Con música electrónica, haciendo palmas y pedaleando desde sus bicicletas fijas, como si estuvieran tomando una clase de spinning al aire libre, dueños de gimnasios y alumnos, se manifestaron esta tarde sobre la Avenida Maipú, frente a la Quinta Olivos. A la performance sumaron banderas y carteles. “Necesitamos trabajar en esta nueva normalidad. Estamos en crisis terminal. Los gimnasios son seguros”, podía leerse.
Con barbijos y manteniendo la distancia social, pidieron una reunión con Alberto Fernández y su equipo de asesores para que los gimnasios puedan volver a abrir sus puertas después de seis meses. “Un gimnasio no es un problema ni es el enemigo. Es la solución. De hecho debe haber sido el primer rubro en ser habilitado. Porque genera un sistema inmunológico mucho más fuerte”, sostuvo Fernando Storchi, presidente de la Cámara de Gimnasios Argentinos (CGA).
“Le queremos pedir a nuestro presidente que nos escuche, que nos de una solución, que nos de una respuesta, que se siente a dialogar con nosotros, que nos ponga su grupo de científicos enfrente y que nos diga por qué los gimnasios no podemos trabajar. Tenemos el derecho a trabajar y a darle sustento a nuestras familias, a nuestra economía. No encontramos una sola razón para que los gimnasios estén imposibilitados de realizar sus actividades”, agregó Storchi.
Solo en la ciudad de Buenos Aires, los gimnasios son más de 1352 y emplean 17.000 personas. A nivel nacional hay unos 7.000. Tras la habilitación por parte de las autoridades porteñas de bares y restaurantes al aire libre, los representantes del sector de gimnasios se reunieron en la última semana con funcionarios del gobierno de la Ciudad y del Ministerio de Salud para analizar los detalles del protocolo y fijar una fecha de reapertura, inicialmente al aire libre -como prevé el plan de puesta en marcha en la fase 4- y luego dentro de los propios locales.
Si bien trascendió en los últimos días que la fecha de reapertura parcial sería el lunes 14 de septiembre, e incluso algunos gimnasios notificaron a sus clientes, lo cierto es que fuentes del Gobierno porteño afirmaron a Infobae que la autorización está supeditada a la evolución de la curva de contagios de COVID-19.
En el Gobierno porteño impulsan actividades en el espacio público y plantean que los gimnasios muden allí sus actividades como un primer paso.
Actualmente la Ciudad atraviesa la etapa 3 del plan de puesta en marcha. Mientras que en la etapa 4 se abrirían lo que denominan gimnasios al aire libre, algo que podría suceder en las próximas semanas dependiendo de la evolución de la curva de contagios. “Las clases al aire libre son un paliativo. Es mínimo, no le aporta mucho al sector en términos de reactivación. Tiene sentido en la medida que sea el paso previo a la apertura de los gimnasios”, aseguró el presidente de la Cámara de Gimnasios Argentinos.
Esta instancia de reapertura implica para los gimnasios que no tengan un patio o terraza, o incluso canchas de fútbol al aire libre, reservar un espacio público de la Ciudad como una plaza y garantizar el distanciamiento entre las personas.
Para eso deberá cumplir con la higiene y la desinfección del instrumental que se utilice como colchonetas. Asimismo, los usuarios deberán presentar una declaración jurada donde afirmen que están bien físicamente. También se les deberá tomar la de temperatura. Y habrá que reservar turno para entrenar al aire libre.
Hay que romper la estigmatización de que el gimnasio es inseguro. Pero con el protocolo protegemos a los clientes. Quedó demostrado en el mundo que aplicando el protocolo correctamente se puede trabajar“, remarcó el presidente de la cámara.
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