Solange Musse, la hija del hombre que había viajado desde Neuquén a Córdoba para visitarla, pero no pudo entrar a la provincia por la rigidez de los funcionarios en aplicar los requisitos fijados en el marco de la pandemia de Covid-19, murió el viernes por la mañana. La historia se conoció en los últimos días, luego que Pablo Musse hiciera pública la situación que le impidió visitar a su hija, que padecía cáncer de mama.
“Hasta en mi último suspiro tengo derechos”, escribió la joven antes de morir, en una carta en la que vuelca toda su indignación y tristeza por la forma en que le negaron no sólo un derecho sino también un último deseo. “Siento tanta impotencia de que sean arrebatados los derechos de mi padre para verme y a mí para verlo. ¿Quién decide eso si queremos vernos? Acuérdense, hasta mi último suspiro tengo mis derechos, nadie va a arrebatar eso en mi persona”, escribió la joven.
Solange además sostuvo que “lo único que necesito es que escuchen a mi familia y a mí. Las decisiones ante esta pandemia están en cuidarse, con todas las precauciones, y eso es lo que iba a pasar. Ansiaba ver a mi tía y a mi papá. Estoy muy triste por todo lo que le hicieron a los dos, los trataron muy mal, los maltrataron, hicieron lo que quisieron como si fueran delincuentes. Quiero estar con mi familia y que no sean maltratados por nadie”.
“Espero que esto que le ha pasado a mi familia no le suceda a más nadie -agregó, generosa en el momento final, pensando en los demás-. ¿Hasta dónde llegan nuestros derechos? Quiero que se sepa todo esto por el dolor de la familia, no quiero que más nadie sufra por estas situaciones. Ni mi familia, ni ningún ser humano que está pasando por esta situación porque estoy segura que no soy la única. Amo a mi familia y nadie va a hacer lo que quiera con ellos. Quiero que quede bien claro todo esto”.
El padre de Solange, por su parte, aclaró: “Tengo todos los permisos. Tanto que me rompieron las pelotas desde el COE (Centro de Operaciones de Emergencia) y el hisopado me dio negativo. Estos HDP no me dejaron ver a mi hija. Esto no va a quedar así”. De esta manera se expresó el padre en breves declaraciones telefónicas a canal 12 de Córdoba, poco después de la muerte de su hija.
El pasado fin de semana, el hombre había salido de la localidad neuquina de Plottier hacia Córdoba, pero al llegar a la provincia mediterránea le negaron el ingreso y tuvo que regresar a Neuquén.
Si bien Musse había sacado un permiso especial y viajó con su cuñada, que tiene una discapacidad y está domiciliada en Alta Gracia, localidad en la que vivía su hija Solange, personal del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) no le permitió ingresar a la provincia. Tras ese episodio, el hombre regresó a Neuquén y se hizo el hisopado correspondiente, que le dio negativo, por lo que estaba a la espera de la autorización para poder visitar a su hija.
A partir de este caso, una legisladora provincial presentó hoy un proyecto para “regular un protocolo aplicable a aquellas personas internadas por coronavirus y otras patologías, para que estos pacientes puedan despedirse de sus seres queridos”.
Solange murió sin que su padre pudiera acompañarla en ese trance como era el deseo de ambos. Una crueldad gratuita que ninguna emergencia sanitaria puede justificar.
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