Martín Garay (61) tiene cáncer de pulmón con metástasis ósea. Lo diagnosticaron en abril de este año, pero la enfermedad avanzó tan rápido que el 10 de agosto los oncólogos que lo tratan le informaron que ya no había más nada por hacer y ahora se encuentra con cuidados paliativos en su domicilio de Quines, un pueblo situado al norte de San Luis.
Su estado de salud es sumamente delicado y sus hijas Victoria y Antonela, que viven en Tierra del Fuego, están atravesando un verdadero calvario debido a que las autoridades puntanas se mantienen rígidas en la aplicación de los protocolos sanitarios y les niegan el ingreso a la provincia para darle el último abrazo a su papá.
Este nuevo caso se conoció luego de la muerte de Solange Musse y genera las mismas reacciones de bronca e impotencia en medio de las restricciones por la pandemia. Las hermanas piden que, a diferencia de lo que sucedió con el padre de Solange, contemplen su situación y desde el Comité de Crisis provincial no les vuelvan a rechazar el décimo formulario que ya llevan presentado.
“A raíz del agravamiento de la enfermedad de mi papá gestioné la solicitud para salir de Tierra del Fuego y el gobernador Gustavo Melella nos otorgó el permiso 24 horas después. Pero la odisea comenzó cuando intenté hacer lo mismo para ingresar a San Luis”, contó Victoria, que está en pleno viaje y manejando los 3.500 kilómetros que separan a la ciudad de Río Grande de Quines en compañía de su hermana y su sobrino de 5 años.
“Ahora estamos en Chile, a la altura del Estrecho de Magallanes”, dijo en un diálogo telefónico que mantuvo con Infobae. “Salimos de Tierra del Fuego hoy a las 8 de la mañana y tenemos planeado llegar a San Luis el miércoles a pesar de que aún no obtuvimos el permiso”, admitió la joven, quien aún debe atravesar las provincias de Santa Cruz, Chubut, Río Negro y La Pampa para llegar a destino.
Desde el 11 de agosto hasta la fecha les fueron rechazadas diez solicitudes. Ahora, ruegan que el gobernador Alberto Rodríguez Saá o algún juez entienda que se trata de una cuestión humanitaria y les otorguen el permiso. “Las siete primeras solicitudes fueron rechazadas por no tener domicilio en la provincia, mientras que en las otras los motivos fueron cambiando pero el resultado fue el mismo”, detalló Victoria.
Como desde el Comité de Crisis de San Luis le sugirieron que completara el formulario vía web como “tratamiento médico o intervención quirúrgica” con documentación que acreditara esto, ella siguió esas indicaciones al pie de la letra, pero también se lo denegaron.
“Presentamos los certificados médicos expedidos por dos facultativos distintos, donde se acredita la patología severa que tiene mi papá, una nota donde manifestamos la necesidad urgente de viajar a San Luis, copias de los documentos de las tres personas que ingresaríamos a la provincia, incluimos el resultado del hisopado negativo que nos pudimos realizar y adjuntamos una declaración jurada de mi madre, Graciela Gatica, ante el juez de paz de la ciudad de Quines. Pero no sirvió de nada y estamos contra reloj”, aseguró sumamente angustiada.
Mientras tanto, las hermanas están en plena ruta ganando tiempo para que cuando lleguen a San Luis no sea demasiado tarde. “Que rueguen que a mi papá no le pase nada porque ahí la cosa se va a poner fea”, aseveró Victoria. Y recordó con dolor lo sucedido con Solange, en Córdoba: “Nos vimos re identificadas y dijimos ‘no nos puede pasar lo mismo que al papá de Solange'. Ojalá que en estos días que restan se solucione todo”.
Mientras tanto, se inició una campaña en las redes sociales para recordar lo que sucedió con Solange en Córdoba y para pedirle al gobernador que haga una excepción con esta familia para que no se repita el dramático caso cordobés.
“Señor Gobernador @alberto_rsaa Le solicitamos autorice, con el adecuado testeo, el ingreso de Victoria Garay a San Luis para ver a su padre que es paciente oncológico y está grave. Su gobierno se lo ha impedido reiteradamente. Es una cuestión humanitaria”, tuiteó el diputado nacional por la provincia de San Luis, Alejandro Cacace.
El legislador, que está en permanente contacto con Victoria, le contó a Infobae que el gobernador puntano vetó un decreto a fines de junio, que regía desde los primeros días de ese mes, donde las personas podían ingresar si presentaban un PCR con resultado negativo de COVID-19.
“Se había habilitado de manera discrecional. Tras presentar el hisopado, te volvían a testear y dejaban permanecer sólo 5 días en la provincia. Pero después Rodríguez Saá dijo que el Estado no tenía capacidad para testear y dio marcha atrás con la medida. Ahora, la única forma posible es hacer los 14 días de cuarentena en un establecimiento público o un hotel”, explicó Cacace.
Frente a esta realidad, Victoria –en un intento desesperado– aceptó hacer el aislamiento obligatorio a pesar de que su padre pudiera morir en el transcurso de esos días, pero recibió otra mala noticia. “Como el predio de la universidad provincial está completo, le dijeron que tenía que pagarse un hotel para hacer la cuarentena. En el Hotel Aiello le pidieron $73.500, pero es una cifra que la familia no puede pagar. Esto es muy fácil de resolver. Traen el testeo hecho por un laboratorio autorizado, que un patrullero los escolte hasta la casa de su padre y que se queden allí con él haciendo la cuarentena. Solo falta voluntad política y hasta ahora el gobernador se ha llamado al silencio”, remarcó el diputado, quien además precisó que “Victoria logró contactarse con concejales de Quines para ver si podían mediar en el caso y le pidieron que les enviara una foto del padre convaleciente y casi moribundo para poder creerle”.
Debido a la viralización del caso, desde el Comité de Crisis le consiguieron un lugar estatal para hacer la cuarentena en la Universidad de La Punta y evalúan que hagan una cuarentena mínima de 5 días. ”Les expliqué que mi papá está muy delicado y que estamos pendientes del minuto a minuto. Imaginate que tengo tres días de viaje sumados a los 14 días de la cuarentena. No puedo perder más porque ya esperé demasiado”, se lamentó.
Como ya hizo todo lo que estaba a su alcance sin obtener una respuesta favorable, tuvo que contratar a una abogada para conseguir esa autorización por la vía legal. “No voy de vacaciones ni a poner en riesgo la vida de nadie. Solo pido que me dejen hacer la cuarentena en la casa de mi papá y poder estar con él”, suplicó la joven en momentos donde la grieta mutó a “protocolo o muerte”.
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