Cristina Vázquez, la mujer que estuvo 11 años presa por el asesinato de una anciana en la provincia de Misiones y que fue absuelta por falta de pruebas en diciembre del año pasado, fue encontrada muerta este miércoles en su casa de la ciudad de Posadas.
La mujer, que tenía 38 años, fue hallada sin vida por efectivos de la Policía provincial, que cerca de las 14 de hoy fueron hasta su vivienda del barrio El Palomar después de que la hermana de Cristina, María Alejandra, alertara que en los últimos días no contestaba a sus llamados por teléfono, señalaron fuentes policiales a Infobae.
Así, los uniformados se dirigieron hacia el domicilio junto a María Alejandra y, tras forzar la puerta, encontraron a Cristina en el suelo. El cuerpo médico luego constató el deceso. Al lugar se trasladaron efectivos de la Policía Científica para realizar los correspondientes peritajes. También llegaron miembros del Gabinete Psicológico de la Comisaría de la Mujer.
El nombre de Vázquez había recorrido los medios de comunicación durante varios años y sobre todo en diciembre pasado, cuando la Corte Suprema de Justicia decidió anular la polémica condena a cadena perpetua que pesaba sobre ella y sobre otra mujer, Cecilia Rojas (en su caso, pasó 14 años en prisión antes de ser absuelta). Ambas habían sido encontradas culpables de matar a Erselida Lelia Dávalos, de 79 años, y sentenciadas tras un cuestionado juicio en su contra.
La historia de Vázquez y Rojas comenzó el 27 de julio de 2001, cuando Ersélida Dávalos de Insaurralde, jubilada del Poder Judicial de Misiones, fue asesinada a golpes en la cabeza, presuntamente con un martillo, en su casa de la ciudad de Posadas.
La mucama encontró el cadáver de la anciana al día siguiente en el lavadero y se comunicó con la Policía. Tras una primera investigación, las autoridades determinaron que la víctima murió durante un robo en su vivienda y que el o los responsables del hecho se llevaron del lugar dinero y joyas, aunque ni las puertas ni las ventanas del domicilio estaban violentadas. Tampoco pudieron encontrar testigos que acreditaran esta versión.
Las acusadas fueron vinculadas al crimen por una señora que dijo haber visto a Ricardo Jara, pareja de Cecilia Rojas, vendiendo algunas de las pertenencias de Dávalos después del homicidio. Vázquez, por su parte, fue señalada como sospechosa por ser conocida de ambos y vecina de la jubilada.
Los tres fueron condenados a prisión perpetua. Según el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), esa testigo sólo declaró una vez durante la investigación y jamás volvió a hablar. Tampoco se presentó en el juicio oral a explicar en detalles lo que contó. Por otra parte, las joyas nunca aparecieron.
Las dos mujeres fueron detenidas por primera vez en 2002, un tiempo después fueron liberadas y en el 2008 las volvieron a encarcelar. Finalmente, en 2010 recibieron prisión perpetua por “homicidio calificado criminis causa”.
La condena fue confirmada por el Superior Tribunal de Justicia de Misiones, pero fue apelada y el caso llegó hasta la Corte Suprema, que en 2016 ordenó revisarlo integralmente y, tras varias idas y vueltas, optó por absolver a las acusadas a través de un duro fallo en el que cuestionó la investigación y el juicio.
El máximo tribunal aceptó un recurso de queja presentado por las defensas de las acusadas y anuló el fallo luego de considerar que no se respetó el debido proceso, por lo que la sentencia no tenía fundamento.
La defensa de Vázquez siempre planteó que, al momento del crimen, ella se encontraba a ocho kilómetros del lugar del hecho además de que nunca se presentó ninguna prueba científica ni testimonial directa de que haya participado del asesinato.
Tras recuperar la libertad, Cristina dijo estar “muy contenta” y deseó que su caso “sirva para que los jueces de Misiones y de todo el país cambien” y “cumplan con la ley y la Constitución”.
“Yo quiero que esta causa, que estos 11 años que estuve presa siendo inocente sirvan para que los jueces, la Justicia misionera y la del país cambien, que simplemente hagan lo que tienen que hacer, que cumplan con la ley, con la Constitución y los códigos”, había comentado en su momento.
Seguí leyendo: