En las calles del barrio Villa Farrel de la capital de Neuquén aparecieron unos carteles pegados. Convocaban a los argentinos a levantarse contra las medidas sanitarias dispuestas por el gobierno nacional para combatir la pandemia del coronavirus. Los mensajes eran varios pero tenían un denominador común: vinculaba al virus y a las políticas globales para contrarrestar su propagación como la excusa para imponer un “régimen judío”.
Las inscripciones colocadas en postes de luz de las calles Juan XXIII y Río Atuel, en paradas de ómnibus en Alderete y Río Diamante y en otras partes de la ciudad reproducen teorías conspirativas que desacreditan la existencia del Covid-19 y señalan a la comunidad judía como promotores de las medidas sanitarias de aislamiento y distanciamiento aplicadas para mitigar sus efectos. El discurso de profundo corte antisemita fomenta la idea de una “dictadura judía mundial” y dice expresamente que “el virus son los judíos”.
Describieron la pandemia, también, como “cortinavirus” y “coronaverso”, invitaron al asesinato del presidente con una imagen de Alberto Fernández y la leyenda “normalicemos el tiranicidio”, introdujeron los conceptos de nuevo orden mundial, aborto, feminismo, policía del pensamiento, prisión domiciliaria para todos, y publicaron una cita textual como advertencia: “Che, argentino, date cuenta que el coronavirus es una maniobra para instalar una dictadura judía mundial… Ponete el bozal, no pienses, no te quejes”.
En relación a la difusión de estas consignas, el Centro Wiesenthal instó a las autoridades argentinas que actúen sobre las amenazas de asesinato contra los judíos y la denigración de las medidas sanitarias para controlar la pandemia. “Culpar a los judíos de las epidemias de las que se les acusa de lucro se repite a lo largo de la historia como libelo de sangre. Desde el comienzo del virus, éste florece en las redes sociales. Existen y el llamado de esta manera a poner fin a las precauciones es un acto de ‘terrorismo’ contra Argentina, agravado por la amenaza de asesinato contra el presidente. La Patagonia recuerda el paraíso nazi de Bariloche y el opúsculo de la década de 1970, el ‘Plan Andinia’, una falsificación presentada como una toma israelí/judía de la Patagonia como segundo estado sionista”, señaló el director de Relaciones Internacionales del Centro Simon Wiesenthal, doctor Shimon Samuels.
Por su parte, el doctor Ariel Gelblung, director del Centro para América Latina, expresó: “Quien confeccionó, distribuyó y publicó estos carteles violó la ley. No se trata de libertad de expresión, sino de criminales que proponen ‘tiranicidio’, un eufemismo para la ejecución del presidente. Están difundiendo un mensaje de odio claramente punible. No es de extrañar que suceda en el mismo lugar donde la extrema derecha obtuvo 30.000 votos en las elecciones preliminares de 2019. Exhortamos tanto a las autoridades provinciales como federales a no minimizar esta acción, investigar y actuar con toda la fuerza de la ley”.
A su vez, Carlos Maravankin, presidente de la filial Neuquén de la DAIA (Delegaciones de Asociaciones Israelitas Argentinas) informó que el lunes presentará el lunes una denuncia ante la Fiscalía Federal en el marco de la Ley Antidiscriminatoria Argentina. En diálogo con el portal LM Neuquén, dijo que espera que la Justicia “meta preso a estos delincuentes antisociales” porque “culpan a los judíos de una confabulación mundial para hacerse del poder y que son los que han sembrado el virus”.
“En estos carteles aparecen imágenes con la nariz ganchuda y barbuda que se usaba en Europa en los primeros años del siglo XX que deviene de los protocolos de los Sabios de Sión, panfletos antisemitas publicados por la policía secreta de la Rusia zarista y que después fue adoptado por todos los grupos antijudíos”, agregó. “Sembrar estos mensajes de odio no ayudan a curar la salud mental de la gente, y solo ayuda a que la gente se enferme más”, concluyó Maravankin.
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