952.

Como apuntan Escudé y Cisneros, la embajada alemana protestó por “el proceder” de la comisión. Incluso el embajador nazi en la Argentina, Edmund Von Thermann, se entrevistó con el presidente Ramón Castillo y acusó a los diputados de mantener una conducta “antialemana”, mientras crecía una campaña anti norteamericana por ser instigadoras de las investigaciones. Para oscurecer más los trabajos, los diputados viajaron a Washington y anunciaron que recibirían el asesoramiento del Comité Investigador de Actividades Antinacionales del Congreso de los EE.UU. A la par de estas actividades los diputados mantuvieron varios roces con el gobierno de Castillo por falta de colaboración.

Embajador alemán Edmund von Thurman

Después del ataque japonés a la base de Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, se le solicitó a Von Thermann que abandone el país y semanas más tarde Erich Otto Meynem quedó como Encargado de Negocios.

La comisión también investigó las actividades de los bancos, las empresas y las inversiones alemanas en la Argentina y, como era de esperar, también las actividades de sus empresarios. Entre todos se destacaba Friedrich “Fritz” Mandl, sobre el que, con el paso del tiempo, se desenvolvió una suerte de argumento hollywoodense. El personaje daba para algunas escenas pero otras fueron absolutamente falsas.

En 1966 conocí a Friedrich Mandl por una razón muy simple, explicable. Estaba pasando una temporada veraniega en la residencia “El Crisol” de la familia de mi amigo Carlos Achával en La Cumbre. Un día fue invitado a almorzar al castillo que aún se alza sobre el pueblo cordobés y ahí fuimos a parar. La residencia lucía impecable y, luego de llegar y saludar a los presentes, al poco rato se presento el dueño de casa. Elegante como pocos, lucía un pantalón color marfil y el resto le hacía juego. Se notaba a simple vista que le gustaba solearse. Sabía algo sobre su persona pero en aquél entonces solo tenía 18 años. Luego, con el paso de las décadas, volví varias veces al mismo castillo que estaba en manos de otra gente. Otro tiempo, un país distinto, otra calidad de invitados.

El 9 de septiembre de 1941, a las 11.45 de la mañana, el diputado Alejandro Gancedo, creyó que estaba en condiciones de reseñar la historia de Friedrich “Fritz” Mandl y relató que “en 1937 llegaba de Europa un personaje extraño. Exhibía para incorporarse al país una credencial de Cónsul del Paraguay en la Costa Azul” y “semanas más tarde constituía la Sociedad Anónima Safina con propósitos comercial y financieros” y como presidente “se colocó” a Pedro Ledesma. “La sociedad giraba con un capital de dos millones de pesos”, una suma no modesta para la época.

Uno de los mensajes que recibía la comisión de Diputados con acusaciones a militares por simpatizar con el régimen nazi

En realidad, Mandl, nacido en Viena en 1900, fue presidente de la fábrica familiar de armas Hirtenberg Patronenfabrik y en calidad de tal le vendía a Egipto, España Bolivia, la Argentina y otros países. Al llegar los nazis al poder también les vendió armas hasta que en 1938, tras el “anchluss” de Austria, Mandl huyó por tener sangre judía y relaciones complicadas con el Mariscal Hermann Göring, responsable del plan de reactivación económica y preparación de los planes militares de Hitler. Todos sus bienes fueron confiscados y la Gestapo lo acusó de “alta traición”.

Tras la compra de algunos arrozales en Entre Ríos y Misiones, Gancedo cuenta que el empresario austríaco Constituyó la Sociedad Anónima Hullera Cooke para la explotación de carbón. Luego formó una sociedad agropecuaria con el señor (Alfredo) Fortabat (años más tarde esposo de Amalia Lacroze), en la cual Fritz Mandl colocó 300.000 pesos y Fortabat la tierra y la estancia de Olavarría.”

“Previamente –sigue relatando Gancedo—constituyó la fábrica de bicicletas “Cometa” que fue hecha con el propósito de transformarla en fábricas de armas cortas a cuyo frente se encuentran dos ciudadanos españoles… El año pasado, Fritz realizó un viaje a Paraguay, acompañado por Alfredo Fortabat y otras personas con el fin de obtener la carta de ciudadanía, con el objeto de no ser molestado en ningún país americano. Como máscara llevaba el propósito de fundar una fábrica de portland en ese país. El general Estigarribia, en vista de los antecedentes que tenía sobre las calidades personales de Fritz Mandl, lo expulsó de su patria y ocho días después el general Estigarribia por “desperfectos” en el avión en que viajaba fallecía víctima de un accidente.” Estigarribia era el presidente del Paraguay y era considerado un héroe de la guerra contra Bolivia y morirá en un accidente de aviación junto con su esposa, el 7 de septiembre de 1940. Gancedo olvida que entre los “antecedentes personales” de Mandl se encontraba el haber vendido armas a Bolivia durante la guerra del Chaco.

Luego relata que Alfredo Fortabat fue uno de los argentinos que le abrió las puertas al mundo social y empresario. Más adelante, muy suelto de cuerpo, Gancedo agrega: “se dice que Fritz Mandl posee una cuantiosa fortuna calculada más o menos en 160 millones de pesos y que fue rechazada su solicitud de socio en el Jockey Club en dos oportunidades. Dice ser un hombre muy vinculado a personajes de Austria y afirma estar disgustado con los nazis. Sin embargo, tiene un estrecho contacto con el embajador alemán Von Thermann y otros adláteres.”

Von Thermann diría otra cosa: tras la derrota alemana, entre los días 6 y 7 de junio de 1945, al ser interrogado por Francis A. Mahony de la Inteligencia militar americana, se le preguntó:

M ¿Qué relaciones tenía con Fritz Mandl?

