El presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), César Cigliutti, murió este lunes a los 63 años en Buenos Aires, según informó la propia entidad a través de un comunicado en el que expresaron su “más profundo dolor” por la pérdida de este dirigente, uno de los principales militantes por los derechos LGBTTI en el país e impulsor de la Marcha del Orgullo.
Junto a quien fue su novio, lograron en el 2003 convertirse en la primera pareja gay a nivel nacional en unirse legalmente y el hecho derivó en la aprobación de la Ley de Unión Civil para personas del mismo sexo que fue pionera en América Latina.
“César supo entregar su vida a la defensa y reconocimiento de los derechos de las personas LGBTTI en Argentina, su incansable lucha lo llevó a convertirse en un referente del movimiento LGBTTI de nuestro país, la región y el mundo”, agregó CHA sobre la muerte de quien fue su presidente desde marzo de 1996.
En el texto que difundieron en las redes sociales, las autoridades de esta organización renovaron su “compromiso para dar continuidad al invaluable legado que representa” para el movimiento, la comunidad homosexual “y la democracia en Argentina”. “Te fuiste en paz y con todo nuestro amor. Hasta siempre amigo y compañero”, comentó la entidad.
Por su parte, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, que conduce Elizabeth Gómez Alcorta, publicó en su cuenta de Twitter: “Lamentamos profundamente el fallecimiento de Cesar Cigliutti, presidente de la CHA Argentina, miembro de nuestro Consejo Asesor y activista incansable por los derechos LGBTI+. Abrazamos a todos sus afectos y trabajaremos cada día para honrar su nombre”.
Diego Trerotola, a cargo del área de cultura de Comunidad Homosexual Argentina, detalló a la agencia Télam que Cigliotti falleció durante la tarde del lunes de una crisis cardíaca en su casa del barrio porteño de Barracas, a donde acudió su ex pareja Marcelo Suntheim, porque el histórico militante ya no respondía a los llamados.
“No hay personas con ese compromiso, asumió ese lugar de seguir luchando por lo que se fueron y están, como Carlos Jáuregui y Nadia Echazú. Todo el activismo gay fue amigo, compañero y cómplice de César”, agregó Trerotola.
En este sentido, el dirigente calificó al presidente del organismo como “una persona que luchó con el cuerpo y la inteligencia, un activista que además fue un maestro de muchos activistas de toda la comunidad LGBTI porque aprendió mucho cuando era muy difícil aprender a luchar con un contexto muy hostil, en épocas donde la represión policial y la violencia contra la comunidad era muy feroz”.
“Todo lo que aprendió desde los tempranos 80 con la fundación de CHA lo pudo transmitir a muchas personas del activismo que entramos después, en los 90 . Fue un activista de enfrentar a todos los poderes que tratan de reprimir las libertades para ejercer la identidad de género y supo enseñar a las personas a luchar por sus derechos”, agregó Trerotola. Además, recordó que Cigliutti “siempre pensaba en comunidad, porque creía que el activismo somos todos o ninguno”, un concepto que consideró “muy importante” y “uno de los valores substanciales” que tiene actualmente la agrupación que lideró hasta su muerte.
Cigliutti, nacido en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, el 5 de marzo de 1957, fue un defensor de las uniones civiles y matrimonios entre personas del mismo sexo, luchó la derogación de los códigos contravencionales que discriminan a personas gays, lesbianas y travestis y fue un referente del movimiento gay-lésbico argentino.
Durante su vida, logró unirse civilmente con Marcelo Suntheim en 2003, luego de una larga batalla legal que culminó con la aprobación de la primera Ley de Unión Civil para parejas de mismo sexo en América Latina.
Años más tarde, apoyó la Ley de Matrimonio Igualitario, tramitada y aprobada por el Congreso de la Nación. Además de presidir CHA, era secretario general de la Asociación de Personal de la Seguridad Social (Aperses) y había sido declarado ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires el 17 de mayo de 2011.
Cigliutti era íntimo amigo y compañero de militancia de Carlos Jáuregui, otro emblema de la lucha por la visibilidad en la comunidad homosexual de Argentina, con quien militó desde que se conocieron en 1992 y a quien él mismo consideraba su “hermana”.
“No había manera de ir por la calle y que te dejaran en paz. Íbamos con Carlos al supermercado y había gente que lo insultaba en la cara. En esa época todavía estaban vigentes los edictos policiales: te llevaban por ‘incitación al acto carnal en la vía pública’ o por ‘exhibirse con ropa del sexo contrario’. No es que los gays camináramos de la mano o nos besáramos en público: te llevaban por portación de cara. Carlos y yo nos conocimos todas las comisarías de la Ciudad de Buenos Aires sacando gays y travestis”, contó el presidente de la CHA durante una entrevista con Infobae en 2019.
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