Un anillo extraviado y una recompensa en dólares: “Necesito recuperarlo, es un regalo de la persona que más amé”

Benjamín Paz Villalba tiene 21 años y vive en el barrio de Flores. Antes de morir, el hombre que lo crió le obsequió un anillo con sus iniciales, que era una reliquia familiar. Hace quince días, su mamá lo perdió en la calle. Desesperado, el joven ofrece una retribución económica a quién lo haya encontrado

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Carlos Alberto Paz Villalba llegó a la vida de Benjamín de casualidad. Decidió criarlo como a un hijo y hasta le dio su apellido. "Es la persona que más amé en el mundo", apunta Benjamín.
Carlos Alberto Paz Villalba llegó a la vida de Benjamín de casualidad. Decidió criarlo como a un hijo y hasta le dio su apellido. "Es la persona que más amé en el mundo", apunta Benjamín.

Corría el año 2000 y Natalia Elizabeth Conde (42) salió de la Estación de Servicio donde trabajaba seis veces por semana durante doce horas. Agotada, la mujer se dirigió hasta la parada del colectivo. Era de noche y estaba oscuro. Cuando Carlos Alberto Paz Villalba arrimó su taxi, Natalia negó con la cabeza. “No tengo plata para pagar el viaje”, dijo. “Te llevo igual. Es muy tarde. Me parece peligroso que te quedes acá, sola”, le contestó el hombre.

A Natalia, que era huérfana de padre y además estaba criando sola a su bebé, ese gesto de cuidado la conmovió. A partir de ese momento, Carlos se convirtió en su guía, en una especie de ángel guardián que la vida puso en su camino.

“Mamá y yo estábamos a la deriva. Mi papá biológico nos había abandonado y sobrevivíamos como podíamos. Ella trabajaba todo el día y a mí me cuidaba una señora. Dormíamos en una habitación alquilada”, cuenta Benjamín Paz Villalba (21), el hijo de Natalia, a Infobae.

Carlos decidió pagar la escolarización de Benjamín y lo anotó en el Colegio Armenio Arzruni, ubicado en el barrio de Flores. Además, lo ayudaba a hacer la tarea e iba a verlo a los actos.
Carlos decidió pagar la escolarización de Benjamín y lo anotó en el Colegio Armenio Arzruni, ubicado en el barrio de Flores. Además, lo ayudaba a hacer la tarea e iba a verlo a los actos.

LA FAMILIA ELEGIDA

Cuando Benjamín cumplió siete años, Carlos le propuso a su mamá que se fueran a vivir a su casa, ubicada en el barrio porteño de Flores. Como si fuera poco, el hombre decidió pagar la escolarización del nene y lo anotó en el Colegio Armenio Arzruni.

Tres años más tarde, Natalia formó pareja con un hombre y decidió irse a vivir con él. “Quiso llevarme, pero yo preferí quedarme con Carlos. Tiempo después, él me dio su apellido y me reconoció como hijo para dejarme la casa como herencia. Dejé de ser Cristian Benjamín Conde y pasé a llamarme Cristian Benjamín Paz Villalba”, explica el joven.

Para Benjamín, Carlos fue una mezcla de papá y de abuelo. “Me enseñó a tener valores éticos y morales. A ser honesto y a no mentir. Así era él”, dice. “De hecho, fue Carlos quien me incentivó a buscar a mi papá biológico”, agrega.

El episodio -cuenta Benjamín- sucedió en 2015. El joven se logueó en Facebook y escribió el nombre de su progenitor: Cristian Ricardo Viola. “La última vez que lo había visto fue cuando tenía un año. No me acordaba de nada. Lo encontré y empezamos a chatear. Después me llamó por teléfono y hablamos largo y tendido. No le guardo rencor por haberme abandonado. Si él no se hubiera ido yo nunca hubiera conocido a Carlos”, apunta Benjamín acerca de su papá biológico que, actualmente, vive en Estados Unidos.

Carlos, Natalia y Benjamín: la familia elegida.
Carlos, Natalia y Benjamín: la familia elegida.

EL ADIÓS

La partida de Carlos fue, según Benjamín, repentina, precipitada. Había tenido una neumonía pero se curó mal y la recaída fue peor. A finales de 2017 tuvieron que internarlo en el Hospital Tornú, donde pasó su cumpleaños número 68. Falleció dos meses después: el 7 de marzo de 2018.

“Dos semanas antes de morir, estuvo en coma inducido con un respirador. Mamá y yo íbamos a verlo solo dos veces por semana porque el horario de visitas era acotado y se superponía con nuestros horarios de trabajo. La última vez que hablé con él lloramos. Antes de irnos nos dijo que nos amaba”, recuerda el joven.

El pasado 16 de agosto, Benjamín hizo un posteo en el grupo de Facebook “Villa Urquiza Popular y Solidaria”. En la imagen se ve un anillo de oro y, al costado, se lee: “Creé esta publicación con la esperanza de ubicar a alguien que haya encontrado un anillo de oro grabado con las letras CAPV. Se perdió el día viernes 14 en el barrio de Villa Urquiza cerca de la estación de tren. El anillo era de mi abuelo, que falleció hace dos años. Mi madre lo agarró sin permiso para ir a averiguar su valor y lo perdió en el camino. Si alguno sabe algo al respecto por favor que se comunique conmigo”, escribió.

La publicación de Facebook que hizo Benjamín para recuperar el anillo de Carlos. Ofrece una recompensa de 200 dólares.
La publicación de Facebook que hizo Benjamín para recuperar el anillo de Carlos. Ofrece una recompensa de 200 dólares.

-¿En qué momento Carlos te regaló ese anillo?

-Yo era más chico y muy curioso. Me metía en su habitación a revisarle las cosas. Un día encontré una cajita de madera y adentro estaba este anillo, que tenía grabadas sus iniciales: CAPV (Carlos Alberto Paz Villalba). Me contó que se lo había regalado su papá, Donato, cuando él cumplió 18. “Cuando yo no esté más va a quedar para vos”, me dijo.

-¿Cómo fue que se extravió?

-Cuando Carlos murió, mi mamá y su pareja vinieron a vivir conmigo. Si bien el 50 por ciento de la casa es mío, el otro 50 por ciento corresponde al hermano de Carlos, que quiere venderla a toda costa. Como yo no quiero, tuvimos que contratar una abogada, pero no tenemos dinero para costearla. Hasta hace poco, yo trabajaba como delivery de una parrilla y mi mamá corta fiambre en un Supermercado Chino en Villa Urquiza. Un poco desesperada, se llevó el anillo sin que yo supiera para hacerlo tasar. Lo guardó en el bolsillo de la mochilla y cree que que se le cayó cuando sacó las llaves. Ella está muy arrepentida de lo que hizo.

-Si la persona que lo encontró está leyendo esta nota: ¿qué le dirías?

-Que por favor me lo devuelva. Yo estoy ofreciendo una recompensa de 200 dólares. Ese anillo es una reliquia familiar y un objeto muy preciado para mí porque es un regalo de la persona que me crió y que más amé en el mundo.

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