VT: Ninguna. Para nada.

M: Lo conocía, ¿no es así?

VT; Personalmente, no.

M: ¿Lo ha conocido alguna vez?

VT: Nunca lo conocí.

M: ¿Nunca lo has visto?

VT: Lo he visto una vez en el Jockey Club. Lo vi en una mesa y una persona me dijo que era Fritz Mandl, pero que no le importaba conocerme.

M ¿Tenía alguien que sirviera de intermediario?

VT: No, porque había sido detenido en Austria.

M: ¿No tuvo Mandl algunas negociaciones con el Hermann Göring alrededor de 1940?

VT: No sé exactamente como han sido sus relaciones porque al fin le dieron permiso para salir de Austria, para ir a la Argentina con mucho de dinero, por lo que debe haber hecho un arreglo, de lo contrario él no habría obtenido este permiso.

Más adelante, Gancedo relató que “pocos días antes de embarcarse a los Estados Unidos, en su último viaje, celebró una reunión en el domicilio de Alfredo Fortabat. A dicha reunión concurrieron Manuel Alvarado, Luis Colombo y otras personalidades. Luis Colombo me manifestó con gran sorpresa que Mandl mostró unos documentos que eran una presentación al Ministerio de Guerra ofreciendo construcciones de fábricas de armas.” Alvarado fue Ministro de Obras Públicas de los presidentes Justo y Ortiz y Luis Colombo fue durante años presidente de la Unión Industrial Argentina. El general (Juan Nerón) Tonazzi rechazó esos planes por “ridículos”

Seguidamente relató el interés de Mandl de comprar minas de varanio ( un mineral muy exclusivo para la época) de Córdoba pero que el gobernador Amadeo Sabattini se opuso.

La actriz Hedy Lamarr con Fritz Handl. Ella lo conoció en Austria. Cuando hizo un desnudo en una película la crisis llegó al matrimonio y ella huyó a los Estados Unidos, donde fue estrella de Hollywood

En ese mismo tiempo, a través de su relación con el empresario Alberto Dodero, va a comprar un barco de transporte de cereales. Durante un viaje a Bélgica el barco va a ser incautado por los alemanes y hundido. Lo cierto, es que con el avance del relato en medio de tantos “decires” aparecen apellidos de empresarios alemanes, de operaciones no comprobadas y ausencia de datos concretos. A las 12,45, la Comisión dejó constancia que Gancedo se retiró. Comenzaba otra historia.

Toda esta enorme cantidad de interrogatorios, informaciones, pareceres y otros datos de extranjeros, tras la caída de Berlín en 1945, pasaron a engrosar el Libro Blanco que el gobierno de la Casa Blanca lanzó contra el candidato Juan Domingo Perón en la campaña presidencial de 1946.

Raúl Damonte Taborda, el presidente de la comisión de legisladores, luego del acceso de Perón a la Casa Rosada pasó a la oposición que lo llevó al exilio. Después de 1955 escribió “Ayer fue San Perón” hasta que viajó a Madrid, se entrevisto con el mandatario exiliado y, en febrero de 1961, fue su candidato a senador nacional pero lo derrotó el socialista Alfredo Palacios.

Durante la primera presidencia de Perón, Mandl hijo aseguró que su padre solo vio al Presidente en una oportunidad pero que lo asesoró en materia de armamentos. A la que sí vio en varias oportunidades fue a Eva Perón porque la amistad con Alberto Dodero los unía. Preguntar si ayudo económicamente a la candidatura de Perón suena a redundante, porque los empresarios ayudan a los que más posibilidades tienen.

Fritz Mandl y Hedy Lamarr. Ella fue una de sus cinco esposas.

En 1955, el gobierno de Austria le devolvió la fábrica de armas, una vez que los rusos abandonaron el país. En los setenta, frente a la ola de atentados y secuestros del terrorismo, el empresario abandonó la Argentina y se estableció en Viena donde murió en 1977.

Hemos dicho que tuvo una envidiable vida “hollywoodense”. Al mismo tiempo de su pasión por los negocios, tuvo una accidentada vida amorosa con cinco mujeres. La primera fue con Helene Hella de Strauss y duró pocas semanas. Él le llevaba 11 años. En agosto de 1933 se casó con la deslumbrante actriz Hedwig “Hedy” Kiesler, más conocida en Hollywood como Hedy Lamarr de 18 años. El matrimonio no duraría porque ella hizo un desnudo en la película “Ectasy” que escandalizaría al esposo y al planeta. Según escribió ella en sus memorias, Mandl era muy posesivo y se escapó disfrazada de mucama a París y obtuvo su divorcio. Más tarde la actriz no eligió mal porque en Hollywood se caso con el poderoso productor Louis B. Mayer.

La tercera esposa fue Herta Wrany y se divorciaron en 1951 con acusaciones de golpes e infidelidades (se acusaba a Mandl de salir con su secretaria). Gloria Vinelli fue su cuarta esposa con quien tuvo su primogénito Alejandro. Gracias a ella Mandel pudo comprar el castillo de La Cumbre y convertirlo en un lugar vivible, de refinado buen gusto, con muebles de la Casa Comte.

Su último casamiento fue con su secretaria Monika Brücklmeier, cuyo padre Eduardo Robert era un diplomático antinazi fusilado el 20 de octubre de 1944 por haber intervenido en el atentado contra Hitler del 20 de julio de ese año.

Para finalizar, digo que también conocí el gran domicilio particular de Fritz Mandl de la avenida del Libertador, en Buenos Aires, por la simple razón que en 1989 su hija Pupe se lo prestó a Julio Mera Figueroa, que acababa de ser nombrado Ministro del Interior.

Seguí leyendo: